Capítulo 24

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Alysa

No sé cuánto tiempo tardé en abrir los ojos a pesar de que estaba consciente, tenía miedo de abrirlos y no poder ver nada nuevamente. Sabía que los chicos estaban ahí todos, apoyándome desde el primer día que había llegado a este hospital.

La noche anterior me había despertado y nada más hacerlo me hicieron varias pruebas, no me mandaron hablar pero recuerdo perfectamente el motivo.

-Hola Alysa, soy tu médica, llevo cuidándote desde que llegaste aquí. Se que me escuchas o eso creo pero intenta no hablar, te has llevado un golpe muy fuerte en la cabeza y es preferible que no hables durante estas pruebas que vamos ha hacerte. Hazme que sí con la cabeza y podemos empezar las pruebas.

Como me ordenó le dije que sí con la cabeza y empezaron a engancharme un montón de cables por todo el cuerpo incluido la cabeza. Después de media hora escuchando varios pitidos por fin me desengancharon los cables y podía volver a ser normal dentro de lo que cabe.

-Genial Alysa, no sabemos cómo pero tu cuerpo ha sido muy fuerte, sobretodo tu cabeza. Estas en perfecto estado y ahora haremos unas pruebas para ver si puedes hablar, no te asustes si al principio no puedes, es algo normal después de tener un accidente como el tuyo. Y si lo haces hay algún ángel protegiéndote allí arriba.

Empezó a hacerme hablar, al principio no quería, y me negué a hacerlo por el miedo, ese miedo que hace que no quieras tener ganas de nada por mucho que en el fondo quieras, ese miedo que te echa para atrás en cualquier momento.

Debido a que me negué a hablar llamaron a Adriel, hacía tanto que no lo veía, y acertaron era con el único que podía o quería hablar en estos momentos difíciles. Quería contarle que había visto a la abuela, y que estaba feliz allí arriba viéndonos crecer y acordándose de nosotros.

Cuando llegó me encontré con un Adriel desconocido, tenía los ojos hinchados y demasiado rojos, estaba más delgado que la última vez que lo había visto. En ese momento me di cuenta de que había pasado mucho tiempo dormida, que me había perdido muchas cosas y ellos también habían cambiado.

-Aly hermanita, tenía muchas ganas de verte. Se que no quieres hablar, pero lo harás, conmigo lo harás cielo. Ya estas en casa de nuevo.

Sus palabras se habían grabado a fuego en mi cabeza y se me repetían todos los días. Había estado allí desde el principio y lo adoraba más por eso, me había prometido que siempre estaría, por y para todo. Y aquí estaba quedándose conmigo en los momentos malos de mi vida. Al fin y al cabo un hermano es eso, una persona que siempre estará para ti cuando lo necesites, siempre te ayudará a levantarte y a seguir hacia adelante. Te ayudará a seguir tú camino y no el que los demás quieren que escojas. Por eso estoy agradecida, mi hermano era todo eso y mucho más, si tuviera que elegir con quien pasar el resto de mi vida sería con él, un amor de hermanos sincero y real. Un apoyo para mí.

-Alysa cielo venga, no escribas en papeles, háblame. Se que puedes hacerlo yo te ayudaré. Por y para siempre Aly, ya lo sabes.

-Está bien Adriel, hablaré contigo. Oh por dios Adriel! Lo estoy haciendo ahora, estoy hablando contigo ahora mismo, después de tanto tiempo por fin puedo hacerlo, puedo ser libre, puedo hablar, y puedo vivir por ella Adriel, por la abuela.

-Qué Aly? Que dices ahora de la abuela?

-Me llamarás loca Adri, pero la he visto, ha hablado conmigo, me ayudó a estar aquí ahora mismo contigo y con todos los demás a quien tengo muchas ganas de ver por cierto. Adriel pareceré loca pero la he visto y nos recuerda, está feliz con el abuelo.

-Cielo, tienes suerte de haberla visto, y por supuesto que nos quiere, siempre estará aquí con nosotros aunque no sea físicamente. Te echaba mucho de menos.

Después de llamar a la médica y hablar con ella pudieron por fin ver que el accidente no me había afectado ni a la memoria ni al habla. Y eso era bueno, recordaba todo de mi vida y podía hablar perfectamente igual que antes. Parecía que todo fuese como antes, pero no lo sería, después de esto serían mucho más protectores conmigo y estarían más pendientes de mi, pero no importaba, estaba con ellos y eso era lo importante.

Cuando me llevaron de vuelta a la habitación estaban todos dormidos, y me fijé en la enorme barriga que tenía Venus ahora, la última vez que la había visto no era tan grande. Espere a la mañana siguiente a despertarles y decidí dormirme yo también ya que estaba agotada de tantas pruebas para mi cuerpo y para mí.

A la mañana siguiente esperaba que no hubiese sido un sueño y abrí los ojos. Fui consciente de que estaba viviendo una realidad, estaba despierta y podía verlos y escucharles hablar a todos. Parecía que ahora tuvieran una cara más alegre que la de los últimos días.

-Hola chicos! Os echaba mucho de menos a todos.

Se giraron y me miraron mientras estaban en una mezcla de reírse y llorar. Nos abrazamos todos y se sentía como en casa de nuevo. Mire a cada uno y estaban preciosos de nuevo, sobre todo Asher, pero no lo diría en voz alta ya que le crecería el ego aún más y porque seguíamos siendo amigos, eso era lo que habíamos decidido ser después de todo, aunque sabíamos que no quedaría ahí. Los únicos que no estaban eran mis padres, me entristecí al no verlos ahí en esos momentos, pero aparecieron por el pasillo abrazados y sonrientes, tal y como los recordaba. Ahora si estaba en familia y en un lugar reconfortante, cuándo vinieron hacía mi nos pusimos a llorar todos mientras nos decíamos lo mucho que nos queríamos.

Estuve varios días en el hospital y la verdad echaba de menos estar dormida y no enterarme de nada ya que se me hacían eternos los días en el hospital. Aunque vinieran de vez en cuando a verme tenían otras cosas que hacer y me aburría mucho, además de que en la televisión solo se podía ver un maldito canal de novelas para señoras mayores y que la comida estaba asquerosa.

El día siguiente después de muchos días en el hospital decidieron darme el alta ya que estaba completamente recuperada y consciente de todo. Me recomendaron ir a un psicólogo por si acaso tenía algún estrés postraumático o alguna cosa parecida, acepté ir al saber que podía ocurrir, pero no creía que pasara.

Después de más de media hora intentando convencer a los chicos y a mis padres de que estaba bien me llevaron en coche hasta mi casa, si mi casa, aquella que no pisaba desde hacía cuatro meses. Había pasado mucho tiempo y tenía que reflexionar sobre eso y adaptarme a las cosas. Pero aún así estaba genial, estaba despierta, mis padres estaban conmigo y los chicos también.

Cuando se fueron los chicos espere un rato para que no me vieran salir de casa y fui directa a una tienda de tatuajes. Si era un poco raro hacer eso después de despertar de un coma, pero quería hacerlo, por mí, por ella.

Me había echo unas alas de ángel en el antebrazo, algo pequeño pero con mucho significado. La tendría presente como ella a nosotros. Iba a vivir y a ser feliz por ella. Mi ángel.



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Hola!! Espero que os guste este capítulo y la versión de Alysa.

Mil gracias por las 700 lecturas y por seguir aquí apoyándome desde el primer día, os debo todo.

Os quiero❤️‍🩹

Todo lo que pudo haber sido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora