"Aquella sombra encerrada buscaba un lugar lleno de luz pero estaba tan cegada por la luz que encontró cosas más oscuras que su mentalidad".
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Ya había pasado un largo período de tiempo que Yashiro y Kou se encontraban en esa casa.
La chica con ojeras con la que estaba Kou decidió salir adelante y le preguntó que hacía en la casa.
—Bueno, realmente vine con una amiga...
La fémina sorprendida, miró al contrario a los ojos y le preguntó lo siguiente:
—¿Entonces no eran tres personas...?—Asustada se alejó rápidamente de Kou y fue a una habitación, la cual se cerró demasiado fuerte.
Kou intentó seguirle el paso pero no pudo, la puerta estaba atorada, no podía abrirla.
—¡Hey! ¿¡Estás bien!?—Tocó la puerta con unos golpes algo fuertes.
Lo que hizo que el viento comenzara a ser el doble de fuerte. Un par de pedazos de madera cayó al suelo y al lado de la cabeza de Kou.
El rubio salió de ahí rápidamente en busca de la albina.
Tenían que irse de allí.
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Yashiro casi no comprendía a la niña al lado, la verdad, es que tampoco se dignaba a mirar sus pasos.
Pues, la niña no quería que Yashiro la mirara en ese estado de vulnerabilidad.
—Patas de rábano.—Dijo la pequeña niña, viendo los tobillos gordos de Yashiro.
—¿Q-qué?—La mencionada suspiró—¿De verdad es lo primero que te fijas de mi?
La niña asintió.
Luego de caminar por la casa sim rumbo alguno, bueno realmente Yashiro era la que seguía a la niña, escucharon que la madera del techo de la casa se comenzaba a romper y a caer.
—¡Creo que madre está enojada...!—Exclamó la niña comenzando a correr y llevándose a Yashiro de las puntas de su vestido.
Yashiro con suerte le seguía el paso, la niña era rápida.
