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Un día lluvioso se erigía en Hosu, y por ello hoy preferí quedarme en el trabajo un poco más incluso tomarme el día, la lluvia no era de mis cosas favoritas y los resfriados que uno pesca por ella no son cosa de risa, además algunos héroes empezaron a resguardar Hosu y no habría tanto problema.

Mientras tanto esperando clientela un grupo de alumnos terminó entrando a la sándwicheria, y por el uniforme parecían ser de un instituto nomás exigente. Traían unos aparatejos los cuales me permitían intuir que eran de algún instituto tecnológico. Me sorprende que hayan lugares así a pesar de lo feo que estuvo la situación, pero parece que estuvieron viviendo en una de las pocas zonas seguras.

- Atiéndelos Peter, clientes así ayudarían al negocio.- me dijo mi patrón

Me aproximé a tomar sus ordenes y noté que una de estos estaba en silla de ruedas y otro estaba medio ojeroso y todos sin excepción se hallaban un bastante estresados, parecían estar armando lo que sería una especie de trabajo final, y este ambiente monótono se rompió por la llegada de un ebrio que más muerto que vivo entró al lugar esto no hubiese sido un problema grande al menos si no hubiera vomitado mientras lo desalojaba, los jóvenes solo miraron con asco se levantaron irse rápidamente.

Por las prisas sin embargo uno de los estudiantes olvidó su estuche, no parecieron darse cuenta de ello porque no regresaron por el.

- Los espantaste.- dijo mi jefe rato después.

Los sándwiches habían sido comidos a medias y el hedor era insoportable y luego de limpiar el lugar me fui, aún seguía lloviendo y no estaba de humor para enfermarme así que me dirigí a la estación de trenes. Sorpresa la que me llevé cuando me encontré a una de los estudiantes que habían venido al local era la de la silla de ruedas y se veía un poco triste. Me le acerqué y ella pareció reconocerme para luego alterarse un poco levantando su paraguas y yo solo mostré el estuche que habían dejado.

- Vine a devolverte esto.- dije para aclarar las cosas.

- Ah.- dijo con más calma.- Gracias.- dijo esta vez con cierta tristeza.

Silencio incómodo...

Me quedé esperando un buen rato alguna reacción de su parte, no quería abrirme a malentendidos o situaciones así pero decidí dar el primer paso sentándome a su lado. Al principio no pasó nada. Sin embargo...

- ¿Qué intentas?

- Nada, espero el tren.

- Pero te quedaste parado un buen rato.

- Bueno, no me decías nada y no supe que hacer...

Silencio...

- Y... ¿Cómo te llamas?- preguntó ella.

- Peter Parker, ¿y tú?

- Makoto Ishigami.

Otra vez silencio...

- ¿Y como va todo?- Makoto intentaba romper el hielo.

- Mmm, bien creo.

- ¿Y lo que pasó en tu trabajo?

- Bueno cosas asi pasan de vez en cuando, en especial en lugar como lo es Hosu.

- Ah...

- Pero ahora cuéntame tu te ves triste, ¿Qué sucedió?

- Emmm...

El tren justo llegó y la ayudé a subir y en el tren nos quedamos en silencio un buen rato, esto de charlar se me estaba dando bien aún así preferí no incitarla a hablar si no quería.

- La lluvia está muy fuerte.- empezó ella.

- Seee, demasiado incluso para estas épocas.

- ¿Dónde bajas?

- Como a unas 4 paradas de aquí.

- Nomás lejos, pareces madrugar para llegar hasta aquí.

- Si, a veces se me hace muy molesto pero ni modo, pero tu en cambio pareces transitar mucho más, no debería haber al menos alguien que te ayude a transitar por si las moscas?.-

Otra vez silencio, sin darme cuenta por gil toqué un fibra que no debía.

- Lo siento, creo que hablé demás.- intenté disculparme hasta que me interrumpió

- Nono no hay problema, pero si, si suele haber alguien acompañándome pero se fue enojada luego de lo de hoy.

- ¿Hoy?

- Lo del borracho.

- Ah... Lo siento.

- No te disculpes, no se podía tener control de una situación así.

- ¿Te dejaron sola por ello?

- Me dejaron sola por el asco y no los culpo; pero lo peor es que tal vez mañana...- se calló abruptamente-... No se que te hago contando esto, es más creo que te pasaste incluso de tu parada.

Y en efecto así fue, pero lo peor no fue eso, lo peor fue que ni siquiera sabía donde bajar y tratando de inventar una excusa me quedé inmerso en mis pensamientos al menos hasta que recibí un golpe en la entrepierna con su paraguas.

- Eh!? Perdón, me distraje.

- Parece que te rayaste- rió un poco.- ¿Y como le harás ahora? Te van a reñir y yo ya me bajo aquí así que me despido.- Estuvo por bajar pero por ignorar ese espacio entre el metro y la acera de la estación casi se cae, casi si no fuera porque agarre su asiento justo a tiempo.

- Mejor te llevo a casa...

- En serio no tienes que hacer esto Pedro

- Soy Peter... Y no, considéralo una disculpa por lo de hoy además no es muy seguro que digamos.- el lugar no se veía muy amigable que digamos.

- Buff... Esta bien.

La lluvia seguía cayendo a cantaros y mientras ella sostenía el paraguas y yo la empujaba la tarde se esfumaba como si nada. Tomarme el día tuvo sus ventajas y cuando dejé a Makoto en su casa, no había nadie, lo único que hice fue rogar para no pescar un resfriado en mi vuelta a casa...

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En un atardecer por las calles de Hosu, en una azotea un grupo de gente compartía parecía estar celebrando algo sin embargo esta celebración se vería interrumpida por un intruso, hasta que una figura misteriosa hizo su entrada en el evento.

- Mir... -un de los integrante trató de hablar pero se calló abruptamente cuando un golpe impactó en su rostro dejándolo inconsciente.

Los demás solo pudieron gritar y tratar de correr despavoridos incluso haciendo uso de sus koseis pero fue inútil al haber algo que los impedía irse del lugar y solo pudieron gritar esperando su agonizante final.

Cuerpos maltratados al punto de lo irreconocible fueron el vestigio del intruso que moviéndose entre los tejados abandonaba el lugar para la llegada de los héroes que atónitos vieron un mensaje escrito con sangre.

PRÓLOGO...

RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora