Como sí nunca hubiese existido

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Mi decisión estaba tomada no había punto intermedio ni vuelta atrás, solo debía ir a mi casa a planearlo todo con mi familia y desconectar mi cerebro para aguantar el dolor. Bella despertó radiante como siempre, aunque cansada y adolorida, ella se veía lo más de hermosa, quería observarla con lujo de detalle y atesorar cada momento como que fuera el último y con seguridad talvés lo era, debí ser cauteloso, para ocultar el penetrante sufrimiento que me embargaba, me despedí de ella con un beso en la frente de manera que ella no sintiera ningún cambio en mí y creo que no lo hizo.
Salí corriendo de casa de Bella, en todo el camino pensé que es lo que debía decir para convencerlos de que es lo mejor Rosalie no sería problema es más estoy seguro que como nunca en la vida será un gran apoyo, ahora Alice, Esme; Emmett ellos sí que meterán lata, la quieren ya como una de la familia, Carlisle tomaría la idea más lógica y Jasper, pues bien no sé cómo reaccionará, o si al menos abrirá la boca, en fin no es mi asunto me importa muy poco su opinión y menos después de todo el incidente.
Llegué a mi casa como un rayo, me paré ante la puerta y en un segundo Alice estaba ahí para abrirla.
Ni lo pienses- dijo Alice- no dejaré que la dejas me oyes, y no, no es por ti es por ella, la quiero, es como mi hermana, caprichosa, quisquillosa pero la quiero tal y como es.
Acaso no dijeron que me apoyarían- le recordé. Además yo soy el del lío aquí así te pongas a patalear ya lo he decido, Carlisle.-grité. Nos vamos.
Carlisle estaba con Esme en el comedor y llamó a una junta general.
Pero piénsalo bien Edward podrás con la pena, o crees... Que…ella lo supere. Dijo Alice.
Pues es cosa mía, debemos planear muy bien que vamos a decir, y que hacer, no dejaremos cabos sueltos, y yo, pues yo estaré bien, -mentí-
Nos dirigimos hacía el comedor todos ya se hallaban ahí alerta a lo que pasaría. En mi mente oí el enfado de Emmett, la tristeza de Esme, la burla de Rosalie, mientras Carlisle permanecía imparcial. Desvié la vista Jasper estaba a una esquina del comedor notablemente avergonzado, su mente me rogaba aun disculpas.
Bien Edward- dijo Carlisle-  Alice nos dijo el curso de tus decisiones, pero todos estamos atentos a tus puntos de vista.
Tomé un gran respiro y actué como un insensible dictador, a punto de matar a millones sin mostrar el mínimo signo de debilidad.
Bien- empecé- como Alice os habrá contado he llegado a una decisión final, nos vamos.
Jajajaja -me interrumpió Emmett-, y quien eres tú para prohibirme quedarme aquí, lo siento hermano pero me gusta el lugar.
Déjame hablar -conteste decidido- bueno los que deseen quedarse que lo hagan pero nadie se acerca a Bella entendieron.
Hijo perdóname que te interrumpa, acotó Carlisle, no entiendo el por qué no acercarnos a Bella. Yo….
Pues lo sabrían si nadie me interrumpiera- musité- ahora todos en silencio dejen que le explique mi plan.
En un principio, yo he de alejarme de Bella por su propio bien, ustedes saben lo importante que es para mí, y que le pasara algo por mi culpa, pues no lo soportaría, el hecho de que os pida que desaparezcamos de su vida no es un mero capricho, pensé en irme solo, pero con lo cabezota que es Bella ella vendría por aquí y pues……
Dilo- interrumpió Rosalie- habla claro, no estarás del todo despreocupado si la siguen rodeando una familia de vampiros, que te da miedo que me por la noche nos aparezcamos a reclamar su sangre, discúlpame pero tengo mejores gustos.
Cállate Rosalie -gruñí- por tu bien has silencio y por primera vez escucha.
Bueno otra vez, quiero que desaparezcamos todo lo que pueda hacer que me recuerde sí, quiero que nos vayamos si es posible, en este instante, así ella no sabrá de nosotros y seguirá con su vida. Espero que me entiendan es lo mejor, no cambiaré de opinión, no quiero transformarla y mucho menos matarla, la única opción lógica es dejarla.
Terminaste- preguntó Alice-
Sí- contesté
Entonces déjame decir algo antes de irnos vale.
Pues tal y como lo dices suena fácil irnos, dejarla y que viva feliz, pero dime acaso no conoces a Bella, si desapareces va a buscarte no es ninguna idiota ira tras de ti y con lo buena que es para buscarse problemas se matara en el intento.
Pero…… murmuré.
Calla, y escucha -gruñó Alice. – En el mejor de los casos pasará eso, y dime y si decide irse de casa o peor suicidarse?? Pensaste en eso acaso?? Crees que voy a permitírtelo??
Me quedé sin palabras, su lógica tenía sentido, más de lo que estaba dispuesto a admitir, recordé lo obstinada que era Bella.
Bueno pues acepto sugerencias. Resoplé derrotado.
Quédate- dijo Alice.
Menos eso – respondí- acaso no entendiste el no…. Me… quedaré.
Puedo hablar, susurró una pequeña voz era Esme- estaba muy perturbada por lo que estaba escuchando su cabeza estaba llena de ideas, en parte, quería decirme que nos quedáramos, quería apoyarme, y oponerse en fin estaba hecha un lío completo. Pero cuando al fin su cabeza decidió me aconsejo con una suma sensatez.
Edward- murmuró – si bien yo desearía que no abandonaras la ilusión que has encontrado después de una vida de estar en tinieblas, te conozco lo suficiente como para saber que no cambiarás de opinión al menos no en mucho tiempo, así que prefiero ser la voz de la cordura en este caos y sugerirte si vas a dejarla no solo desaparezcas de su vista sino también de su corazón.
A que te refieres con eso, interrumpí confundido-
Pues me refiero a que mientras ella piense que aun la amas, no va a resignarse, talvés y pues por más duro que parezca, creo que ella tolerara más una decepción amorosa que una desaparición masiva.
Entiendo dije. Y como esperan que logré hacerlo.
Maldita sea Edward- farfulló Rosalie- esto ya parece telenovela, verás te lo diré como a niñito de pre- kínder vas y le dices que… no… la…. Amas y ya, entendiste o te lo dibujo.
La fulminé con la mirada.
Un momento, pido la palabra- expresó Carlisle- estoy de acuerdo con Esme y con Alice, si quieres que desaparezcamos de su vida hagámoslo bien, no me complace la idea de ayudarte en tu ruina, pero si has llegado a esa conclusión yo no soy nadie para oponerme. Mira no hay porqué apurar las cosas, como dijo Alice si hoy desaparecemos, ella se peguntará por qué no dijimos nada o si algo malo nos pasó hasta a Charlie le parecerá raro y quién sabe ayude a Bella a buscarnos o al menos a saber que nos pasó, pero si esperas unos días y preparamos una coartada, talvés sea más fácil para ella asimilarlo, pero eh aquí el punto clave, hago eco de las palabras de Esme, tendrás que desaparecer de su corazón.
Otra vez me quedé en silencio, el plan de Carlisle tenía sentido, al menos para todos, para mí era como estacas afiladas directo al corazón, que ahondaban una herida profunda que me atravesaría justo en el momento de que mis labios pronunciaran el rechazó.
Pues…. Me … parece… bien... - hice énfasis en cada palabra-
Pues deben estar locos si piensan que esto no va a destrozarla- protesto Alice-  si se lo creé van a partirla en dos.
Será difícil si- suspiré- pero necesario.
Quiero dejar en claro que estoy completamente en desacuerdo – dijo Alice- pero lo intentaré y oye bien no prometo nada.
Pues deberás hacerlo- le dije- por su bien y por el tuyo también.
Emmett has estado callado hay algo que quieres decir o Rosalie te comió la lengua- se burló Alice-
Pues yo- señaló Emmett- voy a extrañarla, pero qué más da si a Edward le gusta el masoquismo pues él sabrá.
Se produjo un silencio incomodo en la habitación, Carlisle pensó que diría en el hospital, Esme seguía preocupada por mí y Bella, Emmett pensaba a donde ir con Rosalie, Rosalie eran tan superficial que se puso a pensar en cómo se le vería un abrigo que vio en una tienda, casi estoy seguro que desde hace rato dejo de escuchar lo que decíamos. Pero me llamo la atención una voz ronca, que venía de la esquina de la mesa, Jasper me llamaba en su mente.
Edward, podrás fingir ante todos tu fortaleza y lo admiro mucho, pero se cómo te sientes, hace tiempo tu corazón se rompió en pedazos, el aire que transmites es tan apesadumbrado que siento que es mi dolor, el amor que siento que emana de ti, es casi tan fuerte como lo que siento por Alice, pero ese dolor tuyo solo se compara con el sufrimiento que me rodeaba en los campos neófitos  del sur, es más creo que lo supera, me siento muy apenado por que debas hacer esto por mí, así que si me lo pides ahora mismo me voy, no habrá peligro para ella al menos no de mí.
Me acerque a él, y le susurré: Si decides irte será tu decisión, de todas maneras voy a irme estés o no aquí.
El solo se limitó a asentir con la cabeza.
Alice, dijo Carlisle, es hora de ir al instituto.
No, dije, es mejor que Bella ya no vea a Alice, notaría que algo está pasando y no creo que esto sea lo mejor, que ayude aquí con el papeleo, ella y Jasper tienen contactos útiles.
Esta me la pagas, no hoy, no mañana, pero cuando menos lo esperes puedes estar seguro que me las pagas. Reclamó Alice en su cabeza. También tuvo una visión borrosa pero entendí muy bien la decisión de Jasper al verla, ellos se irán, y ella tratara de convencerle que si se van, vayan a Denali.
Será mejor que tú se los digas, tengo mis propios problemas -le susurré-
Bueno me voy, y empezaré el teatro.
Salí como por inercia de mi casa, subí al coche, y lo último que pude escuchar fue. Lo sabía, volvió el zombie que tanto temía, el que pensé que se había marchado. Era Esme mientras dio un fuerte abrazo a Carlisle quien como si leyera sus pensamientos asintió preocupado.
Conduje como un loco, debía llegar al instituto  a tiempo para que Bella no sospechara nada o al menos no aún, mi pecho estaba que reventaba de sufrimiento, mi cabeza me dolía mi estómago estaba hecho un nudo, toda mi vida se derrumbaba ante mis ojos y yo no debía hacer nada para detenerlo, es más debía contribuir al ataque.
Llegué justo antes de que Bella, aún faltaba un poco para verla, estacione mi auto en el estacionamiento y tome un respiro, abracé el volante, cerré los ojos fuertemente, por primera vez en todo este tiempo quise que Bella no viniera, como iba a soportar tanto sin tocarla, sin abrazarla, sin decir nada, sin... Decir, Te Amo,  Soy un imbécil, soy una basura, no soy nada, tengo el amor en frente y tengo que dejarlo.
Bella estaba llegando, tome un respiro más, miré al cielo, y susurre:
Dios no sé si me escuches, ni siquiera creo ser merecedor de tu atención pero hoy más que nunca te pido a ti fuerza, no lo hagas por mi hazlo por ella, has que viva la vida que tú le regalaste, y déjame a mí en el lugar que merezco, el infierno.
Me sentía desesperado nunca había pedido algo a Dios, desde cuando un condenado tiene derecho a tan solo mirar al cielo, pero hoy toda la ayuda era necesaria, no creo que pueda resistir yo solo la destrucción.
La vi estacionándose y como un caballero me dirigí abrir su puerta, en mi mente pensaba, debes ser cauteloso, no demasiado distante como para preocuparla o ella iría a casa y no creo que Alice, si aún sigue ahí se calle la boca.
Ella me saludo cautelosa, con lo perceptiva que era, apostaría mi vida que noto que algo había cambiado, y yo con un ceño inmutable besé su frente, me sentí como Judas y el beso traidor, vi como su ceño se arrugaba expresando su preocupación, pensé, espero que lo tome mejor que yo, porqué yo estoy muriendo, perdóname no quiero verte sufrir, es lo mejor, es lo mejor.
Para disimular un poco cambie de tema y pregunte:
—¿Qué tal te sientes?
—Muy bien —mintió, su voz atravesó mi pecho como mil puñaladas profundas, como podría vivir sin el sonido de su voz, ya no lo soportaba iba a explotar.
Cerré la puerta de un portazo, mi autocontrol estaba a punto de derrumbarse, como podía resistir un día entero así.
Continué a lado de Bella todo el tiempo, callado, sin señales de vida más que mis pasos, de vez en cuando la miraba de reojo y preguntaba por su brazo, su cara se volvió un signo de interrogación, esperaba que no me preguntara nada, y no lo hizo para mi buena suerte, no sabía hasta qué punto podría resistirlo, cada segundo se volvía eterno.
Ya casi era hora del almuerzo, estábamos a punto de dirigirnos hacia el comedor, cuando percibí a Alice, estaba afuera del instituto a una distancia prudente para que yo pudiera leer su mente, pero que Bella no la viera, desde ahí me llamó:
Edward, Edward, me voy con Jasper, Carlisle y Esme ya lo saben, creo que vamos a Denali, dejamos todo listo, tus papeles están en tu escritorio, como veo ya tomaste una decisión, así que no trataré de persuadirte, pero nunca te perdonaré el hecho que no dejes que me despida de ella, en verdad voy a extrañarlos y mucho. Trata de no alejarte mucho de Esme estará triste un buen tiempo Adiós Hermanito.
Las palabras de Alice me llenaron de pena, por lo que Alice vio no nos volveremos a ver en un buen tiempo, era un clavo más para mi ataúd, con todo lo que hoy eh pasado solo me pregunto que puede ser peor.
Fuimos hacia el comedor, tome lo primero que vi, para “comer”, creo que era una barra de cereal, note un cambio en Bella mientras íbamos a sentarnos, estaba inquieta como buscando a alguien.
—¿Dónde está Alice? — preguntó, se notaba nerviosa y asustada.
—Está con Jasper.
—¿Y él se encuentra bien?
—Se han marchado una temporada.
—¡¿Qué?! ¿Adonde?
—A ningún lado en especial.
—Y Alice también —
—Sí, también se ha ido por un tiempo. Intentaba convencerle de que fueran a Denali.
Su creciente preocupación y desesperación casi hace que abandone mi plan, no solo me iba yo, sino toda mi familia, y así como ellos la querían ella también se encariño con ellos, no podía imaginar cómo tomaría lo que venía, si se ponía así por mi hermana, que pasaría cuando le dijera que ella no es la única que se va, maldita sea prometí nunca hacerle daño y ahora le hago esto, menudo cabeza hueca que soy, quiero que me trague la tierra, y lo peor debo seguir con la farsa, que hago, que le digo, como quisiera poder leer sus pensamientos y saber cómo lo está pasando, mejor pregunto por su brazo talvés le duela y sinceramente ya no se me ocurre que más decir.
—¿Te molesta el brazo? —
—¿A quién le importa mi estúpido brazo? — gruñó molesta y dejó caer su cabeza sobre la mesa frustrada. Fue sutil, yo hubiera roto una pared o algo.
Todo el resto del día no pronuncie palabra, sabía que si lo hacía ella notaría que algo andaba mal, debía aparentar indiferencia, y a decir verdad tampoco soportaba mentirle, así que solo la miraba y atesoraba cada gesto, contaba sus respiraciones, sus latidos hasta sus cabellos, memorizaba la forma de su rostro, el color de sus ojos, ¿Podía ser más perfecta? No lo creo, se merece una vida feliz, y larga muy larga yo no soy nadie para quitarle al mundo una de sus maravillas, debo ser fuerte y continuar con mi cometido.
Al acabar las clases, nos dirigimos hacia el estacionamiento, la tensión crecía y crecía entre nosotros, un silencio incomodo nos rodeaba, cada vez era más difícil para mí y para ella.
— ¿Vendrás luego, por la noche? — preguntó ella
Me tomó por sorpresa, como por la noche, ¿Qué? ¿La presioné tanto que no quería verme ya?
— ¿Por la noche? Dije angustiado.
—Tengo que trabajar. Cambié mi turno con la señora Newton para poder librar ayer.
—Ah — resoplé un poco calmado, pero disgustado, tenía las horas contadas con ella y debía desperdiciarlas esperando que salga del trabajo. Bueno talvés sea útil para calmarme un poco.
—Vendrás luego, cuando esté en casa, ¿no? — preguntó
Desde cuando es necesario preguntar, siempre estaba allí, o será que talvés ya no quiere que vaya, ¿Mi plan está funcionando? Acaso mi indiferencia la está alejando, se habrá cansado de mí.
—Si quieres que vaya...
