⟨⟨• ☯ CINCO ☯ •⟩⟩

564 78 87
                                    

Ropa blanca

.

.

.

Fyodor parpadeó una vez. Alzó una ceja y parpadeó dos veces más, incrédulo. Miró fijamente al hombre que le tendía una hoja en espera de su firma. Se mordió el pulgar, pensado que había sido mala idea abrir la puerta cuando escuchó el hombre; ¡pero, maldita sea, que ese hombre no dejaba de sonar!

—Señor, se lo diré por última vez: firme su nombre aquí, por favor. —habló el hombre con una sonrisa tensa, hacía mucho que la paciencia se fue.

Fyodor nunca tuvo paciencia, para empezar.

—Y yo —dijo, crispando sus ojos violetas—, no pienso repetir que está equivocado: nadie de esta casa pidió ese exagerado cargamento de... —¿de qué había dicho que era? Ah, sí, nunca le dejó reenviarla oración antes de que le cerrara la puerta en la cara la primera vez.

—Bolas de estambre. —finalizó el repartidor.

Fyodor observó la docena de cajas de bolas de estambre multicolores que fueron apiladas frente a la puerta de su modesta (mansión de cuatro pisos estilo victoriano) casa. ¿Quién demonios hizo ese pedido? ¿Un loco que quería hacerle bufandas a sus ponis?

Iba a declinar, cuando la posible cara de ese loco apareció en sus pensamientos. Nikolai sería alguien que haría ese ridículo pedido para sus payasadas. ¿Ponis? La esquizofrenia es curiosa a veces.

De vuelta a su expresión perezosa y de pescados muerto, firmó la hoja y cerró la puerta sin despedirse; no sin antes colocar en la casilla de la firma el nombre "Nikolai Gogol" y enviar la cuenta a su factura.

Se quedó de pie frente a las escaleras de dos alas que conducían a los pisos superiores, meditando qué hacer ahora. Podría encerrarse en su habitación a jugar Among Us Online y darle una paliza a Conan Doyle bajo el seudónimo de "Gatito-nya Kawaii Desu". O...

Podría bañarse.

Sí, eso era buena idea. Fyodor no tenía mucho tiempo (ganas) para ocuparse de una buena higiene; la mayoría de las veces era porque llevaba la mente tan ocupada que olvidaba hacerlo. Así de simple. No era mal momento para tomar un baño caliente. Estaba solo en la mansión, pues Sigma había quedado con un tal Hua Cheng de la mafia china para intercambiar ideas y cosas relacionadas con casinos, mientras que Nikolai había ido a comprarle un par de pantalones a Bram.

Había un olor raro en el último párrafo.

Ah, no. Era el olor a "humano de bajo coeficiente" que se quedó impregnando en sus ropas.

Decidido a darse el baño del mes, subió las escaleras hacia el baño estilo occidental que había en la segunda planta, aprovechando que estaba solo. Entró en la amplia habitación y decidió que se daría un baño rápido, tomaría una ducha caliente y ya está.

Iba a comenzar a quitarse la ropa cuando vio algo extraño sobre la encimera. Se acercó para ver mejor.

¿Quién usaba calzoncillos con estampado de galletitas de animales?

Horrorizado por sacar de su vista esa imagen traumática, dio un paso atrás sin darse cuenta de un jabón olvidado en el suelo. Resbaló hacia atrás, cayendo hacia la tina, que para su mala (¿o buena?) suerte, estaba llena de agua caliente.

El agua envolvió su cuerpo y salpicó los azulejos.

La puerta de la mansión de abrió en el mismo momento en que un grito escalofriante de pánico retumbó entre las paredes.

[In] Sensibilidad ☦ Fyodor Dostoyevski • Bungo Stray Dogs ☦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora