Capitulo 0: Las estaciones cambian, pero la vida sigue.

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Habían pasado demasiadas cosas en Japón... Hace 8 años el primogénito de los Kamado, Kamado Tanjirou, había acabado con el rey demonio Kibutsuji Muzan. Muchas vidas se perdieron en esa batalla solo quedaron en pie tres pilares de los cazadores de demonios. El tercero sorpresivamente para los demás que lo creían muerto pudo resistir por la fuerza y resistencia de su enorme cuerpo. Aunque su corazón latía débilmente sus ojos no se abrieron hasta que trascurrieron 5 meses.

En cambio, Kamado Tanjirou tuvo 3 meses los cuales recuperarse. Quedo ciego de un ojo y uno de sus brazos fue atrofiado. Aunque los recupero siendo un demonio estuvo poco tiempo en esa forma, cuando le administraron la cura para volverse humano el lado demoniaco no tuvo tiempo de regenerar del todo esas partes del cuerpo para cuando fuera humano no le hubiera pasado nada.

Cuando se hubo recuperado, los hermanos Kamado junto con Agatsuma Zenitsu y Hashibira Inosuke fueron a vivir a la antigua casa de los hermanos. Tuvieron mucho que hacer cuando pisaron la casa manchada de sangre seca y suciedad debido a los años que estuvo abandonada.

En esa casa pasaron muchos momentos conviviendo los cuatro jóvenes. En esa casa fue cuando los sentimientos de Nezuko a Zenitsu florecieron. Cuando los sentimientos de amor y el lazo del destino se asentaron aún más en los meñiques de Tanjirou e Inosuke.

El que primero noto que estaba enamorado fue Tanjirou, el cual se tuvo que esforzar en que el jabalí se diera cuenta de sus sentimientos y de los suyos... Como decía Zenitsu... Esos dos eran muy ciegos. Aunque gracias a los dioses ambos pudieron darse cuenta y ambos hermanos se casaron. Primero fueron Nezuko y Zenitsu los cuales se mudaron a una casita al lado de la otra casa, construida con ayuda de la gente del pueblo como agradecimiento a los Kamado por todo lo que hacían siempre con ellos. Aunque Nezuko y Tanjirou les decía no hacía falta los aldeanos ganaron la batalla y la casa fue construida...

Nezuko estaba sentada en el engawa mientras se abanicaba un poco el rosto con el sensu que le había rejalado su esposo. Su cabello estaba atado como lo tenía su madre, aunque se veían algunos mechones rojos anaranjados... Esto era una secuela de haber sido demonio. Dejo de observar las nubes para mirar a su vientre hinchado y con su mano libre lo acariciaba con amor.

- Me pregunto cuando nacerás... Tu padre y yo queremos ya verte... -Nezuko suspiro mientras cerraba sus ojos notando un poco la brisa del verano que ya estaba cambiando un poco pues era el penúltimo día de verano. - Estas siendo un poco testarudo...

Nezuko a sus 18 ya estaba esperando a su primer bebe. Cuando empezó con sus nauseas ya lo estaba imaginando... Solo de recordar como su esposo comenzó a llorar para después cogerla en brazos y empezar a dar vueltas sobre su eje hacía que sus mejillas se sonrojaran y su pecho se sentía cálido. Amaba a su esposo y estaba deseando que su bebe estuviera en sus brazos para amarlo también. Con cuidado se levantó para entrar dentro cuando sintió que algo mojaba sus piernas. Sus ojos se abrieron como platos y bajo la mirada... Había roto aguas estando sola en casa. El pánico le invadió sin pensarlo cogió aire para gritar el nombre de su esposo. El cual estaba visitando a Tanjirou e Inosuke. Con su oído agudo puso escuchar la voz de su esposa y en un parpadeo había abandonado a esos dos para correr a por su esposa.

Claramente los gritos de Zenitsu cuando vio que su esposa iba a parir no faltaron. Mientras Inosuke y Tanjirou asistían a Nezuko, el rubio fue corriendo a por el médico del pueblo. Fueron horas de doloroso parto, el cual el rubio no dejaba de pasearse por el engawa haciendo que Inosuke se irritará.

- ¡MONITSU COMO NO DEJES DE CAMINAR POR DELANTE DE MI TE ENTIERRO EN EL JARDIN! -

La voz irritada de Inosuke fue opacada por unos llantos de bebe. Haciendo que la preocupación de los tres se disolviera. Cuando la médica salió con una sonrisa indicando que Zenitsu ya podía entrar.

Nada más entrar en la habitación los ojos de Zenitsu no podían despegarse de la cara de su esposa que estaba en el futón. La cara de Nezuko estaba sudando y con rastros de cansancio, pero sus hermosos ojos rosados y la radiante sonrisa en sus suaves labios hacían que las preocupaciones del rubio de que su esposa se iba a encontrar mal por ser su primer parto disminuyeron. Con pasos tranquilos pero ansiosos en el fondo no tardo en arcillarse para estar al lado de su esposa. Sus ojos se llenaron de lágrimas como los de Nezuko cuando miro al recién nacido que estaba arropado en una manta en sus brazos.

Con cuidado Zenitsu agarro a su primogénito. Sus ojos observaron cada detalle de su bebe: Los ojos eran los de Nezuko, pero con su color; cabellos negros, pero si se notaba unos pequeños mechones rojizos anaranjados que tenía Nezuko; y por último su piel era la suya. Era él bebe más hermoso que había visto.

- Cariño dile hola a nuestro pequeño Fuji. -

Sonrió Nezuko con lágrimas recorriendo sus mejillas de la felicidad. Su voz se notaba cansado, pero se sentía esa calidez y felicidad en cada palabra. Mientras en el umbral de la puerta donde estaban Tanjirou e Inosuke, Tanjirou no podía evitar derramar lágrimas silenciosas, emocionado de ver a su hermana siendo madre por primera vez, viendo como hacia un futuro feliz recordando todo lo que pasaron para llegar a ese punto, todas las veces que estuvieron a punto de morir... El estado de demonio que parecía que no había cura... Y ahora la veía a sujetando de nuevo a su hijo llorando de felicidad con Zenitsu. El niño olía como su nombre a un toque de glicinias y olor de monte. No se había equivocado en permitir que su hermana y Zenitsu empezaran una relación.

Pero ese no fue el único bebe que Tanjirou e Inosuke presunción. tres años más tarde, en primavera, una hermosa niña nació. Zenitsu no paraba de celebrar a su segundo hijo y encima era una niña; Su pequeña princesa de nombre Sayumi. Sus ojos eran como los de Zenitsu, pero con el color de Nezuko; de cabello negro como lo era antes Zenitsu; y su piel era la de Nezuko. Una hermosa niña que fue la princesa de su padre y su hermano.

Todo parecía ir bien, un mundo donde esos bebes no estarían en peligro. Pero se equivocaron, la organización de cazadores se había equivocado en creer que si Muzan no estaba en la ecuación ya no había demonios. Fue un año después de que naciera Sayumi que los demonios empezaron a resurgir de las sombras. Ubuyashiki Kiriya, el actual cabeza de familia de los Ubuyashiki tuvo que contactar de urgencia a los cazadores y pilares que podían combatir de nuevo. Tanjirou al no poder manejar del todo bien una katana por su brazo entro como líder de los Kakushi. Con su olfato era una gran ventaja para los Kakushi para detectar más pronto a los cazadores heridos después de alguna batalla.

Habían pasado 6 años donde Tanjirou e Inosuke estaban como pareja, el pelirrojo con el paso del tiempo viendo como su hermana tenía a su primer hijo y después a su segundo un sentimiento lo invadió en el fondo de su corazón. Quería ser padre junto a Inosuke, la idea de adoptar a un bebe siempre le rondaba, cuando se decidió en hablarlo con Inosuke los demonios habían aparecido haciendo que esa idea se sellara bajo llave por el momento. Sin saber que ese sentimiento de formar una familia también lo tuvo Inosuke como espectador de ver a Nezuko ser madre...

Pero todo iba a cambiar, a romperse en la casa de los Kamado... Un año después de que apareciera los demonios... Mas en específico el 14 de diciembre, sus vidas iban a dar un giro...





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El hijo de dos mundos; Asahi, el niño de los Yokais.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora