005. 𝐂𝐚𝐦𝐩𝐚𝐧𝐢𝐭𝐚

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𝘼𝙈𝘼𝙕𝙊𝙉

Amazon. Un lindo lugar para vivir sin duda alguna. Tan natural. Tan fresco. Gal aprieta su bolso contra su estómago en cuanto casi cae, se había cambiando de ropa en casa de Gilgasmesh y Thena, pues aquella falda corta le impedía hacer mucho movimiento sin que no se sintiera incómoda. Usa una mangalarga de color azul cielo y unos shorts negros cortos safados.

Es una aldea, los aldeanos parecen amables, llevan la misma ropa lo cuál parece como una "secta" hay animales también. Los humanos los miran.

-Buenas tardes -saludan unas mujeres a Kingo y Karun quién por cierto no deja de filmar.

Gal camina a un hombre que está cocinado y pregunta:
-Hola, buenas tardes. ¿Sabes dónde está Druig?

-Sí claro, ¿De dónde lo conoces?

-Somos amigos de la universidad... -contesta un poco nerviosa, sus pies tiemblan. El hombre se voltea, la rubia se percata que sus ojos están brillantes de dorado. Lo entiende todo. Deja de mirar al hombre para ver en dirección a una cabaña que está justo enfrente de todos ellos.

Las puertas se abren dejando ver a Druig. Mirada incompetente. Justo como lo recordaba. A pesar de ser tan él nunca pudo odiarlo como lo hace Ikaris. La mirada del pelinegro se dirige a la chica de cabellos rubios la cuál le corresponde de una manera rápida con una sonrisa dibujada en sus labios. No puede estar molesta con él, no con su Druig. El pelinegro siente como si la vida le regresa al cuerpo al sentir la mirada correspondida.

-Cuánto los extrañé. -habla con ironía. -Pasen, pasen están en su casa.

Se adentran a la cabaña todos en silencio. Esta parece casi un templo por como está simentada y decorada que casi no lo está si no fuera por los asientos no sería más que un adorno en la aldea.

-Me has dado muchas malas noticias en un día, mi lady
-le dice Druig a Sersi.

-¿Vendrás, verdad?

-Estoy feliz. -el celular de Sersi comienza a sonar justo dos segundos después el de Gal también. Se hace un pequeño silencio incómodo.

-¿Con qué compañía están? No me sale ninguna barra -Gal aprovecha para mirar su teléfono.

¡Oye! ¿Todo bien?
-pregunta su amigo por mensaje de texto.

Dios, sí Rob, todo está bien. Muchas gracias por preguntar. Te quiero mucho pero justo ahora estoy en una reunión familiar. Besos. -se despide, apaga el celular y lo guarda en su bolso.

-...Será responsable de su propia extinción algún día. ¿No lo crees? -oye a Druig hablar cerca del lugar, alza su vista encontrándose con aquellos ojos del mismo color que los de ellas. Segundos de silencio en la habitación. Druig le sonríe coqueto a la rubia. Desvia lentamente la mirada hacia la pared.

-Hay que aprender de nuestros errores y mejorar señor, no hay que perder la esperanza
-responde Karun temeroso. Los ojos de Druig se vuelven dorados demostrando que está controlando al pobre hombre. Karun tira la cámara aún siendo controlado. Gal se levanta rápido tomando su bolso. Kingo también.

-Ay no, eso sí que no. Okey, nueva regla: no poseemos a los asistentes de otros.

-¿Dónde está tu sentido del humor, Kingo? -se burla.

-Perdóneme, señor -se disculpa arrepentido Karun.

-No te disculpes. No fue tu culpa.
-regresa su mirada a Druig.
-No eres un Dios. ¿Lo sabías?

-Que ironía. Kingo, la superestrella. -a la ojiazul se le termina la paciencia, aprieta su bolso contra ella y sale del lugar. Todos la miran. Druig en especial.

Un mosquito le pica en el pie provocando que al momento de intentar matarlo sangre un poco por el piquete. Enseguida se arrepiente por haber salido pero no iba a volver atrás, con peleas no iban a resolver nada, ninguno ganaba. Los aldeanos le ofrecen bocadillos pero esta se niega, comienza a caminar a un árbol y se tira allí. Echa su cabeza hacia atrás mirando para arriba las hojas. Saca su celular y se mira reflejada en el. Arregla su flequillo, todo su cabello en general. Una videollamada está entrando. De inmediato contesta.

¡Hola campanita! ¿Cómo va todo? -pregunta su amigo desde la pantalla.

Has estado preguntando eso muchas veces, Rob. -suspira pesadamente. -Todo va mal, solo pelean. No arreglan nada. Detesto que hagan eso todo el tiempo. En estos años literalmente no han "madurado" como dices tú -ambos ríen un poco. -Ojalá estuvieras aquí. Con tu duro carácter y firme palabra creo que los hubieras convencido muy fácil

Lo dudo mucho pues yo solo soy un humano mortal ellos son eternos, estamos hablando de poder, ¿me entiendes?

Como no tienes idea.

Te extraño...

Yo igual a ti. -se miran unos segundos en silencio. -¡Por cierto! Quiero que envíes los regalos que deje en el departamento, le pedí al portero que te diera las llaves. Envialos a las direcciones que te dejé escritas.

Las leí. Son para-

Sí, para lo que queda de los vengadores. No vayas a olvidar enviarlos. -la señal se iba -Tengo que dejarte, no tengo señal. ¡Te quiero! Muchos besos a Valeria
-cuelga la llamada. Siente la presencia de alguien más allí. Se remueve del lugar sin embargo decide levantarse mejor. Aprieta sus puños volviéndolos de color dorado y se gira lista para acatar pero Druig detiene sus puños con su mano.

-Justo como te recordaba... Sigues igual. Los años no pasan en ti -le alaga irónicamente.

-Literalmente no lo hacen.

-Sanaste.

-Como puedes ver. -afirma. -Estoy mejor que nunca. Ajak me salvó la vida. -es directa. -Y tú... Tú te fuiste.

-Yo no podía sanarte, fue lo mejor para ti, para ambos. Sí venías conmigo jamás hubieses sanado
-también es demasiado directo.
-Te amaba y no podía permirme verte mal sin poder ayudarte. -se sincera.

-¿Me amabas?

-Te amo. -afirma con una sonrisa.

-Yo también lo hacía... Yo también lo hago -agacha su mirada pero Driuig alza su quijada.

-Nunca fue mi intención dejarte, Gigi. Nunca lo fue. -ahora bien la acerca a él tomándola de cintura asimismo quedando cerca. -¿Te dije lo linda que te ves hoy?
-puede sentir su respiración chocar con sus labios.

-No voy a caer en tu trampa. -lo empuja haciendo que caiga al suelo pero este la toma por los pies arrastrándola al suelo junto a él.

-Tampoco voy a caer en la tuya
-empiezan a rodar por todas las hojas. Druig pone una mano debajo de la cabeza de Gal para que esta no se lastime. De un movimiento brusco se levanta la chica.

-Basta, Druig. No puedo odiarte.

-Nunca lo hiciste.

-¡Deja de leer mi mente! -reclama intentando recuperar el aire.

-Te he amado desde el inicio, Gal. Estás en todos mis tontos sueños, tu presencia siempre los hizo mejor. Solo... Deja que te recompense todo el tiempo perdido. -la acerca a él tomándola de la mano, la toma de la cintura nuevamente.

-Entonces serán muchos siglos. Quiero ver como sucede eso.
-se acercaron poco a poco apunto de darse un beso, sus respiraciones estaban más calmadas cuando un grito en el campamento los hizo parar.

Desviantes. Piensan ambos.

-Busca un lugar y mantente a salvo. -Druig camina casi corriendo pero esta lo sujeta de la mano.

-No, Druig. Iré. -Niega varias veces.

-No lo hagas.

-Soy una eterna. Confía en mí. Puedo hacerlo.

A continuación el pelinegro se acerca para depositar un beso en su frente, la abraza y sale corriendo del lugar. Gal suspira y regresa al campamento odiando a aquel desviante por haber arruinado su momento con su pelinegro de ojos azules.

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starry night ✦  ━  Eternals. (Druig fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora