Amigas

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El cálido abrazo de esos dos cuerpos desnudos habian provocado un sueño profundo en Lisa. Dormía placenteramente, con los labios levemente abiertos y las piernas entrelazadas con las de la otra chica menor.
Jennie acariciaba el rostro de su princesa, sonriendo al verla dormir. De verdad era hermoso tenerla asi, tan en paz a su lado.
Luego de un pequeño juego, en el que la nada inocente Jennie ató con su corbata escolar las manos de Lisa por detrás de la espalda, recorriendo todo su cuerpo perfecto con mordidas y lamidas, bajando con torturadoras caricias hasta la entrepierna de Lisa. La castaña disfrutó de practicarle sexo oral, teniendo a su amada tan sumisa gimièndole por más.
Al recordar lo que hace unas horas habían echo, Jennie esbozó una sonrisita sonrojada, aferrándose a la cintura de su novia, que aún dormia tranquilamente. Jennie estaba convencida de que Lisa era el amor de su vida, la mujer de sus sueños, su futura esposa... Sintió miedo, mucho temor de estar lejos de ella cuando ese lunes le habia mostrado la carta de Nayeon. La muy desgraciada habia confesado, tratando de alejar a Lisa de su lado. Pero eso no paso, esa rubia sin cabello ya no molestaria, se fue para no volver. En el fondo de esos actos dañinos e impulsivos, Jennie sabia que actuaba mal, no era una manera correcta de mantener una relación.
-"No estoy loca, este es el camino adecuado para ser feliz para siempre con mi Lisa, voy a estar a su lado hasta que la muerte nos separe". Pensaba Jennie levantando la cabeza y mirando el rostro dulce de la ojiazul mientras dormia.
-"Pero ya no voy a lastimar a nadie, si mi Lisa duda de mi y sufre por mis actos no hare nada horrible. Solo... tengo que investigar a esa tipa a quien abrazaba, le pedire amablemente que no se relacione con mi Lisa...". El pensamiento de Jennie se vio interrumpido al oir un suave suspiro.
- Es hermoso despertar y lo primero que vea sea a ti, mi angel-. Dijo Lisa recibiendo un fuerte abrazo como respuesta.
- Nyaa... amo verte dormir-. Jennie continuaba abrazandola escuchando los latidos del corazon de Lisa.
- Te amo a ti.
- T..te amo muchisimo mas... como no tienes idea...-. Susurró la castaña con una pequeña sonrisa en sus labios.
- Estás loca!-. Dijo elevando la voz Somi, llamando la atención de un par de compañeros. Suerte que la anciana profesora de historia era un poco sorda. Lisa dio un suspiro y bajo el pupitre le pellizco la pierna a su amiga.
- Baja la voz, lo que te digo es verdad, Jennie no le hizo eso a Nayeon, es mi novia, la conozco bien y no seria capas de tal cosa. Nayeon solo estaba celosa y dijo eso para separarnos.- Susurraba Lisa.
- Y porque haría eso y luego se marcharíañ?-.  Miraba intrigada a su compañera.
- No lo sè, tal vez por su madre. Recuerdas que vive en otra ciudad?
- Cierto, pero porque no me comento nada? Porque estaba con el pelo asi de corto y maltratado?-. Somi hablaba en un tono acusador a su vez fingía que prestaba atención a la clase, apesar de que no entendia ni le interesaba un pepino la primera guerra mundial.
- No lo sè, pero confia en mi, Jennie no le hizo daño solo le pidió a Nayeon que me dejara tranquila-. El rostro de la Lisa demostraba seguridad, estaba convencida de que su muñequita no era una loca que amenazaba y golpeaba, quitando lo de Jimin, porque la castaña se había disculpado con el rubio rogándole que vuelvan a ser amigos.
- Bueno bueno, tu la conoces tendré que creerlo tambien-. Le dijo Somi.
- Ya, entonces quiero que se conozcan-. Lisa mostro una sonrisa serena. En cambio, la cara de Somi era un enorme "What the hell!?".
- No hagas esas muecas, ella no es mala, no te pido que sean amigas pero si que se lleven bien. Tu eres mi amiga, no...?-. Las dos se ruborizaron y la castaña sonrio muy feliz.
- Soy tu amiga y si te pone contenta que trate a Kim lo hare, por ti.
Somi no era tonta, no creía nada de ese cuento de "la pequeña y buena de Jennie". De todas maneras se acercaría a la chica con el objetivo de desenmascararla. Quería cuidar de Lisa, la quería y era su amiga, no iba a dejar que tuviera "un final triste".
- Que opina Kim de conocerme?-
- Lo desea y esta de acuerdo en que seamos amigas-. Cerrando sus ojos la Lisa sentía la armonía de saber que su novia podría cambiar esos absurdos celos.
Las tres muchachas reposaban bajo aquel arbol de cerezos. Reían y hacian imitaciones de otros compañeros, se contaban anecdotas y no dejaban de reír. Ya habian salido del Instituto y ahora estaban alli pasando el rato. En determinado momento Lisa que irradiaba felicidad se puso de pie.
- Voy por helados y si, los pagaré esta vez-.
- Dah, esta bien quiero uno de fresa-. Dijo Somi sonriendo.
- Uno de fresa para ti, de chocolate para Jennie y de crema para mi.- - Gracias mi amor-. Agradecio con dulzura la castaña Lisa se fue a paso apresurado hacia una heladería no muy lejos de donde estaban. Ya estando solas, Jennie y Somi intercambiaron miradas en silencio. Cualquiera se sentiría incomodo ante ese momento, pero ellas solo se miraban desafiantes. La castaña se cruzo de brazos apoyándose en el arbol fulminando con la mirada a Jennie.
- Conmigo no funciona tu actitud de inocente.
- No pretendo que sea asi, tu me desagradas, no te quiero cerca de mi Lisa -. La sombría cara de Jennie incomodo un poco a la mas grande, pero no se dejaría intimidar tan fácilmente.
- Tu Lisa es MI amiga, ya me quitaste a Nayeon, yo te quitare a Lisa. De ninguna manera dejare que la lastimes chiquilla demente.- Somi subió el tono de voz y se puso molesta al ver esa sonrisa socarrona en la pequeña.
- Jamás la lastimaría pero si a los idiotas que me la quieren quitar, no sabes de lo que soy capas, si sigues con esa actitud lo que le hice a Nayeon y a Jimin no será nada comparado con lo que planeo hacerte querida Somi-. La frialdad y aspecto diabólico de la sonrisa presente en Jennie pusieron los nervios de Somi a flor de piel. Sin embargo, seguía firme en proteger a Lisa -N..No te tengo miedo! Y créeme mocosa, tu tampoco sabes de lo que soy capas por una amiga.
- Heladitos.- Lisa ya estaba allí entregándoles a las jóvenes sus helados. Con una dulce sonrisa Lisa se sento entre medio de las enemigas.
- Gracias chicas, soy muy feliz-. Susurró la ojiazul asomando unas lagrimitas con tranquilidad en su rostro. Veia todo perfecto, estaba junto a su amada y junto a su nueva amiga, deseaba que lograran quererse y asi ninguna de las tres se sentiria ni triste, ni celosa, ni sola. Todo seria hermoso a partir de ese dia.
Jennie y Somi volvieron a mirarse, algo en el corazón de la menor se había quebrado. El odio por Somi no era tan intenso.
Por otro lado, Somi odiaba a Jennie mas que nunca...

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