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Un nuevo día se erigía en Hosu y ni bien amanecí se dieron a conocer los detalles de un nuevo asesinato.

- No queremos levantar sospechosos pero podríamos hacernos una idea. - dijo el reportero.

Cómo me tiene podrido este daily bugle. Pensé, la indirecta era obvia.

Alcé mi mochila y me largué del comedor, no pude ignorar las miradas de temor de algunos después de todo entre las víctimas había un vagabundo y al comedor venía mucha gente así. Me fui a mi trabajo, la jornada había pasado sin mucho que contar y dicho esto ni bien terminó mi jornada me dirigí al callejón más próximo a cambiarme, no podía esperar a que los héroes hicieran algo y el tipo este no terminaría impune una noche más...

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En otra parte de la ciudad...

- Carajo Yamato no te pago para que me cocines estas babosadas.

Un jefe le reclamaba furioso a su empleado, un arroz quemado tal vez haya sido el culpable no lo sé pero el pobre empleado presa del miedo solo se limitaba a responder con un "si chef". Un local ambulante había cerrado sus ventas del día de muy mala forma.

- Mierda, no te quiero volver ver bastardo inútil, ¡Estas despedido!- gritó para echar a patadas al ahora desempleado cocinero que, cabizbajo, abandonó el lugar.

El dueño mientras tanto refunfuñando limpiaba los alrededores de su local hasta que un sonido, un golpe seco lo alertó, observando el lugar notó a una persona alojada en la sombra de un muro aledaño

- Yamato si me vienes a joder te juro que...- gritó para ver como la figura ni se inmutaba.

- No me provoques, aún ando emputado por tu cagada.- observó al intruso.- ¿Quién mierda eres?- la oscuridad impedía que el dueño identificara al intruso; este solo se acercó revelando una atuendo familiar.

- ¿Eres sp?- intentó hablar para recibir un golpe que lo tumbaría en el suelo y luego una patada que quebraría su cuello salpicando algo de sangre en la calle.

- ¡¡Alto ahí!!- un héroe había hecho presencia...

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*Punzada*

Algo había encendido mis sentidos, salte de la azotea en la que había capturado a un rufián e hice una ronda por el lugar para buscar actividad sospechosa sin embargo la zona en la que me hallaba estaba tan mal iluminada que uno tenía que guiarse del tacto para no chocarse; sin embargo un golpe se oyó muy cerca de aquí, para ya al llegar encontrar 3 cuerpos en el suelo.

*Punzada*

Me agaché para barrer a quien sea que intentaba conectarme un golpe, para ver como una silueta retrocedía de un salto y se ponía a correr, me puse en marcha y lo empecé a perseguir para notar como doblaba en la esquina espantando a la gente para ver como estaba por asesinar a otra persona y lance mi telaraña para azotarlo contra la pared y enredarlo.

Fui a encararlo pero mi punzada empezó a sonar haciendo que pegue un salto hacia atrás y lanzando una telaraña que por inercia golpeó su cabeza con la pared dejándolo inconsciente, no sabía el porque de mi punzada hasta que me acerqué y sentí un leve mareo seguido de un estremecimiento por alguna razón familiares...

Familiares, y en efecto sólo una persona es capaz de hacer generarme este tipo de sensaciones: Ichiro.

Y al desvelar la máscara del tipo note un rostro lleno de cicatrices y alguna heridas pero no era quien pensaba, me limité a llamar a la policía para que lo arrestaran. El caso ya había sido resuelto...

Al día siguiente las noticias no paraban de hablar al respecto:

Pro-fugo de la justicia es recapturado y es imputado por los múltiples asesinatos.

Tamato Yugawa, el reo faltante fue capturado.

Y si, en efecto al parecer el reo terminó el culpable de todo pero que tuviera el mismo kosei de Ichiro me dejó algunas dudas. ¿Acaso era pariente de Ichiro?

Mas aún: ¿Qué lo motivo a llamar la atención de esa manera?
Digo si yo me escapo de prisión, me esperaría un poco antes de hacer un movimiento.

Me hallaba en el comedor sumido en mis pensamientos hasta que vi la hora, y ya estaba tarde. Me dirigí corriendo a mi trabajo, nada destacable salvo una visita inesperada de Makoto, parecía un poco emocionada.

- ¿Viste lo del asesino?-preguntó ni bien llegó.

Solo asentí con una sonrisa.

- Sabía que no era el hombre araña.

- ¿Dudaste en algún punto?

- Es que no sabes lo que habla la gente. Es bien cerda en ocasiones, mis vecinos no paran de hablar groserías del tipo.

- Meh, así es la gente; más bien dime que te trae por aquí.

- Bueeeno, como parece que andas muy fan de spider-man vine a darte la buena noticia, además vine a invitarte a una salida de amigos, después de todo te ves un poco cansado.

La mire sorprendido no esperaba una proposicion de ese tipo, miré la hora y mi turno llegaba a su fin.

- Mmm. Vale, esperame un ratito mi turno ya esta por acabar y vamos los dos.

Tal vez podría hablar con el susodicho Tamato.

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El asesino ya se hallaba en su celda, mirando perdidamente a la única ventana de su celda. Pero una voz lo sacó de su trance.

- Te dije que nadie se daría cuenta. Aún así fuiste un pendejo por hacerte pillar...

- No esperaba que aparecieras

- Teníamos un acuerdo, es más a parte de ti tenían que haber unos 2 o tres más y los mataste.

- Iban a estrobar, además querian matarme, sólo me defendí.

- Bah- suspiro- iré al grano, si aceptaras el trato o no?

- ¿Cuál trato?

- Te sacamos de prisión, puede que te saquemos de esta incluso, pero tienes que seguir las órdenes que se te den.

- Me dejaran al menos hacer alguno de mis pendientes?

- Si te portas bien...

Cierta resignación se podía escuchar por parte del recluso.

- Vale, pero cuando me sacan de aquí.

- En unos días te llamamos, es más hasta te daremos tu nombre clave.

- Y de que me servirá eso-pregunto para luego oír unos pasos en la cercanía, un guardia y a partir de allí no oyó respuesta alguna, ahora sólo se dedicó a esperar, lo que sea que pudiese significar una señal...

RedemptionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora