Minho odia a Seungmin, por se vanidoso y provocador a los demás cuando chupa sus jodidas paletas de cereza. Debido a eso, hará todo lo que esta en sus manos para hacerlo sufrir.
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꒰ ♡ : historia terminada
꒰ ♡ : gráfi...
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Minho iba dentro de la ambulancia deseando con todas sus fuerzas qué Seungmin no estuviera grave y qué despertara. Sentía un dolor qué jamás había sentido en el pecho, era su maldita culpa. Seungmin no se hubiese accidentado de no ser por sus estúpidas acciones, ¿por qué tenía que ser así? ¿por qué simplemente no dejó ir a Seungmin antes de qué se enamorara tanto de él? No iba a negarlo, sentía remordimiento por sus actos.
Estaba desesperado, había dicho en voz alta qué estaba enamorado de él. Si no fuera un maldito idiota, un jodido cobarde para el amor, nada de eso hubiera sucedido. Él no merecía nada, no merecía el amor qué Seungmin sentía por él. Era la persona más horrible del mundo y estaba comenzando a preguntarse si realmente tenía sentimientos.
Seungmin se encontraba acostado en la camilla, tenía la ceja rota y raspones por toda su carita, estaba inconsciente, pero respiraba y era lo qué mantenía a Minho con esperanza.
Una vez dentro del hospital, se lo llevaron a una sala donde Minho no podía entrar, lo único qué podía hacer era esperar en esos horribles pasillos qué por alguna razón odiaba tanto. No soportaba ver los rostros de las personas tristes, odiaba ver el color blanco por todas partes y el maldito olor de medicina era horrible. Pero en esos momentos tenía que dejar todo aquello atrás, lo único qué importara era qué Seungmin estuviera bien.
Minutos después entraron sus padres desesperados, ambos lloraban y gritaban el nombre su hijo.
—¡Mi bebé!—gritó la madre—¿Dónde esta?
—Por favor díganos dónde está nuestro hijo—le pidió su padre a la recepcionista.
Si tan solo supieran que el culpable de todo era Minho.
La recepcionista les explicó qué debían esperar qué el doctor les diera noticias sobre Seungmin y no tuvieron de otra qué sentarse a esperar, mientras se consolaban y rezaban para que todo estuviera bien.
Las puertas se abrieron una vez más, dos chicos entraron, Lee Felix y Hwang Hyunjin. Ambos estaban preocupados y buscaban con la mirada a los padres de Seungmin, pero antes de eso la mirada del peliazul se encontró con la de Minho.
—Esto es culpa tuya ¿cierto?—preguntó mientras le apuntaba con el dedo índice—¿Qué le hiciste?
—Tranquilo—le dijo Hyunjin a su lado—Guarda la calma, debemos estar bien por Seungmin.
—¡No!—gritó, dejando asombrado al pelirrojo y a Minho—Te juró que si esto es culpa tuya, me asegurare de qué jamás vuelvas a cruzar palabra con él—le amenazó con odio.
—Lo único que quiero es saber si esta bien—respondió el pelinegro sin ganas de discutir—Seungmin, me importa.
—¡No me digas!—se burló—Es mejor que te largues de aquí.
—Soy su novio—contestó—No me iré.
—¿Su novio?—preguntó la madre de Seungmin—Seungmin no nos contó que ya eran novios.