3

203 15 0
                                    

Al día siguiente la madre Nagano salió del lugar específicamente a la alcaldía para ver si podría hallar un modo de que nos respalde dejándonos al cuidado de ellas monjas; nos dejaron hacer lo que queramos, con la condición de que no saliéramos de casa. Ya saben porque.

Nos fuimos a los dormitorios y permanecimos allí luego de hacer una broma a la hermana Yuki junto con otros niños para terminar charlando sobre cosas vanas ya habíamos entrado mucho más en confianza luego de ese tiempo yo me hallaba en el techo colgado y mis amigos en la cama, y entre tantos temas terminamos tocando el de la familia ideal.

-¿Vos como te imaginas a tu familia Toga?
Silencio...
-Yo quiero una familia que me quiera por quien soy, y me ayude ser mejor-respondio-¿y tu Hideaki?
Otra vez silencio
-Una que me quiera y apoye siempre-se limitó a hablar
Ambos traían un pasado trágico no los puedo culpar
-Y tu Pete?
-Una familia tan fuerte como yo-respondi pretenciosamente para luego ver como mis amigos traían una cara de ligera molestia, y hacerme hablar más seriamente-yo quisiera una familia que en la que pueda confiar en todo momento-dije

-Tómatelo más en serio Pete-Habló enojada Himiko

Una monja entra abruptamente al cuarto para avisarnos que vayamos al comedor, era ya hora de comer pero la madre Nagano no llegaba empezamos a preocuparnos para que terminase llegando de improviso junto con una pareja que venía a adoptar.

La madre Nagano se le notaba un poco molesta algo había pasado en la municipalidad y para evitar incomodar a la pareja no dejaba ver toda su molestia. Se llevaron a uno de los más mayores a los "niñeritos" como se les denominaban habian en el lugar, en el orfanato nos manejábamos como por una jerarquía por así decirlo:
-La Madre Nagano que dirige el lugar
-El resto de las monjas que colaboraban con las tareas junto a los voluntarios
-Los voluntarios, que empezaban a reducirse pero aún así era tan escasa la interacción que teníamos con ellos que nunca los notábamos
-Los niñeritos que eran los niños más mayores que cuidaban de los más peques rondaban siempre la edad de 8, 9, 10 años.

Y en efecto yo formaba o debería formar parte del grupo pero mi actitud me impidió serlo, a diferencia de mis amigos que destacaban entre el grupo en fin.

Volviendo a donde estábamos...

Una vez la pareja hubiese salido del lugar, la madre Nagano se reunió con algunas monjas y mandó a una, de las más jóvenes, a llevarnos al parque siendo resguardados por un policía que estaba esperando en la puerta. Al parecer ya tendríamos los detalles.

Nos pusimos a jugar junto con otros niños a solo y hielo y pasaron la horas y mientras jugaba con Himiko a Hideaki no lo llegaba a ver, había desaparecido o eso pensaba yo, el guardia, se hallaba hablando o posiblemente coqueteando con la monja a cargo como para no darse cuenta de su ausencia.

Mientras me hallaba viendo alrededor, Himiko empezó a preguntarme:
-¿Y tu conociste a tus padres?
Eso me saco de mi leve letargo y respondí:
-Nop
-¿Y como llegaste al orfanato?
-Según las monjas aparecí en el aeropuerto por lo que puede que no sea de aquí y me trajeron los oficiales.
-¿Así fue? ¿No te trajo el basurero como dijo Hideaki?
-NO!!-grite pare ver como se reía
-¿Y dime cómo eran tus padres?-pregunté para ver  continuar la conversación, sabía que los conocía pero ignore el contexto que la rodeaba hasta ya muy tarde.
Himiko se quedó callada, creí que iba a empezar a llorar o enojarse conmigo.
-Perdón no quise...- me cortó para hablar
-Mis papás eran muy cariñosos conmigo pero mi papá era muy trabajador y no aparecía mucho en casa, aunque no fuésemos una familia con mucha plata éramos felices, ellos me querían incluso aunque mi kosei diera un poco de miedo podía ser yo. Pero...Pero...- empezó a sollozar, permanecí callado y me acerqué a consolarla.
-Calma siempre seremos tu familia y podrás ser tu con nosotros.
-Asi es, y para animarte que tal una broma?
Era Hideaki apareció de la nada no pregunté solo me alegré
-  ¿Haces los honores Pete?
- Con gusto
Acto seguido lance una telaraña al pantalón del policía y lo jale exponiendo su calzoncillo de High School DxD poniéndolo en ridículo.
Terminé generando un momento breve de risa que alegró a Himiko, no por la broma sino por la intención, que en todo el tiempo que pasamos juntos desde que llegó no se atrevía a expresarse o mostrar tanta confianza al menos conmigo.

Sin embargo Hideaki desde esa aparición de la nada encendió una leve alerta en mi 6to sentido, decidí esperar a que nos contara el mismo, hasta ese entonces volvimos al orfanato llevándome un buen jalón de orejas, además de no recibir detalles de lo que pasó.

Según lo que susurraban las monjas no brindaran un apoyo completo al menos no por ahora dado que ya andaban muy enfocados en otros temas dándonos por ahora una dotación de comida enlatada a corto plazo y la seguridad de que al menos se velará por la integridad del orfanato y de los que viven en el por ello el policia.

Esto permitió salir más a menudo al aire libre porque al menos teníamos cierta seguridad de que no nos pasaría nada pero viendo al policía no podríamos afirmar nada.

Dias después volvimos a salir esta vez un poco más alejados, Hideaki ese día no desapareció y se terminó reuniendo con nosotros en el parque y mientras hablábamos terminamos tocando el tema de su leve pero misteriosa desaparición.

- Y a donde fuiste hace unos días Hideaki?
- ¿Yo?
- Si no te hagas a que no sabes
Resoplo y hablo- Conocí a unos amigos hace unos días son muy buenos tipos y fuimos a pasear un rato
- Sabes que a la Madre no le gusta que nos separemos sin su autorización
- No importa igual ni se enterará.

Eso no me convenció pero al fin y al cabo le reste importancia como a todo lo demás en esa edad, al menos en mi caso. Volvimos al lugar, Nagano no se hallaba tan preocupada como antes, después de todo era un pequeño alivio el que nos decidieran dar un ligero apoyo y ahora nos dieron la chance de escoltar a las monjas en los días de compra y abastecimiento.

Todo esto hizo olvidarnos de la situación que nos rodeaba al menos por un tiempo, el suficiente como para que algunas cosas cambiasen hablando de rutina y hubiera una falsa paz.

RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora