22.1

509 58 9
                                    

"Cinco Hargreeves"

— ¡_____! — La llamé de un grito.

Carajos.

Carajos.

Carajos.

Sabía que era una mala idea decirle lo de Austin.

Sin pensármelo, me levanto de la cama para salir corriendo detrás de ella y detenerla antes que hiciera una locura.

— ¿Ha ocurrido algo? — Preguntó de golpe Allison entrando a la habitación — Cinco ¿qué haces levantado? Deberías estar descansando — dijo tratando devolverme a la cama.

— Tengo que detener a ____.

— ¿Detenerla? ¿A qué?

El chisme corre rápido por esta casa. Todos habían llegado en un dos por tres, mirándome y esperando a que dijese algo.

Que chismosos son.

— ¿____ no estaba contigo? — Preguntó Ben confuso — Creí que vino hablar.

— Ella ya recuerda todo — solté a los cuatro viento — o al menos a mí.

Todos abrieron los ojos. Mis hermanos con sorpresa y los otros, confusos. A excepción de Ben como siempre.

— ¿Recordarte? ¿A qué te refieres con eso? — Pregunta Kiara intentando entender.

— No tengo tiempo para responderles, pero en pocas palabras, su hermana no es de este universo. Ella y yo nos conocíamos y nos enamoramos del uno al otro. Ahora con permiso.

Me aparté de todos ellos. A punto de salir, Luther se atraviesa en mi camino. Tapando la salida de la habitación.

— ¿Por eso _____ corrió por los pasillos llorando? ¿No debería estar feliz porque te recuerda?

Me alteré más. Esto daba mala espina.

— Luther no hay tiempo. Necesito encontrarla ya — trato de apartarlo.

— Si tanta preocupación tienes, ya hubieras usado tus poderes para teletransportarte, Cinco.

— No sé si lo recuerdas, idiota. Pero no tengo la fuerza suficiente para usar mis poderes.

— Vamos Cinco, esa chica sabe cuidarse sola y tú lo sabes. Ahora dinos qué ha pasado — insistió Luther.

— Luther deja salir a Cinco — pidió Ben — él también sabe lo que hace.

— No podemos enfrentarnos así como si nada si no tenemos un plan.

El coraje iba aumentando cada vez más cuando seguía escuchando las idioteces que decía el estúpido de mi hermano. Pero el límite ya había llegado.

— ¡A la mierda con tus planes Luther!

Ignorando el debilitamiento que tenía, usé toda la fuerza que pude. La fuerza suficiente para darle una patada en su entrepierna para que se retorciese de dolor en el suelo. Oportunidad perfecta para salir.

— ¡Cinco! — Gritó Diego detrás de mi hasta alcanzarme — ¿Qué está ocurriendo?

— Le he contado a _____ sobre su hermano.

— ¿Que tú hiciste qué? ¿Qué le has dicho?

— ¿Qué más le voy decir? Tuve que decirle que estaba muerto. No paraba de preguntar por él y no podía mentirle sobre eso. Sería peor — hablaba apresurado. Caminando por los pasillos de la mansión — fue a buscar a Reginald. Debo alcanzarla antes de que cometa una locura.

Una explosión sonó de repente. Proveniente de la oficina del viejo.

No dudé en usar mis poderes para teletransportarme. La adrenalina que tenía, hacía olvidar todo lo que me había sucedido minutos atrás.

Llego a mi destino y doy un vistazo rápido por toda la oficina. Hasta que la vi sentada en una esquina. Abrazando sus piernas pegada a su pecho mientras temblaba.

A lo lejos estaba Jack sin moverse de su lugar. Parecía que estaba impresionado por lo que había visto, pero aterrorizado a la vez.

— _____ mírame — le pedí moviendo un poco su hombro para que reaccionase — estoy aquí contigo, por favor háblame.

Solo miraba la nada, aferrándose más a sus piernas y temblaba más.

Toco su mano y estaba completamente helada. Luego toco su mejilla y era de lo contrario, su mejilla ardía tanto que quemó mi mano.

Eso solo significa una sola cosa.

Estaba teniendo un descontrol de poderes.

— _____, linda — trato llamar su atención — sé que hay mucha información que procesar, pero necesito que me escuches por favor — dije mientras sostenía sus manos para que se tranquilizara — sé que tienes muchas cosas en la cabeza, pero concéntrate en solo mi voz. Estoy aquí contigo.

Mis manos empezaban a congelarse por ella. El suelo comenzaba a salir un montón de raíces de plantas. Libros, sillas y más cosas ya se estaban elevando en el cielo. El descontrol de sus poderes iba empeorando. Nada de esto estaba funcionando.

Le hablaba para que me escuchase, repitiendo que se concentrara en solo mi voz, no en otra cosa. Pero la situación seguía siendo la misma. O hasta incluso, peor.

Hasta que de pronto por impulso, tomo su mejilla, que hizo que mis manos se descongelaran, y la besé.

¿Quemó mis labios por su poder de fuego? Si.

¿Me importó eso? Claro que no. De hecho, extrañamente me gustó como se sintió.

Concéntrate Cinco.

Sentí que empezaba a relajarse, sus labios ya estaba a una temperatura estable, al igual que mis manos volvían a su normalidad. Las cosas que estaban flotando cayeron de un golpe al suelo. Pero las hojas y raíces seguían en el lugar, solo que ahora ya había parado de crecer a una velocidad muy rápida.

Nos separamos y lo que hago de inmediato, es rodearla en mis brazos y darle cariño. Su respiración comenzaba a relajarse.

Mientras que Jack...él seguía parado ahí en la nada sin hacer nada.

— Reginald no es lo que creíamos antes — dijo por fin.


Another Wish (Número Cinco y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora