Ya faltaba solo un día para la boda, todos los invitados llamaban de vez en cuando al fascista o al nipon para preguntar como se sentía sin embargo este ni siquiera era capaz de responder las llamadas por los nervios que sentía, puesto que en su mente corrían miles de preguntas. <<"Mañana me caso!" "Que pasará si luego me pide el divorcio!?" "Y si luego dice que se arrepiente de casarse conmigo?" "Tal vez luego me engañe por que no soy lo suficientemente bueno como una mujer" "Que pasa si me deja plantado en el altar!?" "Me veré como un idiota sin dudas" "Y si nadie viene a la boda!?!" "Y si se me vuelve a perder el anillo a último momento!?!?">> Estas y un millón de otras preguntas llegaban y pasaban por la mente del italiano. Tenía miedo de lo que podría llegar a pasar, tenía miedo de no ser lo suficiente para su enamorado
—QUE RESPONDAS CAGADA!!— Grito una voz que todos conocemos, sip, el nazi. Este había comenzado a llamar al fascista desde hace ya bastante tiempo pero este no respondía por estar sumergido en sus pensamientos. Y lo único que se escucho fue el recientemente grito del nazi junto al sonido de la piel chocando con la piel al estrellar su mano contra le mejilla del italiano finalmente sacándolo de su nube de pensamientos, o mejor dicho de su lava de pensamientos negativos
—Oh, si. Que sucede?— Pregunto mirando al contrario de forma, un tanto inquietante. La ola de preguntas verdaderamente le había echo ponerse nervioso y aún así sonreía para no preocupar a nadie
—Que mierda te sucede? Estuviste mirado al mismo como idiota por una hora— Explico de forma tranquila para que no le conocieran, pero para que los conocían sabían que estaba preocupado
—Estoy nervioso. Que pasa si luego se arrepiente? O si me deja plantado en el altar, sería la mayor vergüenza de mi vida— Dijo abrazando al nazi comenzando levemente a sollozar mientras sentía como el nazi le daba palmaditas en la espalda un poco incomodo por el abrazo, aunque sabía que el alemán no era fan de consolar ni de los abrazos, había que reconocer que lo estaba intentando
—Escúchame cagada, por que no lo diré dos veces. Quiere-te un poquito quieres!? Y si te deja plantado pues y te vas de puta! Para que vea que tu también le puedes dar de su propia medicina— Exclamo con una sonrisa. Si bien es cierto, bueno......los concejos del nazi eran raros? Si, pero le reconfortaban? También si.
—Gracias, creo que ya no estoy tan nervioso. Vamos a comer? Tengo hambre— Decía agarrándose el estomago luego de que este sonara un gruñido por el hambre
—Si, vamos bastardo—
—No se por que, y se que no les interesa, nun ja, igual se los voy a decir; eso que Nazi dijo al final de "Si, vamos bastardo" por alguna razón, me recordó a la canción de Dora exploradora, esa de "Vamos come on! Vamos todos a ya!! Vamos a la obra, en una sola maniobra!". En fin—
—A propósito, me ayudaría bastante que me dejen en los comentarios cualquier duda existencial o concejo que le pedirán a Nazi—
—Tchüss! Y recuerden que se viene la boda ctm!!—
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[Italia fascista x Imperio Japones] [Terminada.]
Sonstiges-La mitad de esa cosa está llena de faltas ortográficas y la otra mitad (casi solo lo último en mi opinión) está bien escrito. -Si uno avisa, ya no es pecado.