¿Los ayudantes de Santa?«KokonoixInui»

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Pareja: Kokonoi e Inui

Inupi observaba como su esposo bajaba las largas escaleras con bolsas negras llenas de regalos entre sus manos

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Inupi observaba como su esposo bajaba las largas escaleras con bolsas negras llenas de regalos entre sus manos. Tenían suerte de que el pequeño Manjiro tuviera el sueño demasiado pesado, ese niño no se despertaría aunque cayera un meteorito en ese mismo instante.

Habían adoptado al pequeño Manjiro a principios de este año, después de muchos papeleos al fin habían podido tener la custodia del pequeño rubio. Los meses a su lado habían sido los más felices para el matrimonio, y estaban encantados con el pequeño niño de casi 2 años de edad.

— ¿En serio compraste todo eso?—. Inui cuestiono entre susurros a Kokonoi, quien en ese momento se dirigía hacia el árbol arrastrando las bolsas de regalos.

— Somos los ayudantes de Santa, cariño, debemos estar a su altura—. Le respondió Hajime sentándose al pie del árbol, sacando uno por uno el montón de obsequios envueltos en un adorable papel de regalo con pequeñas figuritas de árboles de navidad y muñecos de nieve.

— ¿Sabes que Manjiro sería feliz incluso con una bolsa de sus postres favoritos?

El rubio se dirigió junto a su esposo para ayudarlo a sacar los regalos de las bolsas, sorprendiendose ante la variedad de tamaños que había. Unos eran enormes (Inupi podía jurar que uno era uno de esos carros eléctricos pequeños que Kokonoi había visto por televisión), y otros eran pequeños, incluso había ropa de marcas reconocidas y adorables peluches de animalitos.

— Lo sé, solo me gusta consentirlo.

— Compraste todo lo que Manjiro tocó en la juguetería ¿verdad?—. Le reprochó Inui tratando de regañar con la mirada a Kokonoi.

Evitando la mirada de reproche de su esposo, Kokonoi le pasó uno de los regalos que se le había olvidado envolver— Cielo, ayúdame a envolver esto.

— Le podemos poner un moño y listo.

— Si, no creo que alcance el papel de regalo para envolverlo.

Juntos acomodaron de la manera más estética posible el montón de regalos que Kokonoi había comprado, casi todo alrededor del árbol de Navidad estaba plagado de regalos.

Kokonoi acomodo el último de los regalos con un leve suspiro, limpiando su frente, dió unos pasos hacia atrás pare ver su obra terminada.— Inupi, recuerdame para el otro año no comprar tantos regalos.

— Para el otro año yo me encargaré de comprar los regalos.

Hajime le sonrió pícaramente a Inupi mientras le decía en tono condescendiente— Cómo tu digas, querido.

Inupi lo miro con ojos entrecerrados, pero pareció dejar el tema de lado. Palmeo el lado junto a él del sofá dónde estaba sentado para que su esposo se sentará junto a él.— Ven, hay que comernos las galletas y el chocolate caliente.

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