Jimin es un omega con algún tipo de problema mental, detectado en el, un caso peculiar del síndrome de Peter Pan.
Una enfermedad que provoca que un adulto o adolescente siga comportándose como un niño, haciendo de su persona inocente, el caso del om...
— ¿A dónde vamos tan temprano? — Murmuró un somnoliento Jimin, talló sus ojitos con sus pequeñas manos e inconscientemente bostezo — Hace mucho frío..
YoonGi sonrió al ver al omega casi dormirse en sus brazos, pero es que ese día tendrían su tercera cita del cortejo; la última y quería que fuera especial, tenía preparado el escenario perfecto. Lastimosamente ese escenario quedaba a tres horas, por lo cual debían ir temprano.
El Alfa con un poco de trabajo, logró abrigar bien al pequeño, pues Jimin estaba prácticamente dormido sentado mientras YoonGi lo vestía, tampoco es como si al mayor le molestará.
Cuando le terminó de colocar el lindo gorrito de pollito que le había comprado hace apenas una semana, cargó al pequeño en sus brazos, con mucho cuidado de no ser brusco ya que el omega cumplía siete meses y medio de embarazo, cada vez era más delicado. Lo llevó al auto que le prestó su mamá para la cita, lo acomodó en el asiento de copiloto, le abrocho el cinturón de seguridad y claro, le colocó unas cinco cobijas encima para que no pasará frío.
Todas las cosas ya estaban en los asientos traseros y la cajuela, el Alfa se había encargado de preparar todo eso desde la noche, algunas cosas como la comida, por ejemplo, las preparó y subió horas antes. YoonGi se subió en el asiento de piloto, encendió el auto y prendió la calefacción porque si hacía mucho frío.
Jimin se removió en busca de su Alfa, aunque YoonGi no podía abrazarlo, besó castamente su mejilla rechoncha y colocó una mano en el abultado vientre de su pareja; acto seguido, el omega sonrió inconsciente y siguió durmiendo plácidamente mientras YoonGi emprendía camino.
Será un largo día
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Los rayos del sol iluminaban toda la zona, a pesar de eso, las brisas frías del viento recorrían hasta la más mínima superficie. Jimin abrió los ojos poco a poco, sus orbes siendo maltratados por el rayo que atravesaba el cristal de la ventana.
Se intento reincorporar, pero su cuerpo no reaccionaba del todo todavía. Se estiró, aventó todas las cobijas al piso con dicha acción, ahí fue cuando cayó en cuenta.
Esa no es su cómoda cama con el cómodo colchón que su novio le compró
Esa no es la habitación que compartía con el mayor
Esa no es la casa que compartía con el Alfa
Estuvo apunto de gritar el nombre de su Alfa para llamar su atención y poder preguntarle donde estaban, sin embargo, sus palabras quedaron calladas cuando el sonido del mar llegó a sus oídos. Rápidamente se puso de pie y miró por la ventana; la hermosa vista de la playa de asomaba por ahí.
— ¡Yoonnie! ¡Yoonnie! — Gritó emocionado.
El Alfa entró corriendo a la habitación por su corazón acelerado, el lazo se agitó y los gritos de Jimin lo hicieron pensar mal.