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Nara

Toca hablar con los padres, plantearle el querer emprender una aventura a mis 18 y que quiero vivir con unos amigos.

Salgo de casa de niv para ir a la de mis padres. Antes de llegar mi madre me llama y me dice que vaya a recoger unas lanas que compró.

Luego de eso ya sí, me encamino a casa; soplo antes de entrar.

— Ya estoy aquí.

No recibo respuesta y los busco por la casa hasta encontrarlos en el comedor.

— Toma.

Le paso la bolsa a mamá y ella me lo agradece para luego decir.

— ¿Tenemos que hablar, verdad?

Asiento y papá cierra la tele.

— Hace poco recibí una proposición que acepté, pero dije que lo hablaría con vosotros...

— ¿Y qué es?

— Qué me iré a vivir con tres amigos a un barrio de casa.

Papá sé levantó y sé puso un café, mamá me preguntó una cosa después de cogerme las manos.

— ¿Estás segura?

Asentí y juntos merendamos después de un abrazo familiar, luego les conté como surgió y que decidí no irme hasta el fin de semana siguiente, no el de esta semana.

Nos abrazamos de nuevo, eran los últimos que podríamos darnos tan seguido y aunque ellos no fueran de abrazos ahora y desde que paso esa temporada, me dan varios al día. Salimos a dar una vuelta y pronto anocheció, escuchamos unos aullidos de perros del vecindario y sé me ocurrió un detalle.

Les pregunté si les gustaría tener una mascota y mamá pareció emocionarse. Papá sonrío más para sí aunque yo lo percibí y yo ladeé los labios pensando en ello.

Al volver nos duchamos en turnos, uno detrás del otro y luego cenamos viendo pelis. Me acosté tarde, pero como hasta el lunes de aquí dos semanas no vuelvo al bachillerato de letras no pasa nada.

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Al levantarme desayuné y vi, leí y escuché que no estaban y llamé a Nivek.

— Hey nar.

— Hola.

— ¿Todo bien? ¿Algo que tenga qué saber?

— Algo hay, pero tendrás qué esperar al viernes en la cita, todo bien por aquí.

— ¿Me harás esperar?  Aquí también bien.

— Valdrá la pena y solo quedan dos días.

— Estaré esperándolo con ganas.

— Tengo ganas de verte.

— Espera.

Colgó y yo me quedé algo pensativa mientras organizaba mi ropa con el oído al mínimo sonido del móvil.

Cuando menos me lo esperaba sonó y yo corrí a ver que era y fue una foto.

— Estás monísimo.

— Vente.

— Ahora no puedo, pero pronto nos veremos.

— Hoy ya sé viene Elliot, si quieres pasarte un rato sabes que puedes,

Arcoiris Gris ❣Mireia Campdelacreu Ortega❣✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora