Sounds | Jenlisa

XXII

Lisa's POV

Desperté asombrada después de haber soñado tal cosa. Tenía una mano en mi abdomen, esta subía y bajaba de manera rápida junto con mi respiración.
Miré el reloj, por suerte aún estaba a tiempo para mi primera cita el día de hoy.

Llegué al baño y aquellos flashbacks de mi sueño estaban enloqueciendo mi cabeza.
Tomé una cantidad suficiente de agua entre mis manos y froté mi rostro en repetidas ocasiones y al ver una completa oscuridad solo podía pensar en Jennie una y otra vez.
Enseguida traté de no perder más el tiempo o al contrario estaría llegando tarde.
Seguí con lo que restara de mi rutina diaria y me marché camino al hospital.
Una vez allí fui a la recepción para completar lo que normalmente debía hacer cada que llegara al hospital: anotar mi nombre, la fecha y uno que otro dato solicitado.
Con mis ojos centrados en mi mano sujetando el bolígrafo sentí una presencia a mi costado, alcé la mirada y nuestros ojos se encontraron.

Era Roseanne.

— Hey. — se limitó a decir y a generar una media sonrisa.

— Hey. — repetí y entregué el documento con mi información a la enfermera.

— ¿Qué tal estás? — está fija en mi mirada.

— Ya sabes trabajando. ¿Tú qué tal? — pregunté.

— Estoy bien.

Sonreí sin saber verdaderamente qué más decirle, pero ella se adelantó.

— Ya que estás aquí puedo aprovechar la ocasión para decir adiós.

— ¿A qué te refieres? — expreso sin entender muy bien y con una sensación extraña.

— Me iré de Reino Unido. Recibí una propuesta de trabajo en una editorial en Nueva Zelanda. Mañana mismo sale mi vuelo. — escucho un poco de nostalgia a través de sus palabras.

Y es que yo también me sentía así justo ahora, era algo que me había caído como agua fría.

— ¿Estás feliz? — digo con una leve presión en mi pecho.

Ella asiente rápidamente y noto como sus ojos se tornan cristalinos.
— Estaba por aquí para comunicar lo mismo al hospital y cancelar mis futuras citas, fue bueno encontrarte una última vez.

Era como si me hubiera quedado sin habla, quería decirle muchísimas cosas, pero simplemente no sabía o no salían.

— Me alegra mucho escuchar eso, sé lo mucho que anhelabas que algo así sucediera. — me limité a decir.

— Gracias. — sonrió y fue cuando verdaderamente noté sus lágrimas descender.

Como una acción casi inmediata y automática me acerqué a ella y la abracé. Fue un abrazo fuerte y lleno de emociones, donde quería expresarle todo lo bueno que sentía por ella. Rosé lo correspondió de la misma manera.

— Lo siento. — dice una vez que terminamos el abrazo y limpia un poco sus lágrimas.

— Espero ver pronto un libro publicado por ti. Cuídate mucho Rosie. — le entregué la mejor de mis sonrisas y froté su hombro ligeramente.

Ella me miró sonriendo y asintió. Para cuando se marchó yo estaba conteniendo todas las emociones que me había causado aquella noticia.
Tuve que contenerme aún más al notar a mi paciente esperándome frente a mi oficina. Era un momento donde debía seguir con la cotidianidad de mi vida.

Finalmente mi turno por el día de hoy había terminado.

Tomé mi celular para revisar alguna novedad ya que hace un par de horas no lo usaba, normalmente evitaba usarlo en mis horarios de trabajo, siempre y cuando no fuera algo muy necesario o de emergencia.