My Greatest Prize

Comienza el juego

Al salir y vestirse con dificultad por las heridas, la habitación ya se encontraba limpia. Sobre la mesa se encontraban vendas nuevas y una nota:

"Para ti y tu conejito.

— Dr. B."

Tony sonrió al leer la nota de Bruce, agradecía las vendas extra y unos guantes que cubrirían a ambos.

Ayudó a Steve, colocó más del gel y cubrió. Realizó lo mismo consigo para después tomar las máscaras. En cualquier momento les llamarían para el siguiente juego.

— No sé si quiero salir... — Steve no quería ver de nuevo a los VIP.

— Será rápido, sólo unos minutos y volveremos. — Prometió.

En ese momento recordó los juegos anteriores. Su duración era de unos minutos, generalmente 10. No parecía mucho a menos que estuvieses concursando.

Suspiró y asintió. Una voz les indicó que era hora de salir para ver el juego. Tony le tomó por la cintura con la mano que no estaba herida y salieron en cuanto la puerta se abrió. Les escoltaron a un nuevo salón. Habían sillones para cada VIP, lejos uno de otro, con guardias armados entre cada uno además de los meseros. Era cierto que habían fortalecido la seguridad.

Les escoltaron a un sofá. Uno a uno llegaron. Doom era el más apartado de todos y con doble guardia.

En cuanto se sentaron, les ofrecieron en su mesa delante, algo de comida y alcohol.

— La cena será durante el juego. — Strange apareció frente a la pantalla donde verían el espectáculo. — Está vez verán la preparación antes de que comience la ronda. Será importante.

Aseguró mientras aparecían los concursantes en la pantalla.

¿No hablaría del incidente con Doom?

Steve le observó discretamente, su brazo estaba enyesado, probablemente había hundido el cristal justo en el codo, dañando su articulación. Sonrió un poco, sentía que se lo merecía.

Probablemente Doom estaría furioso, pues en ellos los guantes cubrían sus heridas y en apariencia se veían intactos.

Tony le acercó, acomodándole en su pecho cuando estuvieron sobre el sofá.— ¿Tienes hambre? — Preguntó mientras Strange explicaba el juego, a Tony no le importaba lo que dijera, parecía que toda su atención estaba sólo en Steve.

El rubio asintió. — Pero... creo que no podré tomar nada con mis manos.

Tony sonrió y tomó un plato dorado. — Te gustará, es como lo que arrojaste cuando no estaba contigo. — Aquello hizo sonrojar a Steve. El castaño tomó una galleta de almendra, la cubrió con algo de paté y mermelada. Acercó la galleta a los labios de Steve y el rubio entre abrió para morder, probando aquel bocado. Tony lamió las migajas en la comisura de los labios del rubio. — ¿Y bien? ¿Te gusta?

Steve asintió, sus mejillas estaban más que encendidas por el contacto de su lengua.

Conforme en la pantalla los jugadores elegían el número en el cual iban a participar, Tony continuó alimentando a ambos. Vino, caviar, fruta, pastel. Le gustaba mucho esa atención por parte del castaño. Aún cuando ambos estaban heridos, Tony le procuraba.

— El juego consiste en un puente de cristal. — Strange continuó explicando. El resto de los VIP volvió a animarse, comenzando a apostar. Incluso Doom actuaba como siempre.

Aquello le parecía extraño a Steve. Ciertamente los ricos eran peculiares.

El juego comenzó. Todos debían cruzar al otro lado a través de dos tipos de superficies. Si se equivocaban, caerían y morirían.

No transcurrió demasiado antes de la primera caída. Los demás gritaban emocionados o sorprendidos, pero él se estremeció. Muchos rostros los conocía y no soportaba verles morir.

Tony notó que Steve se sentía incómodo. Intentó abrazarle más, pero no era suficiente. Incluso con comida o bebida, Steve parecía petrificado ante las sangrientas escenas.

Le tomó por la cintura y sentó sobre su regazo.— Mírame... — Le pidió al rubio y acarició su mejilla antes de inclinarse a besarle. Steve correspondió al besó, lentamente. Aún cuando no tenía idea de cómo besar, se dejó llevar por los movimientos de Tony, concentrándose en hacerlo bien.

De repente percibió la mano inquieta de Tony, acariciando su cintura y sus glúteos. Aquello le hizo gemir un poco sobre sus labios. — Tony...

En ese momento sólo eran ellos dos. No importaba el lugar, no importaban los demás a su lado o incluso los gritos en la pantalla. Sólo quería estar con Tony.