El lunar atravesado

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03:33am


No sé soñarte, no sé tener pesadillas contigo, era la noche especial la cual te he follado hoy salvajemente, te rompí todas las murallas escondidas en tu piel, tus lunares brotaron la mismísima primavera entre todas las estaciones que se mantenían erguidas en tu piel morena, silenciosa y cauta gritó la luna rogando una gota de placer, sudor entre sábanas del cielo, fluidos lascivos entre la noche y la marea del ocaso. Somos dos cuerpos y dos almas en uno mismo,

envolviéndonos entre la sombra y la luz. Sigues durmiendo en mi pecho,

respirando el perfume con el cual te atrae tanto. Tus lunares brotaban y brotaban una tras otra las flores del placer, digamos que eran tus susurros las mismas flores que decía la primavera. Voy a intentar dormir con esa melodía que calma este corazón de poeta maldito, voy a dormir con ese ritmo que bombea mansamente mi corazón triste.


07:19am


La mañana se parece tanto a tu cara, tus lunares amanecen radiantes, te despiertas al fin delante mía, esos ojos de provocar una guerra intensa en una fría mañana, envueltos ambos en una sábana blanca que amaina la paz. Tu mano se oculta en un barranco despiadado, no podrá escapar si no huyes ahora, las montañas crecen, entre la tuya y la mía crecen sin cesar, los picos son cada vez más afilados y peligrosos, y lo más pronto que podrá pasar es que esas dos montañas chocaran y se fusionaran en un hermoso valle, con río de sangre blanca, con la sangre de los dioses, con ofrendas eróticas para Eros y su linaje, olvidemos de los que nos depara tanto hoy como mañana y sus días posteriores, tus ojos claman una guerra intensa, fría, cruel y sangrienta, no escucho la palabra de clemencia, no escucho rogarte perdón, ni piedad.

Dejemos que todo placer haga su curso, grita, grita si es necesario pero te diré que nadie me va a robar ese cuerpo que tanto ansío, eres de mi propiedad, eres de Eros. Y sueltas un soplido de placer, el valle acaba de llorar su primera riada de placer, la sangre de los dioses fluye en el valle, en los alcantarillados del placer, ya ni la muerte se nos une al sacrificio de los dioses.

Ya hemos acabado el rito erótico, dejemos que Morfeo nos acoja en su sueño.

vámonos a dormir, cielo. Nos sobrarán días para el rito, días y noches suficientes para el mismo placer, o quizás cada vez más y más.

Relatos de Eros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora