El nipon aveces se sentía demasiado solo y a pesar de que podía llamar al italiano por teléfono y hablar de estupideces como suelen hacer, el nazista siempre respondía y al enterarse de que era el nipon, por su voz, le gritaba un chingo de cosas y luego le cortaba diciendo que no vuelva a llamar por que no puede hablar con Italia. Pero el nipon no entendía, por mucho que intentaba preguntar que tenía de malo hablar con el italiano si no se veían la cara, el nazi no dejaba de gritar y dejando siempre al japones con la palabra en la boca.
Y en estos momento era otra de las veces en que llamaba para intentar hablar con el italiano
—Hallo?— Evidentemente, nuevamente era el nazi quien respondía en lugar del fascista, era fácil de reconocer la voz del nazi, a parte de que el responder en su idioma lo delataba en cierta forma
—Que puedo hacer?— Preguntó de manera rápida antes de que el nazi se diera tiempo de ver el número de teléfono y descubrir de quien se trataba
—Que?....Espera.....IMPERIO POR LA MIERDA, TE DIJE QUE NO LLAMARAS, AHORA QUE PUTAS QUIERES!?— Grito el nazi atraves del celular
—Estoy aburrido, y viendo que tu no me dejar hablar con Italia por alguna razón de la vida, eres responsable de darme ideas para no aburrirme— Dijo Imperio con una leve sonrisa en el rostro
—Ahg, bueno, creo que es lo mínimo que puedo hacer. Bueno déjame ver— Hubo un silencio mientras que solo se escuchaba la voz del nazi murmurar algunas palabras que no lograba entender del todo —Mierda no se! Haz lo que sea, no se, revisa los preparativos de la boda, juega solitario o también podrías planear tu luna de miel yo que mierda se, ahora déjame en paz que estoy apunta de ganarle al soviético y a Italia en el juego de cartas— Luego de eso la llamada se corto
—Bueno, por lo menos me dio algunas sugerencias y ahora que lo pienso, aún no había pensado en eso de la luna de miel— Dijo el nipon paras si mismo en voz alta, quizás el falta de compañía si le estaba afectando
[....]
El nipon se encontraba sentado en una silla frente a un escritorio con la pantalla de un computador aproximadamente del 2019, un portátil, se podría decir fácil de usar. Mantenía la mirada fija en este, bajando de a poco con el mouse
—Ahg! Mierdaaaa!!— Grito lo mas alto que podía para poder desahogarse, nunca pensó que se podría desesperar tanto por una simple pregunta; "A que lugar lo llevó!?"
Era evidente que buscaba un lugar nuevo o uno el cual no le trajera malos recuerdos de la guerra, pero se estaba haciendo muy difícil, pensó en llevarlo a su país, pero este ya lo conocía, también pensó en llevarle a países comunes e ideales para lunas de miel, pero la mayoría eran países que eran sus ex-enemigos y se podría decir que no se le hacía muy buena la idea de posiblemente volver a encontrarse con un país el cual le caía mal
Lo pensó unos momentos mas y se le ocurrió algo, por lo cual comenzó a teclear a toda velocidad en el portátil, parecido a un escritor cuando se emocionaba por una nueva genial idea.
Unos momentos luego de a ver estado investigando, encontró el lugar ideal, era bonito, exótico y por si fuera poco, quizás conseguía un descuento en el vuelo ya que cierto país les había ayudado en la guerra, por lo cual de seguro aún se acordaba del nipon
—Santorini, Grecia. Perfecto— Se dijo a si mismo el amante de las katanas con una sonrisa en el rostro, sabía que en algún momento el fascista había querido visitar Grecia, sin embargo no se le había presentado la oportunidad, hasta este momento.
—Espero que les haya gustado el capítulo y no pregunten por qué quise publicar por qué ni yo se—
—Tschüss!—
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[Italia fascista x Imperio Japones] [Terminada.]
Random-La mitad de esa cosa está llena de faltas ortográficas y la otra mitad (casi solo lo último en mi opinión) está bien escrito. -Si uno avisa, ya no es pecado.