Amigas part2

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Somi abrió la puerta con una sonrisa, estaba visiblemente animada, se hizo a un lado dejando entrar en su casa. Mi Lisa y yo entramos tomadas de la mano saludando a nuestra amiga. Creo que la llamo amiga porque mi novia me ha acostumbrado. Miré a Somi hablar con Lisa , era un tema ajeno a mi, sobre una tarea del Instituto. Luego de dos meses frecuentando a Somi me di cuenta que no era una arpía como Nayeon. De verdad quería la amistad de mi reina, eran amigas solo eso. Celos? Por supuesto, lo que mas deseo en la vida es ser lo esencial para Lisa, su sentido de vivir.
Como ella lo es para mi... Que no tenga la necesidad de cariño de nadie mas, aunque sea cariño amistoso. Necesito tenerla solo para mi, pero que puerros! No puedo ser tan así... Lisa se ve contenta con una amiga.
Un fuerte olor interrumpió mis pensamientos. Oh god! Olía delicioso! Supe de inmediato de que se trataba, apuesto a que mis ojos brillaban como en un anime. Tomé a Somi del brazo interrumpiendo ( a propósito) la charla que se establecía en la entrada de la casa.
- Somi , Ese aroma!
- Hice tu pastel favorito-. Me contesto caminando hacia la cocina.
- Y cuando harás mi favorito?.- Pregunto Lisa siguiéndola tomando mi mano.
- Algún día.
- Yo puedo hacerte tu favorito, pastel de fresas-. Me puse delante de mi amada antes de entrar a la cocina. Ella soltó una risita.
- Amor, eres...pésima cocinando-. La observe seria y en silencio, me cruce de brazos haciendo un pucherito. Mi Lisa volvió a reír besando mi frente.
- Pero eres excelente para otras cosas-. Susurro con esa voz tan sensual que me derrite el alma, tiró de mi brazo y entramos en la cocina.
Allí Somi servía algo en unas tazas y a su lado cortando el pastel estaba un chico alto, de cabello morado, con un aire de elegante. Levantó la mirada y vi unos ojos azules similares a los de mi amada, no tan bellos como los de ella. Nos sonrió cálidamente. El tipo de sonrisa que vuelve idiota a las mujeres de hoy en día. Mi amiga castaña dejo lo que hacia y tomo de la mano al sujeto, acercándose a nosotras.
- Chicas les presento a Taeyang, mi amigo de la infancia. Esta recién llegado de sus vacaciones en Inglaterra y a de quedarse en mi casa unos días. Quería que lo conozcan.
- Encantado...de conocerlas-. Dijo el chico. Noté como clavo unos instantes su mirada en Lisa, luego me miro a mi sonriendo.
- Tu debes de ser Jennie, Somi a hablado mucho de ti-. Me estrecho la mano y yo hice lo mismo.
- Entonces debes de temerme-. Le dije sarcásticamente, él se rio y negó con la cabeza.
- No habla mal de sus una sonrisa bastante extraña. Este tipo es extraño, mi primera impresión.
Soltó mi mano y se posicionó frente a Lisa. Reconocí esa mirada de galán de cuarta con la que la miraba. Se estrecharon la mano sin despegar las miradas directas en los ojos.
- Y tu...eres Lisa. Un placer conocerte al fin-. Ese tono de baboso me había irritado, no se le quitaba la sonrisa de estrella de cine.
- Un gusto-. Respondió mi princesa con normalidad, soltando su mano. El estúpido con apariencia de travesti seguía mirándola fijo. Me dieron ganas de arrancarle el cabello.
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37 días después.
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Era una cálida mañana, al abrir la ventana una suave brisa acarició el rostro de la joven Lisa. El paisaje era hermoso, anunciando que el resto del día seria de buen clima. Apoyada en el marco de la ventana, Lisa lloraba desconsoladamente, tapándose la boca para ahogar sus gemidos de llanto. Ese último mes fue una pesadilla. Esa pesadilla no tendría final y todo era su culpa.


Maldito el día en que nació, maldito el momento en que creció para ser mujer. Malditos los hombres, las amistades.


Maldita existencia.


La desesperación, esa fuerte angustia en su pecho no se iba. No se iría jamás. Odiaba vivir, se odiaba así misma.


Solo había una salida.



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. Desde el día que conoció a Taeyang, todo fue alegría. Salir en grupo grande, formado por Somi, el mismo Tae, Rosé, Jisoo, Jimin (luego de pedir perdón reiteradas veces) y su hermoso angelito Jennie. Solían pasar las tardes en parques, locales de videojuegos, las chicas se iban a comprar "cosas innecesarias" mientras el par de muchachos comían hamburguesas con bebidas "light". Cuidaban de sus "cuerpazos" según decía Jisoo.


Taeyang resulto ser muy agradable, se entendían bien y la hacia reír bastante. Le coqueteaba pero Lisa se hacia la desentendida.


La relación con su muñequita castaña era cada vez mas fuerte. Jennie estaba pasando una temporada en casa de su novia porque sus padres salían de la ciudad. Prefirió quedarse con su chica con permiso de la familia. Lo hacían todo juntas.


Si, todo.


El padre de Lisa adoraba a la pequeña Jennie, ignorando las noches, tardes y mañanas de pasión y lujuria que las jóvenes compartían.


Jennie parecía mas tranquila, habían veces que atacaba con sarcasmo a Taeyang y a Rosé con pequeñitas y sutiles frases como:


"Deja de mirarle el escote a Lisa, cara de berenjena podrida".


" Te voy a colgar de los ... si sigues hablando así de mi novia, estúpido travesti"


" Rosé! Vuelve a acariciar ese cabello rosa y te desfiguro la cara".


Todos reían, todos creían que bromeaba. El grupo sabia del romance de ellas, esos besos y toqueteo a escondidas las delataron. Sin mencionar las marcas rojizas/moradas en el cuerpo de la mayor.


Lisa era feliz, en todo sentido. Amaba a Jennie y agradecía todos los días por tenerla. Apreciaba a sus amigos, los quería.


Muchos de esos sentimientos cambiaron un día sábado.



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- Mi padre inauguró un bar nocturno, porque no vamos esta noche?-. Dijo Taeyang cuando termino de teclear en su notebook. Todos dijeron que si, menos Lisa.


La ojiazul no veía correcto llevar a 4 menores de edad ( Jennie, Rosé, Jisoo, Jimin). El peli morado dijo que no pasaba nada, su padre era el dueño. El animo y las ganas era general, Lisa seguía dudosa.


- Estarás conmigo mi vida, vamos será divertido, todos tus amigos irán-. Le decía dulcemente Jennie.



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Ese sábado fue un infierno.



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Actualmente, Lisa seguía en la ventana, destapaba un frasco de pastillas.


Era tiempo de irse.

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