Muñeco de nieve «MitsuyaxHakkai»

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Pareja: Hakkai y Mitsuya.

Dedicado a todas esas personas que aman este shipp tanto como yo.

Por un mundo con más historias de esta pareja

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Mitsuya se encontraba cansado.

Había pasado toda la noche, haciendo los bordados de los nuevos uniformes de la Tokyo Manji, desde su más reciente pelea con una pandilla realmente fuerte, muchas personas se habían querido unirse a la pandilla. Mikey estaba encantado de que está se estuviera haciendo cada vez más conocida, sin embargo, el que sufría más sin duda era Mitsuya. No podía contar con la ayuda de las chicas del club de la escuela debido a que se encontraban en vacaciones de invierno.

Ahora el era el responsable de hacerle el bordado a por lo menos 80 uniformes nuevos, y tomar la medida de quién sabe cuántos más. Las ojeras bajo sus ojos púrpura eran bastante notorias.

— Taka-chan, deberías dejar eso un rato—. La voz preocupada del Shiba menor, saco a Mitsuya de sus cavilaciones.

Mitsuya agradecía la presencia de su dulce novio, sin el, probablemente hubiera intentando matar a Mikey por permitir la entrada de tanta gente en la pandilla sin pensar un poco en el trabajo que eso le ocasionaría a Takashi.

Estúpido Mikey que siempre hace las cosas sin pensar.

Hakkai se había ofrecido a ayudar a su novio con los bordados, aunque esté desistió al picarse por décima vez con una aguja y ser casi corrido de la habitación por Mitsuya. El pelimorado agradecía la ayuda de Hakkai, pero no quería que el menor se siguiera lastimando con la aguja, así que su mejor idea para hacerlo sentir que era de ayuda, era pedirle que vigilará a sus hermanitas.

— Ya casi acabó.

— Eso mismo dijiste hace dos horas, Taka-chan—. Mencionó en tono de reproche Hakkai, entrando ahora por completo a la habitación de Mitsuya, observando al pelimorado con los lentes que se colocaba cada vez que cosía, y sentado frente a la máquina de coser, rodeado de tela negra e hilos dorados.

Sin apartar la vista de la manga que estaba cosiendo, Mitsuya contesto— Te juro que esté el último.

— Más te vale, Mana y Luna quieren jugar contigo—. Se acercó un poco más hacia donde se encontraba el pelimorado sentado y coloco una bandeja de galletas y té en una parte de la mesa desocupada—. Si no bajas en 30 minutos más, subiré a buscarte de nuevo, y está vez traeré a mis refuerzos.

Hakkai se despidió de Mitsuya dándole un rápido beso en la mejilla al mayor, haciendo que este se desconcentrara unos segundos de la costura que estaba haciendo. Escuchó la risita del menor de los Shiba antes de que este cerrará la puerta para dejarlo continuar.

A Takashi aún le sorprendía lo tímido que podía ser Hakkai con el en público, y lo atrevido que era con el cuando estaban solos. Definitivamente eso era algo que desconcertaba mucho al mayor, aunque no le desagradaba en lo absoluto.

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