Escuche el timbre sonar, mire el reloj, era temprano, me levanté, y me puse un pantalón, abrí la puerta sin mirar por la mirilla.
—Muñeca— saludo Lyam
—¿Lyam?— pregunté aún medio dormida, él me miro sonriendo, dio un paso hacia mí y yo retrocedí confundida aún por el sueño, repentinamente rodeo mi cintura con uno de sus brazos— ¿Qué...? ¿Qué haces? — puse mis manos en su pecho tratando de mantener alguna distancia.
—¿Estás nerviosa? — su otra mano acarició mi mejilla.
Me quedé en silencio, sus ojos estaban clavados en los míos, tenía la sensación de que me tenía atrapada, ni podía moverme, su rostro se acercó al mío, mientras él empezaba a cerrar los ojos, al sentir su aliento contra el mío me deje llevar, sus labios rozaron los míos antes de que sus manos rodearan mi cuello y empezará a asfixiarme, al abrir los ojos, asustada, quien tenía delante de mí era Erick, trate de usar toda mi fuerza y conocimientos de defensa para qué me soltará, pero no lo conseguía.
Jadee abriendo los ojos, asustada, me lleve las manos al cuello, aun con la sensación de las suyas en él.
—Joder— murmuré asustada.
—¿Tiendes a decir malas palabras al despertarte? — miré a mi lado sorprendida, allí estaba Lyam, abrí la boca, pero no supe qué decir al verlo a mi lado sentado con mi ordenador en su regazo, se lo quité y lo cerré.
—¿Cómo...? — deje el ordenador en la mesita de noche.
—No abrías— respondió con tranquilidad. En ese momento agradecí profundamente la seguridad extra de la sala secreta.
—Dame las llaves— tendí la mano, él la miró con indiferencia, un momento antes de sonreír, la agarró y tiro de mí, haciéndome caer sobre su regazo.
—¿Sabes que suena muy sexy cuando dices mi nombre dormida? – me aparté y me senté en el borde de la cama tratando de mantener distancias.
—¿Qué?
—Nunca te he oído decirlo despierta, quizá suena igual, pero oírte decirlo dormida es sexy, ¿Sueñas conmigo muñeca? — estaba sonriendo, se inclinó hacia mí colocando sus ojos a la altura de los míos, no sabía que decir, él notaría si mentía, lo que más me alarmó fue saber que hablaba dormida, era la primera noticia que tenía de ello, dormía sola desde muy pequeña— ¿No sabes qué responder?
—No sueño contigo— le di la espalda, lo escuché reír— Da igual, ¿Qué haces aquí? ¿Para qué te has colado?
—Venía a llevarte a un trabajo en equipo, pero parecías muy a gusto murmurando mi nombre.
Me levanté ignorando ese comentario, fui a la cocina rápidamente, agradeció haber dormido con pantalones, empecé a prepararme algo, lo vi detenerse en la puerta y apoyarse en el marco tranquilamente.
—¿Tengo tiempo para desayunar? — me detuve.
—Todo el que quieras, si haces algo para mí también, sería una buena compensación por colgarme ayer— asentí, ignorando su último comentario.
Mientras hacía café y tostaba el pan bajo su atenta mirada, recordé las palabras de Liv, quizá tenía razón, ella había crecido en el mundo real, tendría más experiencia en chicos y romance que yo, aunque para mí su actitud era similar a un hermano o un padre, a pesar de sus comentarios para sacarme de quicio, quizá había algo que yo no era capaz de ver. Lyam era de un alto escalón, él podía llevarme al Cracker, pero si realmente sentía algo por mí y lo usaba a mi favor, quizá me complicaría las cosas a la hora de conocer a su jefe, por lo que sabía era un chico protector con los suyos, podría pensar que presentármelo me pondría en peligro, mi cabeza era un caos, no entendía por qué me resultaba tan difícil crear un plan con Lyam en el centro de este coma con Caxton todo había sido tan natural.
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Latidos en Conflicto
Teen FictionKaida nació en una familia diferente a lo usual, creció como un soldado, casi no conoce el mundo, hasta ahora... Una misión, un claro objetivo, ¿Será capaz de cumplirlo sin dejarse deslumbrar por el mundo y sus nuevas experiencias? Lyam es un alma l...