4

159 15 0
                                    

En estos días había llegado mucha calma pero no para mi, mi 6to sentido no paraba de molestarme parecía que algo estaba por pasar, cosas pasaban e interactuábamos más el grupo que tenía se volvió más unido, y más anécdotas que no me llegan a la mente y que capaz algo relevante aportaban, pero me estoy alejando del tema.

Novedades algunas, y la que más le generaba molestia a mi 6to sentido, las desapariciones de Hideaki conforme salíamos del orfanato se hacían más frecuentes y eso no era una buena señal.
Himiko se había abierto más con nosotros en mucho tiempo y Hideaki no estaba allí para brindarle su apoyo como su más fiel amigo y eso me enojaba pero decidí no delatarlo al menos no todavía. Otra cosa es que la provisión de alimentos aún no se llevaba a cabo por de parte la municipalidad; si bien aún teníamos algo de recursos gracias a donaciones debimos empezar a racionar pero pudo ser peor.

Otras novedades más gente empezó a venir a adoptar y más niños salían del lugar estábamos volviendo a una época dorada en el lugar donde si bien, la seguridad que nos prometieron brindar no era lo único que necesitábamos, ayudo a mejorar las cosas permitiéndonos que más entretenidas rutinas se dieran sitio en nuestro itinerario, pero ese presentimiento no me dejaba disfrutarlo.

Y en todo este tiempo de mejora también mejoraron la cálida de educación que nos impartían terminé siendo un estudiante regular a diferencia de Himiko y Hideaki bueno a el le valía 3 quesos.

-No me servirá para lo que planeo- decía ese cambio de actitud se empezaba a evidenciar desde que empezó frecuentar a sus "amigos"
-¿Seguimos siendo amigos no?- preguntaba Himiko a modo de reprimenda.
-si...*golpe*
-¿¡Que le dije de hablar en clase!?
Hideaki se calló de mala manera cuando un misionero hizo acto de presencia en nuestra conversación cabe aclarar que las clases nos la impartían los jóvenes misioneros que empezaron a frecuentar más el lugar; luego de ese incómodo momento llegó un breve receso, donde si bien acostumbraba hablar con mi grupo esta vez terminaron desapareciendo luego de que fuera al baño.

- ¿Donde estarán?. Meh hablaré con otros hasta mientras

Me acerqué a un grupo para conversar y...
Noté que me ignoraban, me fui a otro grupo a hablar
- Nah es su problema si no quieren estar conmigo- dije altaneramente
Me fui a hablar con otros y estos me aceptaron de muy mala gana, esto lo noté y se hizo más evidente cuando empezaron a charlar, noté lo ajeno que estaba para el grupo y la sensación fue similar cuando me miraban a otros chicos.

En lo que quedó del receso me sentí solo, y solo grité:

- No los necesito ya verán que ustedes serán los que me busquen

Me seguían ignorando y me fui de allí acongojado a buscar a mis amigos y terminó el receso y los vi en clase.

- ¿En donde estabas?

- ¿En donde andaban ustedes?- dije un poco molesto.

- Otra vez con esos delirios Pete

- El misionero nos llamó para que lo ayudasemos en la cocina, no estaremos todo el rato para ti.

Nos volvieron a reñir por hablar y dejamos de hablar y tiempo después terminó la clase, y yo me fui rápidamente de allí a la azotea, a pensar.

¿No era yo popular?
¿Desde cuándo no soy bienvenido?
¿Ya no me quieren?
¿Mis amigos me odian?
¿Soy buena gente?
¿Me quieren todavia?
¿Estoy solo?

Estas muchas más dudas pasaban por mi cabeza, era consciente de que por mi actitud no me dejaran responsabilidades de alguna tipo y hasta cierto punto me alegraba que no me adoptaran por esta, digo gracias a esta es que puedo seguir conviviendo con mis amigos, pero con lo que paso hoy me llegó la duda de si en verdad soy su amigo. Digo para mi ellos si son mis amigos pero;  ¿yo para ellos?.

¿Y si solo me ignoran como en los otros conmigo? Eso explicaría porque Himiko y Hideaki se llevan mejor entre si que conmigo pero entonces ¿yo sobro en el grupo?, muchas inseguridades inundaban mi mente y solo para que terminase con...

- Bah, no los necesito- dije un poco acongojado para luego bajar a dormir, ese día descubrí que puedo ser muy inseguro y paranoico.

Terminé despertando tarde y baje no sin antes recibir un jalón de pelo por ello, me dirigí a desayunar un pan y un pequeño vaso de chocolate para terminar iniciando el día de muy mala manera y si no fuera suficiente termine siendo llamado por la madre Nagano, parece que me llamaría la atención por no haber ayudado a los misioneros en la cocina, siendo en esta ocasión la citación en su oficina.

Esta constaba de un estante, un escritorio con una computadora e impresora viejitas, un portalápices que estaba prácticamente de adorno y un par de sillas

- ¿Si señora?

- Ven que quiero hablar algo contigo.

Me senté en frente suyo y Nagano empezó a hablar.

- Escuche que ayer anduviste un poco por la deriva solo ayer, ¿no sabias que te necesitaban en la cocina?

- No señora

- Hmph, ¿y que anduviste haciendo en esos ratos?

- Caminar y andar por el lugar.

Me miró con una cara seria pareció notar que si había algo mal conmigo al fin y al cabo lo debió notar en mi tono de voz.

- ¿Que traes entre manos?

- Nada señora

- A mi no me tomas el pelo como a las otras monjas papito, dime que te pasa

- No es nada se lo aseguro señora

- Pues si insistes. Necesito que le avises a YunYi que venga a mi oficina, Seras el que se haga cargo de los recados por un tiempo. Solo serán en el orfanato.

La mire un poco confundido, ¿por qué me designaba esto?

- ¿Qué? ¿Esperabas no recibir castigo?, no saldrás del lugar cuando toque hacerlo en salidas quiero que lo sepas Pete recados hay más en especial en esas horas.

La miré un poco molesto. Y ella advirtiendo esto solo sonrió.

- Solo será por unos dias no te preocupes- dijo para cuando yo ya estaba fuera de su oficina.

Terminé molesto y salí del lugar, ya habían terminado las clases esas, y hoy tocaba salida y me volví a quedar solo, al menos hasta que me llamaron para ayudar. Y solo eran los primeros días, sin duda iba a dar para largo.

RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora