7. Fiesta

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Acababa de despertarme cuando recibí un mensaje, creí que al fin tras varios días de silencio tendría otro trabajo o contacto con Lyam o Caxton, pero era Liv, "lo siento mucho, de verdad, pero no voy a poder salir hoy, nos vemos en otro momento, besos". Mire la pantalla del móvil algo extrañada, no era que me hiciera especial ilusión, pero tras una tarde entera, varios mensajes, llamadas y una visita recordándome la fiesta, no esperaba que lo cancelara en el último momento.

Estaba en la cafetería, escuchando música mientras seguía desarrollando el sistema para revisar aparatos eléctricos, sabía que mi primer trabajo sería algo recurrente, así que prefería hacer algo que me ahorrara tiempo en ello y pudiera dedicarlo a lo que realmente había venido, cuando sentí a alguien acercarse, levanté la mirada y vi a Caxton, me sonreía mientas se sentaba junto a mí, me quite uno de los auriculares y lo mire.

—Hola— saludo.

—Hola Caxton ¿Pasa algo? —pregunté algo esperanzada, quería avanzar en la misión.

—No, solo sabía que estarías por aquí —miro mi ordenador con evidente interés— Lyam me ha comentado que estás haciendo una aplicación muy interesante y útil.

—Para ahorrarme trabajo —dije quitándole importancia.

—¿Quiere tomar algo? —miré a Erick sorprendida, no había notado que se acercara, eso era extraño, me llamo la atención.

—Un Capuchino— respondió Caxton.

—¿Y tú Nay? — lo miré un segundo y negué.

—¿Te ocurre algo con él? — me preguntó Caxton cuando Erick se alejó, inclinándose hacia mí.

—A parte que es un posible maltratador que va detrás de mi amiga— comenté— poco más.

—Ah, los antecedentes— dijo— bueno, es uno de los nuestros, en cuanto termine el proceso deberías borrar cualquier rastro de sus antecedentes— no pude evitar fruncir el ceño en su dirección— es tu trabajo mantenernos limpios a todos— se encogió de hombros, su falta de interés por sus delitos era espeluznante.

—No sabía que trabajaba con vosotros...— comenté, ahora más que nunca debía tener lejos a ese chico de Liv, quizá había sido un error acercarme a ella en primer lugar.

—Más o menos, solo nos ayuda a localizar personas como tú, gente que se sienta en una cafetería a hacer cosas con su ordenador, soléis venir a sitios públicos, ya que si os rastrean hay mucha gente.

—Claro...— un reclutador o más bien el intermediario, debía estar en uno de los escalones más bajos de la organización y aun así cubrirían sus delitos.

—Esta noche hay una fiesta privada en un club, irán muchas de las personas con las que tendrás que trabajar. — comento dedicándome una sonrisa, tenía hoyuelos.

—¿Me estás invitando? — le pregunté sonriendo, conocer más gente me colocaría más cerca del cracker.

—Claro— su pierna rozo la mía, en ese momento llegó Erick con su capuchino, aun así, no dejo de mirarme, su tendencia a tocarme, su cuerpo inclinándose hacia mí constantemente, su invitación, todo me indicaba que le atraía, quizá le sacara provecho.

—¿A qué hora es?— pregunté fingiendo interés.

—A las 10, si quieres ir te paso a buscar— me dedico una gran sonrisa, esperanzado.— solo tardaremos quince minutos.

—Vale, te espero a las diez menos cuarto en mi portal— dije cerrando el ordenador, y me puse en pie.

—¿Ya te vas? — preguntó sorprendido.

Latidos en ConflictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora