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- Familia es algo de lo que todos tiene algún tipo de concepto y lo que tienen en común es el hecho de que esta nunca te abandonará ni olvidará. Y que los que la componen no siempre tendrán algún tipo de vínculo sanguíneo.

Estas eran las palabras de la Madre Nagano, alguien que en toda la instancia de Himiko en el orfanato supo tratarla con el cariño que ella ameritaba y formó uno de los nuevos pilares que la impulsaban a ser mejor. Sin dudas un lindo discurso...

Creo...

Si preguntan porque inicio de esta manera es simple, la voz de la madre Nagano es muy fácil de reconocer y escuchar, sobre todo cuando tienes percepción mejorada y las paredes son madera delgada.

- No nos olvides hija quiero que sepas que siempre estaremos ahí para cuando lo necesites. En Hosu siempre tendrás un lugar donde acudir y no; no hablo del orfanato me refiero a que me podrás buscar si deseas algo  de mí.

El sol salía y daba inicio el 2do y último día de Himiko en el orfanato, desperté y note que Hideaki no se hallaba allí bajé rápido y me fije donde andaba y no habían señales de él.

- Salió con la monja

- ¿Pero no es peligroso?

- El insistió y demasiado, además el guardia está con ellos este a diferencia del anterior este es mucho más experimentado.

- ¿Y estarán bien?

- Claro que sí mocoso, ahora desayuna que es tarde.

Decidí confiar en Hideaki y pensar de que no estaba haciendo alguna estupidez. Me dirigí a la cocina, no había nadie y una ves desayuné me dirigí con Himiko.

- ¿Y como vas?

- No sé, busco mi casa

- ¿Estas emocionada?

- Demasiado- me abrazó- los voy a extrañar mucho- se notaba cierto desánimo en su tono de voz.

El distanciamiento de Hideaki parecía afectarla de algún modo, intente animarla y la llevé al patio para armar unos columpios y mientras lo haciamos Hideaki llegó, parecía molesto, molesto conmigo, y se evidenciaba el ambiente tenso que circulaba, pero suspiró a modo de resignación y se acercó salí del columpio y armé un tercero más, y empezamos a hablar.

- ¿Recuerdas cuando vendamos los ojos de la monja y la hicimos creer que estaba ciega?

Había olvidado eso, pasó hace mucho en uno de los tantos intentos para hacer que Himiko diese muestra de vida alguna.

- Jeje, la monja luego los regañó, no pasó a mayores por suerte.

Otra vez silencio, probablemente no lo volveríamos se supone que tendríamos que gozarlo en grande, ¿Que sucede?

- ¿Y si vamos a la azotea? - sugerí

- ¿Que haremos ahi?

- No sé, vi en la tele algo acerca del salto bungee

- ¿No es muy peligroso? - refutó Hideaki

Descarté la idea, de que iba a hablar ahora todo se volvió incómodo que íbamos a hacer. No podíamos salir del lugar, el patio se nos tornó aburrido pero Himiko salvó la situación.

- Juguemos con los demás, seguro algo nos divertirnos

- Pero apenas hablamos con ellos; que van a querer hablar con nosotros.

- A modo de conocerlos, vamos seguro que nos vamos a divertir mucho.

- Vamos Hideaki, cumplámosle esta última petición.

Lo meditó y terminó aceptando, bajamos y armamos una gran jornada de juegos, oculta oculta, sol y hielo. Al principio se nos hizo difícil hablar con los demás, pero se nos facilitó gracias a que algunos me conocían por lo de hace unos días.

Esta vez el día fue mucho más llevadero y el 2do día terminó. Al día siguiente la familia adoptiva de Himiko llegó y la despedida fue emotiva.

- Cuídate Himiko

- Igual ustedes.

- Te extrañaremos, mucho

- Yo igual jeje.

- Escríbenos si puedes.

- Lo haré.

La despedida recuerdo que fue más emotiva pero solo me llegan esos recuerdos, en fin continuando...

Una vez se fue pasó a ser Toga Himiko, y de ella no volvimos a saber nada; sin embargo ni bien se perdió en la esquina me di cuenta de que Hideaki ya no se hallaba junto a mi, había regresado al lugar probablemente molesto, decidí no pensar en ello y solo regresé con la intención de cuidar a de los demás niños.

Al entrar me di cuenta que varios se hallaban durmiendo, estaban cansados por lo de hace rato al parecer y en vista de no tener muchas opciones fui a buscar a Hideaki y luego de una ligera búsqueda lo encontré en la azotea.

- Al final volvemos a ser solo 2 - habló

- Si.

- Hubiese querido que se quedara una poco más.

- Si, pero era lo mejor.

- No es como si tu tuviera la potestad de decidir eso. - dijo para volver a bajar.

Se notaba que se hallaba molesto, siendo franco creí haber mostrado que había cambiado en algo en mis casi 11 de años de vida en este mundo. Algo de criterio ya debía de haber desarrollado se supone.

Baje y sentí nuevamente ese sentimiento de soledad que me afligía mis días hace un tiempo solo que esta vez sabia que no era mi culpa o al menos supe que había hecho lo correcto.

Poco sabía que ese sentimiento sería mi confidente en lo años venideros y me fui a dormir yo también; esperaba un día más intenso pero no pasó nada de eso, la noche llegó y todo transcurrió con normalidad, si se le puede decir asi.

Al día siguiente reinó una especie de silencio que parecía que solo era yo al que lo incomodaba, me senté a desayunar y me encontré a Hideaki. Y me senté a hablar con él.

Quise iniciar la charla de alguna forma divertida pero se me adelantó

- Escucha evitemos hablar de esto, intentemos llevarnos mejor estos días y cuidemos de los demás.

- Entendido...

Intenté añadir alguna forma de continuar la conversación pero el castigo parecía volver a ser vigente y lo terminaron llamando no se que pasaría a partir de hoy pero adivinando no lo sabré...

Los días pasaron y empezamos el destino de la transferencia pasaba a ser un mero cuento, sobretodo cuando la zona de riesgo se volvió a expandir, la burbuja en la que estábamos terminó por ceder y volvimos a ser una pequeña comunidad intentado subsistir en un la crisis, cambiando sin saber toda nuestra rutina.

RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora