Gal y Druig eran amantes eternos a pesar de no decirlo en voz alta, a pesar de que este creía que ella no le correspondía su amor, sin embargo la rubia tenía miedo de herirlo y salir herida ella por lo que jamás intentó algo con él que no fuera más...
Se quedan en la aldea solo un par de horas en lo que Sersi e Ikaris vuelvan con Phastos luego de haberlo convencido, lo cuál se oye demasiado difícil, el hombre perdió la fe por los humanos, algo totalmente contrario a Gal que los ama.
-¡Jefa! -se acerca de prisa Kingo a su lado. Karun filma el momento pero el eterno le hace una seña para que deje de filmar lo que él obedece de inmediato. -¿Qué harás cuándo acabemos con los desviantes? ¿Volveras a New York? -quiere saber esperando respuesta de su parte. La rubia arruga un poco su nariz. Druig que la acompaña a su lado también la mira atento.
-No lo sé… Puede que lo haga. Tengo un restaurant. Mis amigos están allá. No los voy a abandonar. -responde simple mirando a Kingo. Este asiente.
Druig suspira a duras penas, baja la cabeza y comienza a caminar en sentido contrario de ella. La chica lo sigue dejando a Kingo y su asistente atrás.
-Druig… -lo llama. Este gruñe un poco.
-Sabia que no te ibas a quedar de todas formas. Fui un tonto. Tú tienes una vida, es obvio que no ibas a renunciar a ella solo por mi.
-Puedes venir conmigo. Les vas a agradar. Podemos trabajar juntos en el restaurant, tengo un departamento el cuál podemos compartir… -Druig la mira.
-No solo quiero compartir un departamento contigo, Gal. Quiero una vida a tu lado. Ya perdí muchos años sin ti, no lo haré de nuevo. Te amo y no quiero separarme de ti jamás.
-Druig yo… Yo también te amo. -hacen contacto visual un momento, despacio se acercan para quedar en una distancia considerable apunto de rosar sus labios hasta que alguien carraspea cerca provocando que se separen de inmediato.
-¿Interrumpo? -pregunta Sprite descaradamente.
-¿No es obvio? Claro que interrumpes. Ya da igual, ¿qué sucede? -entrelaza sus dedos con los de la rubia. La mirada de la pelirroja viaja a sus manos tomadas.
-Tienes como veinte llamadas perdidas -le informa a Gal. Le entrega el celular y se va casi corriendo de allí.
-Eres adicta a eso, ¿verdad?
-Solo un poco. -checa sus llamadas y justo como la infante dijo tiene varias llamadas perdidas de su amigo; Rob.
-¿Quién es? -cuestiona Druig.
-Mi amigo Rob. Ha estado preguntando todo el tiempo como es que va este viaje. Te agradará.
-Debe tener otras intenciones contigo… -se desvía del tema.
-¡No! ¿Qué dices? A Rob le gusta una chica que trabaja con nosotros en el restaurant, su nombre es Ara, es mexicana y muy guapa. Lo he ayudado con eso. -Druig asiente avergonzado un poco.
Aún con sus manos tomadas caminan lejos de ahí en dirección al bosque. Se sientan en la orilla del río. Varios peces nadan en el lugar provocando una gran risa tierna casi ronca por parte de la rubia, Druig solo sonríe por lo feliz que se ve. Ambos meten sus pies al agua moviendolos.
-¿Recuerdas “el paraíso de los vivos"? -Gal abre la boca ante tal pregunta sorprendida.
-No, aquí la pregunta es: ¿tú lo recuerdas? -Druig asiente con una sonrisa en sus labios y los ojos cerrados.
-Así es mi hermosa, hermosa Gal. -afirma acercándose a ella.
-Basta, que lindo eres. Juré que lo habías olvidado. Han pasado siglos de eso. -rie un poco.
-Jamás he podido olvidar nada de ti, ninguna cosa que me dijiste o haces. Como cuando arrugas la nariz al reír o tu lindo cabello rubio que parece de oro. -le confiesa. Acerca sus labios a la mejilla de la ojiazul dejando un casto beso en esta.
-Te extrañé mucho, Druig…
-Yo también te extrañé y como no tienes idea. Contaba los años para volver a verte. Jamás te perdí la pista.
-¿En serio?
-Una que otras veces viajaba a la cuidad, te veía en esas revistas de superhéroes a lado de Iron Man, Capitán América y Black Widow. Parecías feliz.
-¿Por qué jamás me buscaste?
-No quería molestar. Además sabía que no era el momento aún.
Se quedan unos minutos en silencio mirando el cielo, ya está anocheciendo. Las estrellas están a punto de salir.
-Oye… -habla la rubia.
-¿Qué pasa, rubia?
-¿Quieres ver una noche estrellada hoy? -le propone.
-¿Contigo? Todos los días.
Se levantan del lugar y se dirigen a la aldea de nuevo. Entran a una cabaña, suben por las escaleras que dan a la azotea del lugar. Toman asiento juntos deleitandose con la vista, Gal observa a Druig perderse entre mil estrellas, en sus ojos se reflejan aquellos puntos brillantes. La chica sonríe sin despegar su vista de él.
-No digas nada bonita, sé que te gusta y me queda más que claro, solo quiero que lo disfrutes. Esta es tu noche. -la mira fugazmente.
-¿Cómo es que recuerdas eso? Me dijiste eso la noche que vimos las estrellas juntos en Babilonia.
Druig se encoge de hombros. -Te dije que jamás olvidó algo que tenga que ver contigo. -la chica reposa su cabeza en el hombro de su chico mientras mira las estrellas.
Es una noche bella, llena de luces en el cielo, amor y Druig. Por fin está dónde tiene que estar. Ya no tiene que buscar nada más porque con Druig ya lo tiene todo. Sonrie al sentir el frío tacto de la palma de la mano del pelinegro en la suya. Se siente la mujer más afortunada del mundo, tiene dos vistas increíbles y el chico que ama a su lado. No puede pedir algo más. Ese momento es eterno.
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Paralelismo en mi fic. <3🏹
Hoy fue el inicio de la serie Hawkeye y no puedo estar más contenta. 💌
