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¿Será verdad lo que dicen que después de la muerte rencarnas? Nadie sabe si es cierto o no, pero siempre puede haber una posibilidad para creer en esa palabra, que puede hacer que al menos en otra vida podrías reunirte con el/ella, o con algún familiar tuyo.

Aquel pelirrojo miraba al mayor y sus hermosos ojos color Rubí estaban llenos de lagrimas las cuales caían sin parar, mojando sus mejillas; ver al pilar del fuego estando tan lastimado, dolía el ver a su novio estando tan grave, la frente del mayo...

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Aquel pelirrojo miraba al mayor y sus hermosos ojos color Rubí estaban llenos de lagrimas las cuales caían sin parar, mojando sus mejillas; ver al pilar del fuego estando tan lastimado, dolía el ver a su novio estando tan grave, la frente del mayor sangraba junto con su labio y mejilla, parecía que tendría al menos como cinco o más costillas rotas y aquel brazo, de ese demonio cobarde, el cual había atravesaba el vientre del Rubio. Estaba perdiendo mucha sangre y tan sólo le quedarían al menos unos minutos de vida, sabia que no podría hacer algo más que escucharlo con atención y estar a su lado.

Con el corazón roto y con varias lagrimas en sus ojos, se acercó con cuidado a su pareja; para después depositar un tierno beso en los labios del mayor, el cuál sólo sonrió y le dedicó un pequeño suspiro al menor junto con una bella sonrisa.

-Prometo... Que en otra vida te buscaré y ambos podremos estar juntos... Sin problemas y poder abrazarte con amor... Ugh!... Todas las noches...- sonrió como siempre para luego empezar a cerrar sus ojos, hasta finalmente dejar de respirar y morir con una sonrisa.

-R-Rengoku-San.... Rengoku-San!!! No, no, no!! Por favor no me dejé!! Y-yo aún lo necesito!!- intensificó su llanto y abrazó el cuerpo sin vida del mayor mientras daba un fuerte grito al ver que la persona que ama y amo, ya no reaccionaba y sus latidos se habían detenido, sin más sus dos amigos lo separaron, ellos también estaban llorando, al ver que una persona tan amable y valiente como Rengoku había muerto a manos de un demonio pero seguirían al menos su ejemplo de salvar a todos aunque eso implique morir, y también lloraban al ver que su amigo estaba sufriendo por la muerte de su amado.

Pasaron los días, semanas y meses, como siempre aquel chico pelirrojo mantenía una sonrisa y entrenaba como siempre pero cada que lo hacía no podía evitar el hecho de llorar ya que recordaba como entrenaba con aquel rubio que amaba con todo el corazón.

Recuerdo

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Recuerdo

-Espere Rengoku-San!!! No es justo eso!- reclamo el menor inflando sus mejillas haciendo un lindo puchero, el cual hizo que el mayor se sonrojara levemente.

-¡Claro que fue justo mi chico!- sonrió y se acercó al menor poniendo sus manos en las mejillas del de ojos Rubí notando como el menor se sonrojaba.

-Rengoku-San! Usted es un tramposo!- seguía haciendo aquel dulce y tierno puchero mientras sus mejillas se tornaban de un tono carmín, mientras tanto, el mayor se acercó y beso los suaves labios del menor, dando un dulce y tierno beso.

-Fue más que justo mi chico~ además la posición que hacías esta mal- ríe leve y empieza a acomodar al menor para poder hacer bien las poses que le indicaba y ayudar a su respiración de concentración, aunque el joven pelirrojo se sonrojo mucho más.

-Fue más que justo mi chico~ además la posición que hacías esta mal- ríe leve y empieza a acomodar al menor para poder hacer bien las poses que le indicaba y ayudar a su respiración de concentración, aunque el joven pelirrojo se sonrojo mucho más

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Dejó de practicar y sólo suspiro mientras veía el lugar con nostalgia, empezó a sollozar con tristeza mientras soltaba aquella espada de madera.

-Rengoku-san.... Lo extraño mucho- lloró mientras cubría su cara y limpiaba las lagrimas que caían por sus mejillas, mojando sus mejillas.

-Mi chico... No llores por mi de ese modo... Por favor, esfuerzate más... Siempre estaré contigo... Y te acompañare... Recuerda que siempre te amaré en esta vida y en la que sigue- dijo una voz muy conocida para el menor y sentía el calor que el mayor siempre le daba cada que lo abrazaba, pero al darse la vuelta y ver a su pareja, estaba sonriendo por al menos verlo una vez más y poder sentir ese amor que tanto necesitaba pero... No habia nada... Nadie... Solo fue su imaginación, una ilusión y solo miro un lugar vacío, aquel lugar donde su pareja lo veía entrenar y donde ambos se sentaban a ver el atardecer, el sólo recordar las cosas que hacia con el pilar del fuego se hecho a llorar a mares recordando cada cariño que el mayor le daba.

-Rengoku-San.... Te extraño mucho... amor.... Pero hare lo posible por entrenar y poder.... matar a ese demonio y a todos los demás y hasta.... que llegué mi hora de morir espero poder y sentir tu cariño.

Nuestro Reencuentro °[Kyotan]° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora