Acababa de salir de la ducha, estaba frente al armario pensando en que ponerme, ropa cómoda.... Había tratado de averiguar a donde me llevaría, pero había varios eventos no muy legales que alguien de esa organización podría encontrar divertidos, al final me decidí por unos leggins cortos, unas zapatillas, un top negro y una camisa blanca de tirantes abierta a los lados, parecía que iba a hacer deporte, pero estaba lo suficientemente guapa como para llamar su atención. Cuando estaba atando la zapatilla el timbre sonó, me extrañó, ya que no era el del edificio, sino el de mi piso, abrí la puerta sin preocuparme y me encontré con Caxton.
—Hola —saludé con una sonrisa— ¿Cómo has subido?
—Hola, bueno, me encontré con un vecino —explicó, sin disimulo alguno, paso su mirada por mi cuerpo.
—¿Voy bien? — pregunté estirando los brazos y balanceándome levemente, él asintió con una sonrisa.
—¿Estás lista? — preguntó, asentí, cogí las llaves, puse la alarma y cerré.
Bajamos en silencio, de reojo me fijé en la ropa que él llevaba, deportivas, un pantalón tejano negro algo ajustado y una camisa de manga corta beige con algunos botones sin abrochar, no me decía nada, aunque sus accesorios sí, llevaba cadenas de oro, un Rolex y anillos, parecía una demostración de estatus. Salimos y como de costumbre me sostuvo la puerta, subió y arrancó sin decir una sola palabra, tras unos minutos decidí ser directa.
—¿No me dirás dónde vamos? — pregunté mirándolo, él sonrió y apartó la vista de la carretera para mirarme y negar.
—Ya lo verás— murmuró con aire misterioso.
Medité sobre cómo conseguir la información que necesitaba, debía preguntar, pero no parecer obvia, lo miré insegura, un extraño pensamiento surgió, con Lyam era más fácil hablar, no había estos silencios extraños, al final decidí empezar por lo más básico.
—Por cierto...— murmuré para llamar su atención, él me hizo un gesto para que continuara hablando— ¿Cuántos años tienes?
—21— respondió amablemente.
—Ah...— me mordió la lengua conteniendo lo que había estado a punto de decir, la misma que Lyam.
—Tu 18.
—Sí.
—Y ya estás independizada —silbó— impresionante.
—Tenía ganas de salir de casa— comenté quitándole importancia, la conversación no iba a llevarme a nada, quizás verlo interactuar con gente sin la presencia de Lyam lo hacía.
Miré alrededor, estábamos a las afueras, entrando en una zona que parecía abandonada, de edificios como almacenes, de lo que deberían ser antiguas empresas, ¿Dónde me llevaba? Por un segundo, la idea de que me hubiera descubierto pasó por mi cabeza, no, era imposible.
—¿Vas a matarme y deshacerte de mí? — pregunté bromeando.
—Jamás, eres preciosa para hacerte algo tan cruel— respondió con una sonrisa, traté de no cambiar de expresión, algo en sus palabras me produjo escalofríos— Te llevo a algo muy divertido— dijo mientras se adentraba al lugar, de repente se oyeron ruidos como voces, coches y música, al girar una esquina vi luces y mucha gente, Caxton aparcó en una zona llena de coches de lujo— Llegamos— anunció.
Cuando salimos Caxton me tomó de la mano, sin poder evitarlo me tensé, él me miró y le dedique una sonrisa, nos acercamos al grupo de gente, entonces lo oí, coches acelerando, ruidos de frenos, nos adentramos y cuando finalmente cruzamos la multitud logré verlo, eran carreras, carreras ilegales, la gente gritaba emocionada y saltaba.
—¿Qué te parece? — preguntó Caxton inclinándose hacia mí.
—Impresionante— respondí emocionada, mirando los coches, como rayos cruzaban las improvisadas calles que habían hecho, recordé a mi padre y su fascinación por estos.
—Ven— dijo tirando de mí, cruzamos con dificultad la multitud hasta llegar a una especie de puesto improvisado donde repartían bebidas, allí el sonido era más bajo, Caxton se acercó, intentando saltarse la cola y vi como lo miraban mal— Eh, dos cervezas.
—¡Tío, haz cola! — grito alguien.
—¡Cierra la boca! — respondió él.
—¿Quién te crees? — gruñó uno furioso, dando un paso hacia nosotros, pero alguien lo detuvo.
—Yo de ti no haría eso, es amigo de Lyam. —Logré oír lo que decían, miré a Caxton, parecía incómodo.
Allí tenía mi respuesta, por desgracia Caxton no era una opción, tenía que marcar distancia sin herirlo, le dedique una pequeña sonrisa, él tomó los dos vasos y me ofreció uno, no era mi bebida favorita.
—Gracias— él asintió y se acercó a mí, colocó una mano en mi espalda y me guio, estábamos acercándonos de nuevo a la zona de espectadores cuando se detuvo repentinamente, lo miré, él observaba a lo lejos, cambió repentinamente de dirección, trate de buscar lo que había visto, pero no encontré nada.
Nos detuvimos junto a la meta, había cuatro coches listos para salir como un chico con un par de banderas estaba frente a ellos, esperando para hacer la señal.
—¿Por quién apuestas? — me preguntó Caxton.
—No creo que acierte, no sé nada de ellos ni de sus coches— él se encogió de hombros quitándole importancia.
—Inténtalo.
—De acuerdo— miré los coches de lujo, los motores rugían desesperados por salir— El negro.
—Yo por el azul,— respondió él – a ver quién gana.
—Quizá perdamos los dos— comenté riendo.
—Puedes ser.
Miré al chico que balanceó las banderas, y finalmente las escondió tras él, los coches salieron disparados pasando por sus lados, tan cerca que parecía que iban a tocarlo, vimos cómo se alejaban, Caxton me dijo que eran tres vueltas, en la primera el azul era el primero, Caxton gritaba emocionado y me miraba de reojo, en la segunda el negro había tomado la delantera, grité y di saltos, al final los vimos acercarse, todo eran luces hasta que un rayo amarillo cruzó la meta, me reí sin poder evitarlo.
—Te lo dije— grité sobre el ruido, acercándome a él, no tarde en darme cuenta de mi error, él se inclinó hacia mí, e iba a retroceder cuando alguien se interpuso entre nosotros.
—¡Nayra! Ya decía yo, ese cuerpo de infarto y ese pelo perfecto me suenan— dijo Chelsea agarrando mi brazo.
—Chelsea— dije sorprendida, miré tras nosotros, allí estaba su novio, Morís, y Kyle que parecía estar entretenido con su móvil.
—Hola Chelsea— saludó Caxton con el ceño fruncido.
—Hola Cax— respondió alegremente. Su repentina aparición me hizo sentir un gran alivio, dudaba que volviera a intentarlo con ellos frente a nosotros.
Chelsea se mantuvo pegada a mí, por lo que su novio se colocó junto a ella tras saludarnos, Caxton trato de colocarse a mi otro lado, pero ya estaba Kyle allí, pareció rendirse y se colocó junto a este. Me centré en lo que ocurría frente a mí, el ganador de la carrera anterior era el único que se quedó en su sitio mientras el resto se iba, y eran sustituidos por otros, la carrera no tardó en empezar, Chelsea gritaba sin sentido emocionada por cualquier cosa que ocurriera, estaba mirando el lugar por donde estaban a punto de aparecer las luces de los coches cuando unas manos me tomaron de la cintura, me giré para decir algo, pero las palabras murieron en mi boca cuando me encontré frente a Lyam, a diferencia de normalmente no sonreía.
—Muñeca— dijo sobre el sonido, Chelsea se dio cuenta de su presencia.
—¡Oh, Lyam!— chilló haciendo que todos se giraran a mirarlo, mire a Caxton, fruncía el ceño sin disimular su disgusto, me centre de nuevo en Lyam que se inclinó hacia Kyle y logré escuchar parte de lo que le decía.
—Gracias... Te... Es... — tras un asentimiento de Kyle me miró a mí. — Ven. — tiro levemente de mi cintura obligándome a seguirlo, me puso la mano en la parte baja de la espalda mientras caminábamos entre la multitud, miré alrededor extrañada de no chocar con nadie y me di cuenta de que todos se apartaban a nuestro paso, definitivamente Lyam me llevaría a mi objetivo. Nos acercamos al puesto de bebidas, quien allí atendía le ofreció algo, pero él negó y pasamos alejándonos un poco, una vez lo suficientemente lejos como para que solo unas pocas personas pasarán a unos metros de nosotros, buscando espacios privados, se detuvo. — ¿Por qué he tenido que enterarme por mi gente que estabas aquí con Caxton?— preguntó mirándome inquisitivamente, me encogí de hombros.
—No sé...— ¿Por qué parecía tan molesto? — ¿Por qué me lo preguntas a mí? ¿No sé supone que Caxton es tu amigo?
—Me disté tu palabra de que me contarías si Caxton te invitaba a algo— me recordó, abrí la boca sin saber qué decir.
—Lo había olvidado...— murmuré, él suspiró.
—Pues no lo hagas de nuevo— me dijo, aunque en mis planes no estaba seguir alimentando las esperanzas de Caxton.
—Sí, señor— respondí haciendo un mal saludo militar, la tensión en su rostro desapareció, sustituida por una sonrisa.
—¿Quieres beber algo? — me ofreció, negué.
—La cerveza es asquerosa.
—Entonces vamos.
Caminamos de vuelta al lugar donde estaba el resto, Lyam me llevo hasta el mismo sitio en el que me encontró, entre Chelsea y Kyle, y me hizo una seña para que me quedara allí, lo vi tocar el hombro de Caxton y hacer que lo siguiera, al pasar por mi lado este me dedico una sonrisa avergonzada, trate de seguirlos con la mirada, pero Chelsea llamó mi atención explicándome como iba la nueva carrera. No tardó mucho en volver, aunque sin Caxton, se acercó y tomo el lugar de Kyle, pero mucho más cerca y colocando su mano en mi espalda, vimos terminar la carrera, de nuevo ganó el del coche negro.
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Latidos en Conflicto
Teen FictionKaida nació en una familia diferente a lo usual, creció como un soldado, casi no conoce el mundo, hasta ahora... Una misión, un claro objetivo, ¿Será capaz de cumplirlo sin dejarse deslumbrar por el mundo y sus nuevas experiencias? Lyam es un alma l...