—Siempre quiero que vengas — contestó.
De acuerdo estaba paranoico, ella aun quería verme, en este punto no sé si esto es bueno o malo, de cualquier manera debo regresar a mi papel.
—De acuerdo, está bien. Dije indiferente para que no notara mi paranoia.
Besé su frente para despedirme, y me dirigí hacia mi auto, me quedé ahí sentado mientras veía como Bella se alejaba de mi lado.
Me quede como en shock, todos los autos se habían marchado, yo me quede petrificado en mi asiento, tomé aire y salí de mi coche, merodeé los alrededores para tranquilizarme, trataba de no pensar en lo que estaba haciendo, pero me resultaba imposible, me adentre en el bosque y me refugié en bajo un árbol, el mundo comenzó a darme vueltas tuve que sentarme unos segundos, me puse a pensar en lo mucho que extrañaría todo, cada lugar me recordaba a Bella, como lo tomará ella, ¿será que se olvida de mí? O será cierto lo que me dijo Alice, acaso intentará suicidarse o algo así. – un gruñido salió de mi – espero que no, pero me aseguraré de que no guardé recuerdos de mí, para hacérselo más fácil.
Era hora de ir a casa un momento, así que regrese a mi coche, me senté un poco más calmado, tomé la carretera en pocos minutos y estuve en casa casi de inmediato.
Nadie abrió la puerta esta vez, eso era raro siempre había alguien esperando para recibirme, así que di vuelta la perrilla y entré, un ambiente fúnebre rodeaba el lugar, Carlisle no estaba se había ido al hospital para presentar su renuncia, Esme parada junto a mi piano tarareando su canción favorita, estaba muy triste por la noticia de Alice, Rosalie y Emmett estaban en la sala sus maletas estaban listas ellos también se iban por un tiempo.
Rosalie se acercó a mí para despedirse en su mente me echaba la culpa de todo el tema de la separación de mi familia y tenía razón, era un completo egoísta, infantil, todo lo que eh hecho es arruinarlo todo.
Adiós hermanito- dijo Rosalie-
-Adiós-
-Espero y puedas resolver tus conflictos de personalidad, llámame cuando madures ¿sí?
Puse los ojos en blanco y no le hice caso.
Nos vamos cabezota – dijo Emmett- y me palmeo la espalda.
Te extrañare grandulón- le respondí.
-Yo también, a todos-
- Prométeme que volverás con Esme y Carlisle ¿sí?
-Por supuesto siempre volvemos, ya lo sabes, que harían sin mí-
Le di un apretón de manos y un fuerte abrazo, mientras en sus pensamientos me dijo:
Espero verte a ti también cuando regrese, ahh y no seas tan duró con Bella. Esa chiquilla es buena persona, espero lo tome bien.
Yo también espero eso,  susurré respondiendo a sus pensamientos.
Esme se acercó a ellos y se despidió aquejada, cerré la puerta y en silencio subí a mi cuarto, mecánicamente tome mis documentos, me cambié de ropa, y me senté al pie de la ventana, puse mi mente en blanco y apoye la cabeza en la pared.
Los minutos pasaban como si fueran años aun ni se acercaba la hora de volver a ver a Bella, a ratos escuchaba a Esme guardando sus reliquias y adornos en cajas de muy mala gana, mientras la casa se iba vaciando más sola se sentía igual que mi corazón.
No sé cómo pude resistir la espera, no me había movido ni un centímetro de donde estaba, baje las escaleras, y sin decir nada fui por mi coche, justo antes de subirme Esme me detuvo:
-Edward, hijo espera.- dijo
Si mamá- respondí
En un segundo ella estuvo frente a mí, tomo mis manos, me abrazó muy fuerte y me susurró como si tratase de arrullarme.
— Sé que lo que estás haciendo está destruyéndote, y solo quería darte fuerza para que puedas resistir, aunque no estoy de acuerdo con lo que estás haciendo, prometí apoyarte, quería decirte que si necesitas hablar con alguien o desahogarte un poco no estás solo yo estaré aquí si me necesitas. —
—Gracias mamá— sollocé.
Abrace con más fuerza a mi mamá, me acurruque en su regazó como un niño pequeño, ambos queríamos llorar, por un momento nos quedamos como rocas inertes el uno con el otro.

noche polar -#wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora