El Chico de Las doce Cadenas: Desatamiento

Segundo Acto • 2/6 • Los niños no están bien

16/09/17

• ────── ☽◯☾ ────── •

En los días posteriores Renjiro había esperado pacientemente una llamada o siquiera un mensaje de Joy, pero nada había llegado, desde el día del desastre en la academia algo dentro de el había cambiado y su energía se sentía distinta, caótica, más de lo normal, era más salvaje, descontrolado e incluso más impulsiva al borde de tomar el control de todo, pero Renjiro era aun capaz de poder terminar dominándola.

Se posiciono en el centro de la habitación uniendo sus manos en un triangulo a la altura de su pecho mientras intentaba meditar, su cuerpo se empezó a elevar una vez su conciencia se empezaba a diluir en el infinito espacio de su mente, enterrándolo en el desconocimiento, de entre sus brazos una sensación electrizante empezó a esparcirse llenando cada extremidad de unas líneas que le rodaban en un color azul encendido.

El toque de una puerta lo arrebató de su concentración haciendo que el cuerpo cayera en seco en la alfombra de la sala golpeándose la parte trasera.

-Quien mierda es- Renjiro con rostro furioso viendo como las líneas en azul eléctrico se diluían hasta desaparecer se acercó a la puerta abriéndola mientras su corazón latía con fuerza dentro de su pecho.

Una chica de cabello cortó tintado en un rubio platinado, colocado en una coleta alta se abalanzo hacia el en un cariñoso abrazo, Aneko, su hermana quien había regresado de su viaje a Japón luego de meses fuera de Inglaterra por fin había vuelto y una calidez dentro de su corazón lo sorprendió haciendo que unas pequeñas gotas saladas surgieran en el borde de sus ojos.

-Te extrañe mucho- La voz de Renjiro sonaba pequeña mientras salía de su garganta mientras apoyaba su cabeza en el hombro de su hermana quien junto a su par de tacones plateado lo llegaba a alcanzar en altura.

Ambos jóvenes se sentaron en el piso del santuario de meditación dentro de su casa conversando de como le había ido a Aneko en su viaje al Aquelarre en Japón por casi una hora, pero sin poder evitarlo su hermana soltó la verdadera pregunta por la que había vuelto.

-¿Te vas a casar con Paulette por decisión propia?- La voz de Aneko traspasó el cerebro de su hermano menor arrancando del fondo de su memoria lo que había pasado en el Aquelarre, era como si el cerebro de Renjiro desesperado por ocultar en los más profundos pasillos del subconsciente de Renjiro fuera invadido por la inevitable pregunta de cuestionamiento sobre la situación.

-Obviamente Aneko ¿Por qué lo preguntas? - Renjiro sin ver a los ojos a su hermana pronunció mintiéndole como pocas veces lo había hecho en la vida.

-Renjiro...desde que mamá se fue- Dijo su hermana arrodillándose enfrente de su hermano quien evitaba su mirada viendo al suelo como un niño sin saber que hacer- Siento que eres como un tornado arrastrando todo y a todos a su paso, sin saber que rumbo tomar o que destruirás en el camino, ¿Estas totalmente seguro? Si es que padre te...- Aneko con gran habilidad de astucia logró que su hermano la viera directamente quien casi parecía tener los ojos cerrados por las lagrimas que intentaba reservar.

-Aneko yo-Renjiro quien estaba luchando por revelar el siniestro acto que habían armado su padre y la madre de Paulette soltó las manos de su hermana dándole la espalda, apretando sus nudillos-Se tomar mis propias decisiones, no cuestiones mi agencia sobre mi vida por favor-

El tono de Renjiro había salido mas agresivo e indignado de lo que había calculado, haciendo que su hermana soltara un suspiro quien se apoyó en una pared procediendo a quitarse los altos tacones que llevaba.