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"______ Patterson"

Estaba cayendo en un agujero que parecía ser un sin fin. Estaba tardando tanto en caer que ya había dejado de gritar desde hace diez minutos. Pero cuando menos me lo esperaba, por fin había aterrizado con un buen golpe que recibí en mi trasero, pero no creo que ese último detalle sea importante.

Me levanto y me sacudo la ropa que tenía algo de sucio. Necesita tomarme un baño urgente después de tener tantos días sin haberme duchado. Ya me sentía como Austin.

Austin...

¿Ahora como le diré a mi familia que Austin ya no está con nosotros?

— ¡Mamá, papá, Katie! — los llamo en un grito para que me escuchasen.

No obtengo respuesta por ninguno de ellos.

— ¿Mamá? — Llamo de nuevo pero ahora dudosa — ¿papá? ¿Katie? Estoy en casa.

Arrugo mi frente cuando sigo sin tener señal alguna de ellos. Veo la hora que marcaba en el reloj que teníamos en la casa.

6:00 pm.

Normalmente mamá y papá regresaba de trabajar y Katie debería estar haciendo las tareas de la escuela. ¿Qué estaba pasando acá?

— Es un gusto verla por fin ____ Patterson — dijo una voz que no era ninguna de mi familia.

Me volteo por reflejo y veo a un sujeto frente a mí. Anciano, cara de millonario y con un monóculo en su ojo. Todos esos rasgos me hace recordar a una sola persona que tiene nombre y apellido: Reginald Hargreeves.

Me alejo de inmediatamente de él.

— Es de mi agrado de interactuar con usted por fin.

— ¿Qué hace usted acá? — pregunto a la defensiva a punto de usar mi poder.

— Bienvenida a la Academia Sparrow.

Entonces caigo en cuenta que el lugar donde había caído no era mi casa como había creído. Observé mejor a mi alrededor y era un lugar desconocido para mí. Estoy en un lugar inmenso. Tan inmenso que mi casa ni siquiera era la mitad de esto.

— ¿Qué hago acá? — pregunto cuando sostenía mi collar en mi mano. Necesitaba a Cinco.

— Relájese. No habrá necesidad de preguntar si no lo recuerda — respondió y doy cara confusa al no entender lo que decía.

Luego me empiezo a mortificar cuando lo veo sacar una jeringa y empieza a acercarse a mí lentamente. Doy un grito fuerte para que me escuchase alguien que estuviera cerca, pero no había ninguna señal de rescate. Solo estábamos ese viejo y yo.

Rápidamente trato de usar mi poder pero alguien más termina esposando mis manos. Volteo de reojo y una mujer rubia y sonriente estaba justamente parada a mi lado sin hacer nada. Trato de nuevo en usar la telequinesis para tomar algo que me sirviera a la defensiva pero no lo había logrado. Estaban bloqueando mi poder.

Empiezo a respirar desesperadamente cuando Reginald se iba acercando más y más hacia mí. Retrocedo por cada paso que él daba hasta chocar con la pared. No tenía escapatoria. Traté en romper las esposas pero era imposible. Solo me quedaba seguir gritando por ayuda sabiendo que todo estaría siendo en vano.

— ¡Aléjese de mí! — grito asustada.

Y como lo esperaba sentí un pinchazo en mi brazo.

— ¡Ayuda! — grité jadeando cuando me levanto de la cama.

Mi respiración estaba siendo un descontrol cuando me desperté de nuevo. Sentía que las palpitaciones de mis corazones iban a un ritmo acelerado y un dolor de mi cabeza que era insoportable.

Another Wish (Número Cinco y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora