Lo último que siempre se perdía en el mundo era la esperanza, no había peor pesadilla que imaginarse uno que iba a perder su batalla contra el mundo. Digamos que los suspiros se perdían en el aire buscando el norte para perderse entre rincones helados y tristes como este poeta suicida que se sienta en cada noche en un precipicio desafiando a la hermosa y enigmática muerte. No hago más que pensar en mis ‘demonios’ en los cuales ahora todos dicen de tener demonios, ni siquiera se adentraron en el infierno, ni siquiera saben como es. ¿Por qué todo el mundo dice de tener demonios cuando en realidad no saben ni qué son? ¿Hasta que punto han intentado ‘adentrarse’ al infierno? Es triste, demasiado triste, ver como la gente juega con sus propios sentimientos como si fueran pequeños títeres que se mueven como almas errantes guiándose por los pensamientos propios del ser. Cómo es que ahora la gente se ha apagado ahora, cómo es posible. Luego la gente dice que este siglo es como el Barroco, pero y por qué no se llamaría el Siglo de las Luces Apagadas, o mejor incluso el Siglo de los Apagones, parecerá tonto pero a este paso hay más gente ‘apagada’ que sonriente.
Puto móvil que no hace más que vibrar y vibrar, como si fuese un puto consolador, solo me faltaría ponérmelo debajo de los bóxers y gozar de las vibraciones. Ah, es ella escribiendo varios tweets. Está ella cayéndose en su oscuridad, en ese pozo que no tiene ni siquiera salida ni entrada. Un solo pozo lleno de oscuridad, desnudo de agua, no tiene firmamento ni estrellas ni siquiera una luna cuya admiración se podría perder en horas, incluso días. A veces pienso en qué me basé yo en creer en el amor, si es demasiado voraz y vil, digamos que es la espina venenosa y letal de una rosa roja y seductora. Digo yo, si soy ese maldito Eros con un arco apuntando a cada pareja para emparejarlas y crear un vinculo amoroso, por qué coño tengo que sufrir yo este mal de amor,
o será qué tengo ‘amoritis’.
Tan solo una canción se repetía mil veces en mi cabeza, querido Joaquin Sabina, tú y tú canción ‘Peor para el sol’ sois como esa droga que cada vez tengo que pedir más dosis, una tras otra, repitiendo la misma cantidad de dosis sin perderme las cuentas pero en si me pierdo la noción del tiempo.
‘Es mejor, le pedí, que te calles,
No me gusta invertir en quimeras,
Me han traído hasta aquí tus caderas
No tu corazón.’
Versos sabios, sílabas enigmáticas que esconden el secreto del ‘amor’. Y no sé como es posible que siga creyendo en la desdicha del amor, más que nada esto es un juego. Somos los peones quienes nos movemos nosotros mismos buscando un enemigo justo, pero cuando llegamos a la reina, nos transformamos en reyes y nos ponemos en el lugar del poder de un tablero, un rey con su reina, nacidos para dominar juntos, dos adictos a la lujuria.
Yo en realidad quisiera tener ese ‘alguien’ con que perder la puta cordura, una ‘musa’ a quien escribir versos en mis noches de insomnio, una puta lasciva que siempre esté dispuesta a pasar su vida conmigo. Tanto pedir como para no tener nada, los recuerdos se están desapareciendo…
Tanto papel como agua, tanto papel como fuego. Se acaban marchitando los recuerdos, sin importar donde acaben su olvido. Acaben donde acaben, desaparecen sin existir alguna huella que pueda demostrar que han estado ‘aquí’.
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Relatos de Eros.
Teen FictionCada relato esconde un sabor a la lujuria... Cada letra esconde sus ganas de sexo, buscando sexo donde habita en la 'oscuridad' de cada relato.