Minho odia a Seungmin, por se vanidoso y provocador a los demás cuando chupa sus jodidas paletas de cereza. Debido a eso, hará todo lo que esta en sus manos para hacerlo sufrir.
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꒰ ♡ : historia terminada
꒰ ♡ : gráfi...
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—Buenos días, precioso—dijo Minho en cuanto Seungmin abrió los ojitos—¿Cómo dormiste?
—Buenos días, Minhonnie, ¿desde hace rato que estas despierto?—él asintió—¿Y por qué no me despertaste?
—No iba a interrumpir tu sueño—contestó y estiró el brazo para acariciar su rostro—Te vez tan lindo cuando despiertas.
Seungmin se sonrojo ante aquello y Minho no perdió ni un momento para comenzar a besarlo, estaba tan feliz de poder comenzar una vida junto a Seungmin, ni siquiera era capaz de poder creerlo, ¿por qué algo tan bueno le estaba pasando a él? A él que había sido una mala persona toda su vida, ¿por qué si solo jugó con los sentimientos de otros, no le tocaba lo mismo? No sabía la razón, pero seguramente algo bueno había hecho en su jodida vida para merecer un chico tan lindo como el.
—¿Desayunamos y vamos por tus cosas?—preguntó el pelinegro.
—Si, Minhonnie—respondió y ambos se levantaron de la cama para dirigirse al baño, ambos se lavaron los dientes al mismo tiempo como si de una película de romance se tratase, la escena era divertida y al mismo tiempo era tierna.
Minho preparó el desayuno, comieron y tiempo después se encontraban en casa de Seungmin, quién no pensaba llevar muchas cosas, solo su ropa, accesorios, recuerdos importantes, por supuesto que sus peluchitos y entre algunas otras cosas.
—¿Seguros de qué están listos para esto?—preguntó Eun—Son muy jóvenes aún...
—Cariño, ellos están seguros—dijo su esposa—Míralos, están tan felices.
—El único que no esta tan feliz aquí soy yo—respondió y Yunji lo abrazó.
—Esto tenía que pasar algún día, solo debemos desearles lo mejor y sabemos que Minho lo cuidara bien. ¿No es así?—se dirigió a él.
—Así es—contestó con una sonrisa—Cuidaré de Seungmin, lo prometo.
—No vamos a vaciar tu habitación, Seungminnie—dijo su padre—Aquí siempre estará lo que dejarás, por si decides algún día venir por ellas.
En realidad quería decirle que ahí siempre iba a tener su casa, por si algún día discutía con Minho o se arrepentía de estar con él, pero no iba a decirlo enfrente de Minho. Y no es qué le cayera mal, al contrario, lo adoraba. Pero uno nunca sabe, ¿no es así? Su deber era siempre estar para su hijo.
—Gracias, papá—contestó con una sonrisa.
Después de qué terminaran de empacar, llevaron las cosas a la cajuela del auto y Seungmin se despidió de sus padres.
—Voy a extrañar verte aquí todos los días—dijo su madre con una sonrisa triste—Ven a visitarnos pronto, por favor.
