Los VIP's

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Su sonrisa era impecable. Bebió de su copa y le señaló la cama de la suite.

— Tu cambio de ropa está ahí. Puedes tomar un baño. Debo atender algunos invitados, no tardaré. Puedes ver la grabación del juego en la tableta. — Tony se colocó una máscara dorada, parecía un ciervo incluídas sus astas. Tecleó un código en la puerta y salió.

Se sentó en la cama analizando lo que acaba de suceder. Tony era un VIP, uno de los hombres que financiaba el juego. Le salvó la vida muchas veces y le ofreció cambiarla también.

Tomó las prendas, un traje de color negro y una máscara como la de él, dorada, pero con la forma de una liebre. Comenzó a desvestirse. ¿Cómo es que le había gustado a Tony? No era atlético, no era guapo, era baste torpe. Nunca nadie se había fijado en él.

Suspiró y se dirigió al cuarto de baño para tomar una ducha. Cuando terminó, tomó la tableta y por curiosidad observó el juego. Se trataba de canicas y una competición por parejas. Era un juego de traición, de sacrificio. Tony tenía razón, era peor que los anteriores.

No pudo continuar mirando. De hecho, no podía ver más, pues no había ninguna conexión a Internet o documento además de su propio archivo con antecedentes, el contrato y el video.

Escuchó la puerta abrirse y se colocó la máscara para ocultarse. Era Tony, pero mejor era prevenir.

— Te ves increíble. — Le realizó un cumplido que no podía creer. — Cenaremos y después podemos volver para dormir.

Le hizo una seña con la mano para que se acercara, Steve obedeció y se colocó a su lado. Pensaba que sería como su mayordomo desde ahora, pero Tony le tomó posesivo por la cintura mientras caminaban, como si se tratara de su pareja.

— Así que este es nuestro año. — Un hombre con máscara de Búho les saludó cuando llegaron a un salón decorado de carmesí y dorado. Era pequeño, un poco más bajo que Tony y más alto que él.

— Profesor Xavier, no recuerdo la última vez que tuvimos una conversación de frente. — Tony le saludó con la mano que mantenía libre. — Y T'Challa. ¿Cómo va tu reino?

— Mucho mejor que Latveria. —  Vestía de colores negro y morado, sus manos estaban cubiertas con anillos de oro y joyas incrustadas. Sobresalía uno con la cabeza de una Pantera.

Rió y un hombre con máscara de Lobo se acercó.— Muy gracioso, gatito. Ya desearías tener nuestro PIB. — Sostenía un bastón también con cabeza de Lobo.

— Basta, Doom. Estamos aquí para divertirnos. — Respondió alguien con máscara de Jabalí, el cual parecía apellidarse Fisk, ya que llevaba un collar con esas letras. Tenía tatuajes y era regordete.

— Stark ya comenzó. ¿No es Emma a quién llevas ahí? — Quien habló tenía máscara de Águila, parecía llamarse Reed, puesto que llevaba consigo una camiseta con la insignia de esa compañía. Al escuchar ese comparativo, Steve se estremeció, no parecía una chica, ¿o sí?

— Claro, ya quisiera. — Una mujer con máscara de Leona le amenazó con un pica hielo que le arrebató a de uno de los meseros. Al verla, pensó que definitivamente no era como ella. Parecía una modelo: Alta, delgada y voluptuosa, sobretodo por el vestido platinado que a penas si le cubría. Lo único que pudiesen tener de parecido sería el cabello rubio, los ojos azules y la tez blanca. Los demás continuaban riendo.

— La gatita tiene garras y ahora no hablo de T'Challa. — Se burló Doom y la chica le apuñaló la mano, causando que el resto se burlara. Aquel acto le hizo estremecer, pero en seguida notó que usaba una prótesis metálica, por lo que no había sufrido ningún daño, sólo retiró el pica hielo y verificó la funcionalidad de su mano.

Aún así le impactó el acto y se estremeció. Tony lo notó al no haberle soltado en ningún momento desde que salieron de la habitación. Le acarició la cintura para calmarle.

— Ya en serio, todos creíamos que era un chica. No sabíamos que te gustaban... ya sabes... — Xavier continuó con el tema.

— Tú eres el menos indicado, Charles. Como sino supiéramos que te conseguiste a un ex convicto por novio. ¿Cuál es su nombre? ¿Lehnsherr? — Stark posó los labios sobre la sien de Steve, acto que le sonrojó demasiado y agradeció usar una máscara que le ayudara a cubrir parte de su rostro avergonzado.

Los demás volvieron a reír.

— De saber que podíamos traer compañía, habría invitado a Sue. Creo que todos tenemos un fetiche por las rubias. — Doom volvió a hablar y Reed casi roba un arma de los guardias para hacerle callar, pues le veía con un rostro amenazante y rompió una copa con la mano.

— Esos dos siempre han competido por la misma chica. — Le murmuró Tony para explicarle la situación.

— Comencemos con la cena, señores. — Alzó la voz Fisk. — Y señorita. — Asintió hacia Emma Frost. — Tenemos que ponernos al tanto de nuestras apuestas.

La cena dio inicio, un enorme banquete con bastante alcohol y también algo de sustancias alucinógenas. Agradeció que Tony sólo bebiera. En vez de darle una silla para cenar, Tony insistió en que se sentara sobre una de sus piernas. No quería perderle de vista. Aceptó sonrojado, temía que alguno de los invitados quisiera hacerle daño. En ese aspecto Tony era muy diferente y le hacía sentir seguro.

Durante la cena, Tony comía y de vez en cuando también acercaba bocados directamente a los labios de Steve, murmurando que aseguraba que le gustaría mucho un platillo u otro. Era un cambio abismal respecto a sus comidas los últimos días que consistían sólo en pan y agua.

Todos hablaban entre sí, pero Tony parecía ensimismado sólo hacia su compañía. Tanta atención le comenzaba a gustar a Steve, puesto que nunca antes nadie se había preocupado tanto por él.

— Así que ninguno se atrevió a apostar en el primer juego. — T'Challa comenzó con el tema.

— A partir del tercero comenzó lo interesante. — Reed señaló una estadística de probabilidad para cada equipo que jugó.

— Mi favorito fue el segundo. Lo mejor fue mirar la expresión de quienes eligieron el paraguas. — Emma aspiró un polvo blanco sobre una charola de plata que le ofrecía un mesero.

— Las mejores apuestas fueron para el cuarto juego, espero que el resto sea igual o mejor. — Doom se sirvió más licor de una pequeña botella que llevaba consigo, no confiaba en ningún mesero.

— No apostaste en ninguna ocasión, Stark. — Señaló Fisk.

— Guardo lo mejor para el final. Prefiero derrochar dinero cuando en verdad vale la pena derrocharlo. — Mencionó mientras acariciaba uno de los muslos de Steve bajo la mesa. De nuevo la máscara salvaba al rubio de mostrarse completamente rojo. — Si me disculpan, comeré el postre en privado.

My Greatest PrizeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora