Capítulo 32 - "La Hermandad de las Sombras"

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    Zack despertó en la mañana, en su habitación, Alt ya no estaba en el suelo. Respiró profundo y se estiró sobre su cama, se sentó en el borde de la misma y dudó por un momento sobre si debía dormir un poco más o levantarse ya. Permaneció sentado, mirando hacía el suelo de la habitación, hasta que tomó la decisión de levantarse. Caminó fuera de la habitación, su cuerpo se sentía extraño pero desde que llegó a Xenon ¿Que no lo era?, trastabilló cerca de la puerta, se golpeó el hombro con el marco, pero siguió caminando. Llegó hasta la cocina, sus ojos estaban cerrándose por si solos, aún tenía sueño y seguía adormecido. No había nadie en el comedor, ni en la sala, ni en los baños, el único que estaba en el lugar era Xain, dormido como un oso en hibernación, pero no había rastro de Thawne o de Alt. Zack se tiró en un sofá, dónde pasó la mayor parte de su día, y durmió un poco más.

    El día comenzó y terminó con Zack tirado en el sillón, dormitando o jugando con su teléfono, uno de los pocos recuerdos de la Tierra que tenía, aún así no podía hacer mucho con el, no tenía conexión a alguna red de internet (ni siquiera sabía si eso existía en Xenon) ni algo parecido, no tenía a quien llamar o a quien escribirle, todo lo que hacía era ver una y otra y otra y otra y otra vez todas las fotos, videos, cómics y mangas que tenía guardados en su teléfono antes del día de la "catástrofe". Xain pasó varias veces al lado de el, cada cierto tiempo se levantaba a comer algo y regresaba a su cama sin decir mucho. Le tiró varias veces comida a Zack, quien las comía solo por "obligación" pues no tenía hambre. Alt y Thawne llegaron cuando el sol se ponía y la noche comenzaba a encenderse, parecían haber salido a caminar un rato, rato el cual se extendió durante todo el día. No hablaron mucho, salvo por un comentario sarcástico que hizo Xain sobre el como al comienzo Thawne no quería que Alt se uniera a ellos, y ahora habían salido durante todo el día.

    Cuando la noche hubo avanzado un poco Zack se levantó del sofá y se dirigió a su cuarto con lentitud. Entró con cuidado de esta vez no chocar con la puerta. Antes de irse a dormir se detuvo frente a la gran ventana de su recámara, observó en silencio las llamativas luces de la ciudad, a la gente caminando y a los vehículos pasando, respiró profundo y lento, y se encaminó hacia su lecho. Se acostó, reposó su cabeza en una almohada y miró hacía el techo. Se encontró a si mismo pensando sobre lo ocurrido la noche anterior hasta que se quedó dormido, tomó la decisión de pensar que todo aquello era una pesadilla.

    Aún así, en esta nueva noche sucedió lo mismo. Zack abrió sus ojos, de nuevo estaba en aquella habitación oscura y silenciosa, estaba en la misma silla bajo la misma tenue luz sin origen. La mujer de la noche anterior estaba esta vez sentada frente a el.

  —Un gusto verte de nuevo —Dijo con su dulce voz.

  —¿Entonces esto no fue un sueño nadamás?

  —Ojalá así lo fuese...

  —Bueno, ¿Que me van a contar hoy?

  —¿Que quieres saber, Zack?

—Tu nombre, primero.

  — Me llamo Axe.

  —¿Axe?

  —Si, Axe, Axe Fokteil. Puedes seguir preguntando.

  —¿Quienes son ustedes?

  —La Hermandad de las Sombras, siguiente pregunta.

  —¿Por qué estoy aquí?

  —Tu misión, esa es la razón

  —¿Que misión, puedes decirmela?

  —No, no puedo. Si aún no lo sabes es por qué así lo quieren los dioses.

  —¿Los dioses?

Xenon-4333Donde viven las historias. Descúbrelo ahora