Una chica solitaria.

Cap. 2-Un hermano genial, una vida no tan genial.

El agua caliente me moja el pelo, y en unos segundos, todo el cuerpo. Tengo los músculos agarrotados del estrés, pero se me relajan un poco al rato. Al salir me enrrollo en una toalla blanca mientras pongo mi canción favorita en el móvil. Lo dejo en la cómoda de mi cuarto y busco algo de ropa, nada formal pero con la que esté agusto. "No tengo hambre, creo que te espero a las cuatro para comer, quedamos donde siempre?" le envío a Alex, no responde pero ya lo verá al final del partido. Opto por unos leggins negros, mi camiseta favorita (blanca y en medio con letras negras 'FUCK THE WORLD') y mis converse falsas blancas. Bajo las escaleras rápido y me siento a ver la tele, pero vulevo a no tener ganas de nada... Y al fin, me llama mi madre.
-Hola.- respondo, sin muchas ganas.
-Hola, oí tu mensaje, calienta los macarrones en el micro si quieres, yo he salido con tu padre de tapeo.
-Creo que voy a comer con Alex- contesto fria- así nos hacemos compañía mutua.
-Tienes 15 años y él 13, tu padre y yo tenemos derecho a pasarlo bien, que vaya ratos nos dais. Ganas tengo de que os vayáis a la universidad de una vez.
Noto como la sangre me sube, aprieto los puños e intento sonar lo más calmada posible.
-¿¡VAYA RATOS!? Lo sacamos todo sobresaliente y vosotros siempre jodiéndonos como podéis, pero a pesar de todo yo sí que os quiero, y estoy harta de estar siempre sola en casa, o con Alex. Necesito unos padres- digo, con lágrimas en los ojos.
-Venga, que sí- dice con desgana- hasta luego.
-Adiós, mamá.
Me acurruco en el sofá y Otto viene enseguida a darme ánimo, le acaricio y me quedo dormida con Modern Family de fondo.
Intento abrir los ojos y... SON LAS TRES Y MEDIA. Dios, ¿cómo puedo ser tan tonta? Apago la tele corriendo, le pongo la comida a Otto, cojo las llaves y digo un "Adiós!" al cerrar la puerta. Mientras voy en skate pienso, ¿a quién coño le dije adiós? Si aparte de mi perro no había nadie en casa... Llego a la esquina y me bajo, allí esta Alex, algo sudado por el partido, con la equipación de baloncesto y su bolsa. Me sonríe y me acerco. Nos abrazamos durante casi dos minutos.
-Dios Abbie, ahora hablamos pero... ¿podemos ir ya a comer?
Me río y asiento. Entramos en el supermercado y compramos patatas, bocatas y zumos. Eso sí que era una buena comida.
-¿Pagas tú poooorfa?- Alex me puso cara de cachorrito- eres la hermana mayor...
-Y al igual que tú no recibo nada de paga- suspiré- anda, ve y coge una tableta de chocolate también. Pero no vale el que tiene oreo, que me da asco.
Me dio un beso en la mejilla y se fue corriendo contento, dejé pasar a dos personas y al fin volvió.
Lo pagamos (ejem, lo pagué yo) todo y nos fuimos al parque a sentarnos en un banco.
-Bueeeeno Abbie, ahora enserio, ¿cómo te ha ido el finde?
-Pues... Teniendo en cuenta que me he pasado la semana llorando y saltándome clases, arrastrándome y sin ganas de hacer nada, este finde ha ido bien. Ya sabes, en casa de Pepe me tratan muy bien pero esta Marta (obvio) y no sé, por mucho que me intenten ayudar ellos son novios y claro, verlos tan felices me duele un poco, pero es lo que hay.
Alex se levanta, deja su bocata a un lado y me abraza con fuerza. Entonces me pongo a llorar.
-Sigue contándome- me dice.
-Esque no lo sé Alex... No sé qué coño estoy haciendo. Ni me di cuenta de que anoche me corté, llené las sábanas de sangre de lo profundos que eran los cortes, yo había prometido no hacerlo... -digo entre sollozos- y bueno, solo pienso que quiero pegarle una patada en los huevos y pfff (suspiro)... Solo quiero ser feliz.
-Mira, Adann (me estremezco al oir su nombre) sí joder, no es Voldemort, podemos decir su nombre. Es un capullo intregal, y le odio por hacerte daño, porque no lo mereces. Madre mía... Esque aún no me creo que ese chico de sobresalientes que ayuda en todo, después de cuatro meses saliendo, te engañe con una puta. Y me da igual que estuviera algo borracho, tú y yo sabemos que controla. Enserio, hay chicos que merecen la pena y él... No es uno.
Me encanta mi hermano. Es mi mejor amigo, y yo soy su mejor amiga. Nos entendemos en todo, el (casi) no tener padres ha hecho que estemos muy unidos, y eso lo agradezco. Sinceramente si perdiera a Alex, seria como perder una gran parte de mi.
-Alex, te quiero- le digo.
-Yo también te quiero Abbie, eres la mejor hermana/mejor amiga del mundo.- nos abrazamos de nuevo- y ahora.. Por mucho que me duela (bromea) ¿puedo contarte algo mio?
-Por supuesto- le digo- ¿es sobre chicas?
-Uf... Solo tengo trece años, pero esque ya sabes.
-Sí, lo sé enano, pero mejor hablamos en casa, hace mucho calor, ¿no?
-¡SIII! ¡A CASA!
Me río, sé que hace eso para intentar animarme. Así que digo (3...2...1) y empieza una carrera hasta el bus, aunque yo no voy en skate, no quiero hacer trampas.