XV

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— Puedo ir por ustedes al aeropuerto. Está bien, no duden en avisarme, estaré esperando. — corté la llamada y me acomodé sobre la camilla.

— JISOO. — escucho un grito algo ahogado y miro.

Era Rosé quién venía corriendo junto con un terrible rostro lleno de terror y angustia. Por un costado de la puerta entre abierta veo la silueta de Lisa, algo nerviosa e incómoda miraba a todos los costados del hospital con preocupación mientras caminaba de un lado a otro.

— Yo lo siento mucho. — las lagrimas ya acariciaban su muy precioso y fino rostro. Se acerca con cuidado hasta la camilla en la que reposa mi cuerpo maltratado y con algunas heridas de más. Toma mi mano con tanto cuidado, como si de cristal se tratara y sus ojos se inundan en más lágrimas.

— ¿Qué haces aquí? — mi tono de voz es pesado.

Puedo ver la angustia en su rostro y lo ofendida que se encuentra al escuchar mis anteriores palabras.

— Los del hospital llamaron a Lisa. — se detiene para limpiar su rostro. — Corrimos hacia acá apenas nos enteramos de lo que sucedió. — su rostro de pronto pasa a uno de asombro. — ¿DÓNDE ESTÁ JENNIE? — comienza a mirar dramáticamente a todos los costados de la sala.

— Hablé con el doctor hace unos minutos. Aún no despierta, por lo tanto le harán unos cuantos análisis. — expresé.

Toma mi mano y me mira con los ojos cristalinos. — ¿puedo llevarte a casa? — dice entre un largo suspiro.

— No podré irme aún, ¿no es obvio? — señalo mi brazo rodeado por una gruesa capa de yeso blanco.

— Me quedaré hoy contigo. — dice.

No le respondo y trato de evitar cualquier tipo de contacto con ella.

Tocan la puerta de la sala de hospital en dos ocaciones. Un hombre con traje de policía era quien estaba allí.

— Usted debe ser... — se detiene y lleva su mirada a unos documentos que sujetaba con ambas manos. — Kim Jisoo. — concluye con la oración y se dirige a mí.

Yo trato de acomodarme sobre la camilla haciendo un esfuerzo que terminó nulo. Estaba conectada a muchos aparatos médicos, mi cuerpo se sentía tal y como si hubiera recibido una enorme, pero merecida paliza y sólo tenía un brazo disponible. Sin hablar de la horrible jaqueca que torturaba mi cabeza.

— Soy el oficial Wilson. Necesito hacerle unas cuantas preguntas con respecto al accidente. Usted y dos personas más resultaron gravemente heridas. — dice con semblante serio.

Trago de forma fuerte y pienso en todas las posibles respuestas.

— ¿Usted conducía el auto no es así? — dice mientras desliza un lapicero sobre sus dedos.

— Correcto. — digo.

— Muy bien, cuénteme un poco cómo ocurrió el accidente.

— Bien, Jennie y yo fuimos a un bar o discoteca, como desee llamarlo, aproximadamente a las 9 de la noche. Luego de un tiempo de llegar la perdí de vista, me preocupé y la encontré en uno de los baños del lugar. Estaba totalmente ebria y murmuraba cosas que realmente no entendía. Decidí que era momento de llevarla a casa, por lo que con algo de trabajo logré sacarla de allí y la llevé al coche.
Era obvio que no dejaría que conduciera en ese estado de alcoholización, tomé las llaves del auto y me fui de allí. El clima no estaba en muy buen estado, había bastante lluvia por lo que traté de conducir con calma a pesar de que la calle estaba bastante despejada. — me detengo un momento y veo que el oficial junto con Rosé están muy atentos a la historia. — Recuerdo ir por el carril correcto cuando un auto a lo lejos se acerca de manera bastante rápida y en cuestión de segundos estampó sobre nuestro auto, gran parte del impacto lo recibió Jennie ya que por desgracia el auto chocó con más impacto en el lado del copiloto. — finalizo.

Sounds | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora