Extra

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Alysa.

–Mama, ya tenemos demasiada ropa en casa. Deberíamos irnos, papá te está esperando y a mi Asher. – le comenté a mi madre. Ambas habíamos quedado para ir a dar una vuelta al centro comercial y una cosa había llevado a la otra.

–Está bien cielo. – respondió mientras me daba un beso y acariciaba mi enorme barriga.

–Venga mamá, te avisaré cuando vaya a nacer. Vete a casa tranquila y disfruta de papá y de vuestra soledad. – dije riéndome mientras me dirigía a la salida del centro comercial.

Mis padres habían venido a Nueva York esta semana ya que el pequeño Joshua nacería en unos días y querían estar presentes.

Saqué las llaves del coche y me dispuse a entrar para ir de camino a casa. Estas últimas semanas estaba más nerviosa y sensible de lo normal. La ginecóloga ya me había dicho que podría estar así debido a que dentro de poco nacería mi primer hijo. Y estaba entusiasmada pero algo preocupada por eso. Después de media hora de trayecto debido al tráfico, entraba por la puerta de casa quitándome los playeros que llevaba.

–Hola ojos azules. ¿Cómo estás? – comentó Asher mientras me daba un beso y acariciaba mi tripa.

–Agotada, siento que en cualquier momento voy a explotar a este pequeñín. – le respondí mientras me tumbaba en el sofá y Asher me acompañaba poniendo mis piernas encima suya.

–Lo sé nena, y lamento  no poder hacer nada en ese caso. Así que déjame hacerte un masaje en las piernas mientras me cuentas el día en el centro comercial con mi querida suegra.

No tuve que aceptar ya que Asher me conocía demasiado bien y estaba empezando a realizar círculos en mis tobillos.

–Bueno hemos comprado algunas cositas más para Josh. – comenté en voz baja.

–Nena... no hace falta que lo digas así. Será nuestro consentido.

–Lo sé, ¿a quién crees que se parecerá más? – pregunté mientras me acercaba a él y buscaba sus manos para unirlas junto a las mías.

–Es una buena pregunta, creo que será igual que tú. Sobretodo en terquedad. – respondió Asher riéndose y uniendo nuestros labios para que no pudiera replicarle nada.

–No hagas más eso, idiota.

–¿Hacer el que? – respondió acercándose a mi.

–Oh, venga ya. Lo sabes de sobra. Besarme para que no te conteste a lo que me dices.

–Eres tu señora O'Brian. – replicó mientras yo me asustaba por algo que pasaba en mi cuerpo y me mantenía pálida.

–Asher, viene ya.

–El que Aly.

–El niño Asher. Joshua viene ya. – respondí mirando al suelo por el pequeño charco de agua que se había hecho a nuestro alrededor.

–Oh mierda, voy a por las llaves del coche y a por la maleta y la sillita. – comentó nervioso mientras no sabía a porqué ir primero.

Llegamos al coche y Asher se ocupó de montar todo mientras yo estaba demasiado nerviosa. Después de quince minutos llegamos al hospital en el que nos atendieron bastante rápido.

Alrededor de unas horas más tarde yo ya estaba en la habitación esperando a que llegara la enfermera para mirarme los monitores.

–¡Alysa! No esperaba que fueras tú. Veamos como va el pequeñín. – comentó una amiga mía que había conocido en unas prácticas aquí antes de trabajar.

–Espero que listo para salir, no aguanto estas contracciones.

–Pues me temo que tienes que esperar un poco más. Estas lo suficientemente dilatada pero vamos a comprobar que todo vaya bien. Si en cuatro horas o así, vengo y está todo listo ya tendrás al pequeño en tus brazos.

–Genial, gracias Diane. – respondí mientras Asher se ponía de pie para ayudarme a levantarme.

–Venga Aly, queda poco. Sabes que te ayudaría con algo más, pero no puedo.

–Cállate Asher, lo único que necesito es que estés a mi lado sujetándome la mano.

–Pensé que lo sabías ya Alysa. Siempre estaré ahí, sujetándote la mano, o lo que haga falta... te lo prometí aquel día en el que quisiste ser mi mujer. – Y de repente sus labios colapsaron con los míos, haciéndome sentir menos dolor.

•••

Cinco horas más tarde, Asher estaba sujetándome la mano mientras entrábamos en la sala para dar a luz.

–Venga Aly, tienes que empujar un poco más, ya casi está aquí. – me animaba Diane.

–Nena, estás siendo muy fuerte. Pero haz un poco más de fuerza, se que puedes. – respondió besándome la frente.

Y de un momento a otro, la sala quedó en silencio mientras veía a Asher llorar. Y segundos mas tarde se escucho por toda la sala un llanto. El llanto de mi hijo Josh.

–Te dije que podías nena. Ahora ya está aquí. Ya somos padres. – Respondió mientras nos daban al pequeño y ambos llorábamos de emoción al tenerle en nuestros brazos.

Momentos después, nos fuimos a la habitación que estábamos en un principio. Pero ahora junto con nuestro pequeño en brazos. Asher se había encargado de llamar a mis padres y a Venus y a Enzo momentos antes de entrar en la sala. Así que estarían al llegar. Mientras tanto, Asher y yo disfrutábamos de ver al pequeño mover sus pequeños bracitos.

–Te amo Alysa. Gracias por dejarme ser padre de esta pequeña criatura.

–Te amo más Asher. Seremos unos padres estupendos.

Y así, Asher y Alysa, empezaron a cumplir sus sueños juntos. Y ese se convirtió en el momento que ambos recordarían siempre, aunque no esperaban que unos años más tarde volverían a ver ese momento pero ahora, para ver a una pequeña princesa.




Hola!! Quería dejar este extra ya que quiero ponerle punto final definitivo a la historia (de momento 😼).

Espero que los que hayáis llegado hasta aquí, os haya gustado tanto como a mí esta historia.

Os veré en otras ;) que por cierto... Corrientes Eléctricas está en curso actualmente. Y puede que dentro de poco, haya alguna otra sorpresita por el perfil.

Gracias por formar parte de la familia O'Brian Stevens.

Hasta siempre.

Ainara Villar Pérez.

💞💞💞💞💞

Todo lo que pudo haber sido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora