Diemonds.

EPÍLOGO

Una semana después... 

El Joyero siempre fue un lugar de reuniones y encuentros, esta vez nuestros ocho adolescentes junto a Sol y Alai se encontraban con copas en la mano y sonrisas en sus rostros.

-Bueno, bueno, quiero brindar.- Dijo Luca, acercándose al centro de la habitación.

-¿¡Que vas a brindar si no quedaste!?- Le contesto Jazmín riendo y haciéndole montoncito con la mano.

-Bueno che… por ser una función. Al menos tengo un papel. Aunque aparezca en dos escenas… Voy a hacer que todos paguen por verme.- Prosiguió.

Joaquín, quien se encontraba abrazado a Sol, alzo la copa.

-Brindo por el amor.- Dijo, dándole un beso en la frente a la chica.

-Ay no seas pollera Joaco, pobre piba podría estar en Mardel si quisiera…- Dijo Natacha, acercándose a donde estaban todos.

-Hey, estoy acá.- Dijo Pilar, dándole un caderazo suave a su novia.

-Por el amor, por la amistad… brindemos por todo, chicos.- Dice Benjamín, levantando su copa mientras Jazmín lo abraza de atrás.

-Por la amistad, somos amigos. Y siempre vamos a serlo aunque a partir de ahora nuestros caminos se dividan.- Comento Luana.

Todos alzaron sus copas al unísono e hicieron el brindis.

El Joyero siempre iba a tener una parte de ellos, pero el nombre no era en vano. A veces las metáforas son mucho más reales que nuestra imaginación… ¿Qué tal si en realidad existe algo escondido en aquel lugar? ¿Qué tal si en realidad existe el diamante?

“Un oasis es un brote en el desierto. Cuando estás perdido y no te queda nada… Ves el oasis. Son salvavidas, es vida en medio de la muerte. Los oasis son paraísos, son alivios. Al principio cuesta creer que están ahí, pero muchas veces los dejamos pasar por eso. Están aislados, como lo estábamos nosotros, pero creímos. Creímos en la amistad y creímos en nosotros mismos. Somos como un oasis, o como un diamante, solo hacía falta pulirnos un poco.”

 

FIN..?