Capítulo 23

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Alysa

Sabía que algo iba mal, veía todo negro y escuchaba una voz de fondo que no conseguía oír a menudo. Aunque había varias voces hablándome no podía entender a casi ninguna, era como si hablaran algún idioma extraño que no lograba entender por mucho que me esforzara.

Dentro de mi algo estaba raro, era como si no tuviera fuerzas para luchar con mi vida, y en ocasiones quería dejar de hacerlo, pero algo me decía en el fondo que no lo hiciera, que siguiera luchando.

Lo único que recordaba exactamente como realidad fue que tuve un accidente de coche, recuerdo llegar tarde a las prácticas por haberme quedado hablando con la madre de Asher y de la que iba de camino un coche se estrelló contra el mío. A partir de ahí solo escucho pitidos y voces y no veo absolutamente nada. Es como si estuviera viviendo una pesadilla estando muerta o viva, no sabría definirlo.

Cada día me notaba más cansada y con menos ganas de seguir luchando, pero seguía esa cosa diciéndome que no me rindiera, que algo bueno pasaría.

Empecé a no hacerle caso, empecé a rendirme y por lo que eso conllevaba empecé a dejar de escuchar voces y vi una luz blanca, aquellos que todo lo llaman la muerte. La verdad no le tenía miedo, muchas veces me habían hablado de ella y viví cosas que tenían que ver con ella también. Mi abuela había muerto de Alzheimer, tuve que vivir su muerte, y antes de eso que no se acordara de mí, ni de mi hermano ni mis padres. Al principio fue algo duro pero a medida que avanzaban los días me daba cuenta de que tendría que convivir con ello y lo que llevaba consigo. Hasta que visitó la muerte, es cierto que era doloroso, pero cada persona que llega al mundo hace un ciclo con su vida hasta que llega su fin, la muerte. Todos empezamos con un principio que es la vida y nacer, y por ende acabamos la vida muriendo. Es algo sencillo que siempre tuve claro, igual está vez era mi fin, igual viví todo lo que tenía que vivir, hice cosas que tendría que haber echo, me enamoré, me rompieron el corazón y me volví a enamorar. Igual tendría que acabar aquí todo.

La luz como muchos la conocen es blanca, al igual que la estaba viendo, llevaba viéndola varios días, creo, y nunca se iba. Y en el momento más inesperado la vi a ella, mi abuela, hablándome después de tanto tiempo y reconociéndome como al principio de todo el caos.

-Alysa mi cielo, no te rindas, estoy aquí para ayudarte pero necesito que sigas luchando, por mí. Tienes que vivir y ser feliz, tanto como lo fui yo con tu abuelo.

-Abuela, no se como no rendirme, el cuerpo me pide que lo haga, que me rinda. Y creo que tiene razón.

-Cielo, si sabes como seguir adelante, siempre lo supiste. Lucha por vivir tu vida, lucha por él y por todos nosotros. Yo siempre te querré y siempre estaré aquí para protegerte.

Había entrado en una especie de trance, si es que al menos seguía estable. Había hablado con mi abuela, y me reconocía y después de que se fuera dejé de ver la luz. No se como lo había echo pero mi abuela era un ángel. Siempre fue un ángel, me había ayudado en ocasiones que nunca creí que lo hiciera, había confiado en mi en momentos importantes para decidir qué hacer con mi futuro. Y por eso había escogido medicina como carrera, quería ayudar a las personas de alguna manera en que lo hacía mi abuela conmigo y era esa. Mi abuela había sido una médica y cirujana increíble y me había enseñado muchas cosas que a día de hoy siempre me daré las gracias.

Estuve luchando por salir al exterior, pero era difícil. Algo me impedía hacerlo pero a la vez me empujaba a seguir haciéndolo. Era como si tuviera dos personalidades y una me mandara levantarme y seguir viviendo y otra me mandaba sentarme y ver como pasaba la vida a mi alrededor.

Lo único que me llevó a no rendirme una vez más fueron las palabras de mi abuela, y si puede que parezca que esté loca, pero la vi, y pude hablar con ella mientras me reconocía. No se si era algo espiritual o no, nunca había creído en esas cosas salvo en la muerte, en eso si creía, en ocasiones podría ser bonito y en otras feo, según como lo vieras desde un punto de vista u otro.

Decidí luchar, y era como si me empujaran, pero cada vez veía menos negro, volvía a ver la luz del día, la oscuridad y algo de color. Y podía escuchar, escuchaba más o menos casi todas las palabras que me decían, escuchaba también a un niño pequeño balbuceando y que la gente lo llamaba Ariel. Escuchaba como había gente que decía mi nombre y alguno más como Asher, Adriel, Enzo, Venus, Adara y Nia. Escuchaba alguno más pero no podía escuchar todas aquellas voces a la vez. Era como si un radio casete se hubiera rayado o estropeado y sonaran veinte cadenas de radio a la vez sin parar, una decía una cosa y otra decía cualquier otra distinta pero conectadas por algún algoritmo.

No se cuanto tiempo paso hasta que deje de luchar porque ya nada me lo pedía. En cambio seguía escuchando voces y viendo colores, y eso me sorprendía porque no podía abrir los ojos. A pesar de estar consciente no podía abrir los ojos, aunque lo intentara.

-Alysa por favor, despierta, llevamos mucho tiempo esperándote y necesitamos que despiertes, tienes una sobrina que te espera, un hermano, una amiga con su pequeño bebé, y me tienes a mi, tienes a Asher, siempre me tendrás. Así que hazme el favor y despierta, llevas mucho tiempo dormida y te estas perdiendo todo.

Intenté contestarle, y creo que hasta lo pude conseguir ya que abrí los ojos. Pero nada más hacerlo aparecieron muchas enfermeras y médicos, me llevaron a algún lugar a hacerme pruebas. Y estaba cansada, cerré los ojos cuando me llevaron a la habitación en la que estaba seguramente y estaban todos ellos durmiendo, estaba consciente, y ellos siempre habían estado aquí conmigo a pesar de que no pudiera hablarles o escucharles.

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Hola!!
Espero que os guste tanto como a mí. Intentaré no haceros sufrir tanto como en el anterior capítulo y en parte de este.
Mil gracias, os quiero.❤️‍🩹

Ig y Tiktok: ainaravillxr

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