XIV

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-Piénsalo bien Adam. Nunca habías tenido una oportunidad de amar así de la nada.- decía el corazón

-Pero es un hombre- decía el cerebro

-Pero es alguien que se ve con buenas intenciones. Aparte recuerda que para ti es difícil buscar el amor en alguien y lo estas encontrando frente a ti.-

Cierto. Estaba sentado frente a Nathan viéndolo dormir. Se veía tan puro y angelical que sabía que no podia dejarlo ir

-Claro que sí puedes- debatía mi cerebro -no es para ti-

-Si lo es- replicada el corazón -el amor no es por sexo, es por sentimiento y esos los puedes encontrar con quien sea. No importa la raza. El sexo. La religión. Importa el sentimiento mutuo que se comparten.

-Nose como contestar a eso. Solo te aviso que si algo sale mal, tu tendrás la culpa-

-Yo la acepto- contestaba con alegría el corazón -yo creo que deberias de darle un intento a esta relación.-

Y eso era como una lucha interna entre mi cerebro y mi corazón. Pasaban cuando me sentía confundido. Como en estos momentos.

Y mire de reojo a Nathan y vive estaba despierto y miramdome. Le sonreí y recibí una rodrigo tan cálida como la mía en respuesta.

-Hola- le dije. -¿Quieres un poco de té?- le pregunte

-Si, gracias- me contestó agarrando la taza. Le dio un sorbo y no tardó en halagar mi manera de cocinar. Eso no era un platillo, aunque lo agradecía.

-Tenemos que hablar- porfin logre articular después de verlo durante un buen rato

Se notó que su respiración cambio y que se le dificultó tragar el te que tenía en la boca. -Oh. Si.- dijo con voz temblorosa

-Quiero saber porque... Me besaste- le pregunte aún con miedo a su respuesta.

-Te diré la verdad. Cuando te vi en tu lugar el primer día de clases te envidie. Estabas cómodo, sin preocupaciones y feliz. Y en la clase no pude dejar de pensar en ti. Me era difícil concentrarme. Y verte tan sereno me hizo ver que me atraías. No sabía si también te atraía así que busque una manera de hablarte. Pero no encontraba como. Ni siquiera sabía si te atraía.
Y la oportunidad se dio cuando te vi manchado de café. Te regale mi camisa porque así sabía que tu ibas a volver. Me gustabas, Adam. Y me gustas.-

-También tengo que preguntar como diablos sacaste mi numero celular.-

-Eso es un secreto-

-Si quieres tener una relación conmigo, tendrás que contarmelos todos- le dije en un tono rudo

-Esque estos secretos no pueden ser dichos por uno mismo y al mismo tiempo. Es con el tiempo. Pero prometo decírtelos todos.- me contestó algo tímido y frustrado a la vez.

-¿Como se que no estás mintiendo?-

-Soy un hombre de palabra. La cumpliré pase lo que pase.- me dijo. -Aparte no son muchos mis secretos-

-Bueno- le dije mientras me paraba y caminaba hacia él. Tenía planeado besarlo.

Parece que se dio cuenta de mi intención, porque también se paró del sillón y se acercó hacia mi. Eso lo hacia un poco más fácil. Porque el hecho de que me este parando hacia el para besarlo no era nada fácil para mi. Uno porque era mi primer amor después de que su corazón cartera en manos de una rompe corazones. Y dos... Porque no era cualquier persona. Iba a besar a un chico.

Y justo cuando sus labios se iban a encontrar, Nathan puso su dedo índice en los labios de Adam y le dijo:

-¿Estas seguro de que quieres esto?-

-Si. Lo estoy.- y cuando terminó la respuesta, Nate sonrió antes de que se fusionaron en un beso de amor.

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