Relatos de Eros.

Volviendo

Han pasado seis meses desde la última vez que he respirado en este papel, sucio y manchado, seis meses en el silencio, no sabía lo que era respirar, ni siquiera el término de vivir... Y aún sigo con el dilema de saber o no saber qué supone el hecho de vivir,  y la palabra que siempre ha enamorado a media sociedad, a medio mundo, a media sociedad estúpida...El amor...El verbo de amar...El hecho de amar...Ser amado o no ser...

Cada noche en la inmensidad del fuego del infierno, cómo no, la presencia del fuego en el alma, en el corazón, en la piel incluso siempre siento esa sensación de que me estoy quemando cada vez que el viento me acaricia, el cielo plasmado en mis ojos, no sabría cómo explicar lo qué es la oscuridad, ni siquiera la luz... Es demasiado triste saber que te enamoraste de otro barco, y aquí estoy, naufragado en el abismo, más bien, conocido como en la mierda, en un pozo sin salida. De tanto enamorarnos, acabé derrapando y choqué contra el fracaso, y tú te salvaste, corazón umbrío. Sigo mirando al techo, suponiendo que existen estrellas, quizás también banderas ondeando en el cielo, respirando el cielo que les ahoga por dentro de tanto oxígeno y poca libertad, ondeando sin parar, como mi corazón, palpitando siempre, sin libertad... Volviendo a estar con las ganas de quererte, volviendo con las ganas de verte y soltar mi alma por encima de la tuya, contigo siento la verdadera libertad, de la cual hablaban los piratas cuando invadían en cualquier puerto, de las naciones cuando intentaba liberarse de los poderes superiores, la libertad de la canción del pirata, libre como el mar, libre como la sangre que fluye cuando te pienso, cuando te sueño...Y sin embargo, soñarte es una tragedia porque nunca llego a tocarte, nunca llego a besarte y sentir como nuestras lenguas dan y reciben orgasmos esporádicos...

He vuelto para escribirte una vez, bajo la falda de la luna que siempre me toca levantarla con la excusa de refugiarme en su calor...