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Nivek

Nara está algo aturdida por la información recién dada y eso que hace nada que se ha despertado.

Se ve algo afectada y sostiene entre sus manos lo que acaba de leer por encima después de que nosotros lo acabáramos de decir.

Después sé lavó la cara y hizo como la que no pasaba nada y comimos, luego sé fue a duchar donde sé tardó hora y tres cuartos. Al verla de nuevo me acerqué a ella y le cogí las manos invitándola a salir; ella asintió y sé fundo en una bufanda larga y ancha rosa palo con estampado de cuadros y abrió la puerta.

— Salimos.

— Vámonos.

Elliot y Eloy acaban de salir hace unos minutos mientras ella sé duchaba.

Nos dimos un beso y cerré la puerta. Al principio estamos callados, pero llegado el momento siento como paramos, miro a nar y luego a esa esquina que da mal rollo y algo me dice que saldremos ilesos aún teniéndolo jodido.

Pasamos por al lado de esa ranglilla donde una tienda dejada hará un par de meses, está rodeada por otro par, pero ellos tienen pinta de peinarse con navaja.

— Miremos de pasar sin que nos vean o/ y sientan.

Me dice ella susurrándolo, pero en el momento en el que todo vuelve a ser silencio, ellos se giran y empiezan a dar pasos hacia nosotros, al acto ella se pone a correr y junto a ella voy yo unos minutos después y detrás de nosotros, ellos.

Junto a una esquina agrietada, Nara se cae y al pillarla me agacho para ayudarla a levantarse. Al conseguirlo ellos nos gritan, pero al Nara estar de pie y correr por tres minutos más, entramos en la tienda que nos salvó por los pelos, ya que nos estaban por pillar.

Los vimos pasar y eché un buen golpe de aire fuera de mí.

— Por poco.

— Suerte del rezo que hice.

— Hola.

El hombre de la tienda nos saluda y a ninguno nos salen las palabras. No tiene clientes por el momento lo que le da tiempo libre, aprovecha para darnos asiento y hablar con nosotros.

— ¿Y por qué tan así?

Nara solo mueve los labios, pero no salen las palabras que intenta expresar.

— Nos estaban persiguiendo.  — digo finalmente.

Cuando la clientela empieza a llegar y él tiene que atender, llama a alguien por teléfono y nos llevan a casa en taxi. Cuando nos bajamos agradecemos a la vez y los tres reímos, luego de verle irse de la calle nos acercamos a la puerta.

— Siento que haya acabado así.

Le digo susurrando en una oreja antes de entrar, ella niega sonriendo y me dice qué.

— En el fondo me lo he pasado bien.

Al entrar ellos nos esperaban para cenar y entre risas nerviosas les contamos la aventura de hoy. Elliot sé levantó de su silla y sé abalanzó a Nara y le preguntó si le habían hecho algo a lo que ella negó y dijo que solo se había raspado la rodilla en la caída.

Ya acabando de hacer el postre que dejó preparado nar no sé cuando, ese par de E se escaquean y se van a sus habitaciones, nosotros nos quedamos y nos tomamos unos cafés.

Luego entre coqueteo lento y fogoso, ordenamos y limpiamos la cocina para qué quedé bien a la noche. Después ella sensualmente y acariciándome por partes, pelo, cuello, mentón, labios y pecho, me invita a quedarme en su habitación.

Arcoiris Gris ❣Mireia Campdelacreu Ortega❣✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora