Sábado (parte tres y última del día)

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El último beso fue depositado sobre el pecho de la Lisa. La chica estaba rígida, desnuda y ya no temblaba ni gritaba. Lagrimas caían sobre sus mejillas, mirando a la chica de corto cabello rubio que acababa de besarla. Nayeon la contemplaba sonriendo, recordando esa media hora en la que junto a su amigo peli morado habían poseído ese espectacular cuerpo. No le importaba compartirla con Taeyang, el chico solo buscaba placer y podía hacer lo que quiera, era “hijo de” y el mundo era suyo. Por su parte, Nayeon quería placer y venganza, hacer suyo para siempre lo que jamás seria de Jennie.
.- Anda cariño, levántate te llevaré a casa. Mañana iré por ti para ir juntas a almorzar, será divertido-. Nayeon acariciaba el rostro con expresión inerte de Lisa. Se oyó el picaporte y unos pasos a espalda de la rubia.
- Hey Taeyang, ayúdame a llevar a Lisa a casa-. Dijo sin darse vuelta. Los pasos seguían resonando y se detuvieron en su espalda.
No había mas movimiento, Nayeon impaciente quiso mirarlo pero se encontró con “ella”. La misma Jennie, con la blusa celeste cubierta de manchas rojas y un objeto en la mano. Un cuchillo de cocina, Nayeon lo supo al verlo. Se paro retrocediendo a la pared con ojos abiertos de par en par.
- Q-que has hecho!?-. Gritó atemorizada Nayeon al ver la ropa de Jennie y su cara de piedra, que formaba una pequeña sonrisa desfigurada por el odio.
- Le corte el cuello a Taeyang.
- Ah? C-como!? Ese cuchillo…!- la rubia estaba aturdida invadida por el horror. Observo a la castaña agacharse y tocar el rostro de Lisa. Lisa seguía quieta sin emitir un sonido, parpadeando.
- Siempre lo llevo conmigo para cuidarla… Pero llegue tarde-. Jennie miraba el cuchillo que aun resplandecía con sangre. Un grito de Nayeon la hizo actuar, acorralándola y contra la pared, apoyando el filo en el abdomen sin cortarla. La rubia lloraba suplicado, pidiendo perdón frenéticamente.
- Te dije que te fueras lejos… Nunca hacen caso.-. En un rápido movimiento Jennie apuñaló el vientre de Nayeon que se sacudía con desesperación.
- Te dije que Lisa es mía y le has lastimado… tu la has lastimado!-. Otra apuñalada en el mismo lugar desprendía chorros de sangre que teñían el suelo de rojo carmesí, salpicando el cuerpo de su amada.
Lisa miraba lo que sucedía, sin gritar, sin moverse, solo llorando silenciosamente.
- Eres despreciable, hasta tu sangre es asquerosa…-. Nuevamente la apuñaló tratando de hundir lo mas profundo posible el cuchillo. Luego, lo arrojo al suelo y tomó del cuello a la agonizante rubia que sangraba sin control. La arrastro hasta el espejo y poniéndola en frente con frialdad comenzó a reírse.
- Siempre has sido horrible!

- L-Lisa ya no t..te amar..a..a-. Ahogada en lagrimas Nayeon balbuceo esa frase.

El rostro de Jennie se transformo, llena de furia sujetándola del cuello dio el rostro de la rubia repetidas veces contra el espejo, clavándose los vidrios en todo el rostro, lo peor fue sentir atravesar un trozo por su ojo derecho. Nayeon cayó al fin. Muerta, luego de sangrar y tambalearse, ahogando chillidos murió. – Aaaaaahhhhhhhhhh!-. Lisa se abrazaba a si misma sin consuelo.

Nada tenia sentido, todo era un infierno. Vacilando, empapada en sangre Jennie se puso a su altura, viendo el rostro de la mujer que amaba.
- Lo siento.- La menor apretó los ojos evitando llorar y siguió hablando- Recuerda que siempre te amare…
-J..Jennie! -. Lisa no sabia que decir, se encontraba perdida, ella se sentía muerta, como Nayeon. No podía asimilar lo que le habían echo, lo sucia y miserable que se sentía y lo impactada al ver a su princesa asesinar a una persona. A dos, había matado a Taeyang? Porque nadie acudía al lugar ante tantos gritos?
Jennie no hablo mas, recogió el cuchillo de un charco carmesí y se fue del baño corriendo.
Y allí Lisa, con una fuerte dolor físico y en shock emocional, tendida junto al cuerpo sin vida de la chica que hace un rato había sido su violadora. Estaba sin poder entender, perdida, sola.
Sin Jennie.

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