Cerraba los ojos y los abría nuevamente, detestaba tener que ir y venir por aquí y por allá.
Trataba de tenerle paciencia, pero simplemente no podía.
Trataba de seguirle la corriente a todo pero no podía.
Y eso no la ayudaba. Quería paz. Quería estar en un lugar tranquilo y sin ningún sonido, solo el de la naturaleza.
O el sonido del agua o de una música tranquila.
Pensaba sobre como entrar en su burbuja de una vez y quedarse allí.
Desde que le pidió el deseo de estar "tranquila" o "estar en paz". No se refería a limpiar baños, menos el lidiar con cosas altamente peligrosas.
En fin, ella lo decidió así que se va a quedar en ese estado.
Ya habían acabado las clases en un abrir y cerrar de ojos para ella.
Fue directamente al baño, a pedirle una cosa a Hanako.
Ya que se había olvidado de su tapper (Esas mini-cajas donde guardas tu comida de receso, no recuerdo como se llamaban) y necesitaba traerlo sano y salvo a casa.
Si no su mamá la regañaba horrible y no quería eso.
Entro al baño con rapidez y vió un escenario algo... ¿hoy es carnaval?
—¡Mira, soy un dinosaurio!—Exclamaba el pelinegro hacia la fémina, flotando a su alrededor y con una sonrisa posada en su rostro.
A lo que la contraria confundida y alzando una ceja preguntó.
—¿Un dinosaurio?
El asintió con una sonrisa infantil.
Ella rió levemente y le dió un par de palmaditas en su cabeza en forma de aceptación.
Al parecer Hanako era su zona de paz.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ayuda bldo, ya va a entrar el desgraciado jurado (tengo exposición pedagógica y es hoy, ahorita)