Diemonds.

T2 - Capítulo 7: "A todo o nada"

VII: "A todo o nada."

 

Luca era de esos a los que le gustaba ambientizar todo con una canción. Breakaway, era una buena canción para despedidas, casi siempre la usaba… Esta vez la escuchaba mientras terminaba su valija. Broadway, Central Park, almorzar en Tiffanys… Nueva York era el sueño de cualquiera, pero más de Luca, un simple chico de Buenos Aires. Quizás conocía a alguien y se volvía famoso… O quizás volvía siendo echado por no tener talento. De todas formas, él quería estar ahí, él quería ir y hacer su sueño realidad. Lo último que puso en la valija fue una foto de su madre, quien estaría orgullosa de él seguramente. Respiro hondo, cerro la valija y se dirigió al living para saludar a todos, porque su travesía empezaba.

“A todo, o nada. O es blanco o es negro. ¿Si existe el gris? Existe… pero es preferible ser concretos, ser determinados.”

 

Las rueditas de la valija negra lo siguieron hasta el living, donde se encontraban Jazmín, Natacha, Joaquín, Pilar, Benjamín y su amada perra India.

-Los voy a extrañar.- Dijo Luca, sin dejar de sonreír.

-Nosotros a vos.- Contestó Pilar por el resto.

-Jaz, cuida a India por mí…- Dijo, dirigiéndose a su amiga.

Siguiente a eso los abrazo a todos, con quienes en el pasado había tenido conflictos y ahora estaba todo más que bien.

-Anda a cumplir tus metas nene.- Le dijo Joaquín, sacudiéndole el cabello, que no tenía un gorro esta vez.

Luca le sonrió y se agacho para hablarle a India.

-Te voy a extrañar gordita.- Dijo acariciándola. Se levantó y volvió a abrazar a todos.

-Bueno, bueno, ya está. Andate de una vez.- Dijo Natacha muy en serio, aunque lo camuflo con una risa.

Luca abrió la puerta y sonrió una vez más, vio a todos por última vez y una vez afuera se subió a un taxi y fue camino al aeropuerto.

-Ya se fue… Por la hora digo.- Comentó Luana mientras caminaba por el campus junto a Bautista y Alai.

-Se lo va a extrañar aunque sea un idiota…- Dijo Bautista.

-Mejor que se haya ido…-

-¡Ay che no sean malos!- Dijo Alai, poniéndose frente a ellos. –Luca es un pan de dios.-

-No últimamente.- Prosiguió Bautista.

-Bueno, me voy que voy a jugar al tenis con unos amigos.-

Una vez que Alai se fue, Luana frenó a Bautista porque tenía algo que decirle. Ante la desesperación que tenía, ella tenía que contarle a alguien que Francesco era su padre y Bautista era la mejor opción. Claro que el chico no podía creerlo, ¿Cómo se puede creer semejante cosa?

-Cuando eran adolescentes… se ve que Mariel y el salían o algo.- Continuó Luana.

Lo primero que Bautista le recomendó fue denunciarlo, pero ¿Cómo podría hacer algo así sin pruebas y mientras Luca esté lejos? Por el momento no quería hacer nada, no quería denunciarlo y no quería hablar con nadie más. De todas formas, cuando Francesco vuelva a atacar, ella iba a saber qué hacer.

Francesco le envió un mensaje de texto a Martina, explicando que no iba a haber un ataque cercano ya que su hijo, Luca, estaba de viaje. ¿Pero era esa realmente la razón? ¿O acaso Francesco sentía pena por su hijo? Mientras tanto, el chico recorría el aeropuerto con papeles en mano y mente abierta.