Minho odia a Seungmin, por se vanidoso y provocador a los demás cuando chupa sus jodidas paletas de cereza. Debido a eso, hará todo lo que esta en sus manos para hacerlo sufrir.
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꒰ ♡ : historia terminada
꒰ ♡ : gráfi...
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Habían pasado cinco meses, en donde las cosas parecían ir de maravilla para todos. Hyunjin se había ido a Canadá a estudiar y a vivir con su familia, no sin antes despedirse de las personas que le importaban.
—Mucha suerte en tu viaje, Hobi—dijo Seungmin mientras le daba un gran abrazo—Te deseo lo mejor.
—Muchas gracias, Seungmin—respondió—Te deseo lo mismo.
Seungmin asintió y retrocedió algunos pasos, dejando que Hyunjin y Felix hablaran.
—Bueno... Llegó el momento—habló el pelinegro—Soy muy malo con las despedidas, realmente no se hacerlo sin llorar.
—Tranquilo, no estés triste—Hyunjin sonrió—Estaré muy bien, te lo aseguro.
—Eso espero, en verdad así lo quiero—contestó—Ten muchísima suerte en tu nueva vida, deseo que cumplas tus sueños, Hobi.
—Gracias Felix—le abrazó—Fuiste muy especial para mi, así que yo te deseo lo mismo.
—Hosi, vamos a perder el vuelo—avisó Mejiwoo—Debemos irnos.
—De acuerdo, debo irme—se despidió con la mano y agarró su maleta—Los quiero a los dos.
—Nosotros a ti—respondió Seungmin y el asintió, ambos amigos vieron como aquel chico pelirrojo se marchaba para tomar su vuelo.
Una vez dentro del avión, Hyunjin y su hermana tomaron los asientos correspondientes.
—¿Estas bien?—preguntó Mejiwoo.
—Lo estoy—respondió con una sonrisa y ella se la devolvió, Hyunjin cerró sus ojos y comenzó a recordar cada una de las cosas que vivió en Seúl, desde que era un niño y asistía a la primaria, sus primeros amigos, la primera vez que bailo y descubrió su pasión, sus travesuras de adolescente, la primera vez que se enamoró y lo último pero no menos importante: dos grandes personas que llegaron a su vida, Seungmin y Felix.
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Minho seguía asistiendo a terapia psicológica, cada vez sentía que avanzaba más, aprendió a perdonar a su madre y a dejar de tenerle odio, sentía una libertad que le daba mucha paz. Y para lograr aquello la psicóloga hizo que hiciera la famosa técnica llamada "la silla vacía" es una técnica que usan en psicoterapia principalmente para expresar y dialogar con alguna persona ausente (sea por pérdida o porque no esté presente en ese momento) o bien, para el diálogo entre partes internas propias (por ejemplo crear un diálogo entre la parte exigente y la parte condescendiente).
