Asahi despertó en su cama, sudando y asustado. Sus ojos recorrieron el techo de la habitación mientras su pequeña mano apretaba su ropa donde se encontraba el corazón. En su mente recorrieron las imágenes que había vivido, pero estaban borrosas y difusas cuando el hombre abrió el armario. Se quedo sentado en su futón por un momento no identifico nada. Ni cuando abrieron la puerta, ni las voces. Se asusto cuando su madre lo abrazo, pero fue una fracción de segundo que se disipo al oler el aroma de su madre, ese aroma el cual lo tranquilizaba. Todo el rato él estaba callado y queriendo ocultarse en los abrazos de su madre. No entendía mucho de las voces que daba su madre y como el señor anciano que tenía un maletín se disculpaba porque no había más que podía hacer.
Así pasaron los días donde Ino se había negado a ir a más misiones al igual que Tanjiro debido a que Asahi no hablaba, tenía la mirada perdida y reaccionaba poco o casi nada. Asahi estaba viviendo una y otra vez la vivencia en su mente como si fuera un disco rayado. El médico que vino no era experto en problemas psicológicos ni mentales. Ni siquiera Sayumi y Fuji conseguían sacarlo, eran días duros y el que más sufría por ello era Inosuke. Ver a su cachorro así lo hacía sentir tan mal y al mismo tiempo tan enfadado que por las noches se derrumbaba en su esposo estando ellos en privado. Una noche Asahi se despertó sintiendo una caricia en sus cabellos, abrió sus ojos y vio un hombre que era como su padre, pero parecía más enfermizo.
- Ven... Vamos.
Fue la calmada voz del hombre la cual hizo que Asahi inclinara la cabeza, no se sentía amenazado era tan suave y calmada que parecía que le ponían una manta suave y cálida al rededor. Suavemente salió de su futón y mirando a sus padres los cuales dormían profundamente sin escuchar la voz del hombre.
Desde que Asahi estuvo en ese estado no permitían que durmiera en su habitación la mayoría de veces, solo había unas pocas donde ambos padres dormían solos para que Inosuke se desahogara. Asahi salido de su casa en silencio, siendo tan pequeño no entendió como salió sin que sus padres supieran debido a sus sentidos desarrollados. Asahi miro al hombre mientras caminaban por el sendero de tierra, este le mostro su mano, Asahi dudo un momento, pero con su pequeña mano agarro la del hombre.
- Dime... ¿Cómo te llamas?
- ...
- No te preocupes. -Dijo el hombre agarrando suave pero firme su mano. - Aquí estas a salvo, no debes preocuparte por nada.
- A.....A......Asahi. ¿Tu?
Fue lo que salió de sus labios, su voz sonaba ronca de no hablar por días, pero la voz de ese señor parecido a su padre y el ambiente seguro y tranquilo hizo que reaccionara poco a poco.
- Mi nombre es Tanjuro, te voy a presentar a más personas. Se que te gustaran.
No se alejaron mucho de casa, Asahi levanto la vista viendo a una señora con cuatro niños a su alrededor... La mujer que lo miraba maternalmente le recordaba mucho a su tía. Fue todo muy rápido como los niños se arremolinaban a su alrededor presentándose como Shingeru, Takeo, Hanako y Rokuta. La mujer se presentó como Kie la cual acaricio maternalmente su cabeza... Sus nombres eran familiares... Ellos eran familiares. Se dejo arrastrar por los niños, ellos hicieron que jugara. Asahi poco a poco comenzó a soltarse a liberarse. Estos niños eran amables en verdad... No como los del pueblo.
Los del pueblo eran una amabilidad falsa, debido a que sus familias apreciaban a los Kamado los empujaba a que se juntaran con Asahi, eso hacía que los niños se pusieran más reacios. Para no evitar problemas los niños del pueblo trataban a Asahi con una amabilidad falsa, pero sin juntarlo del todo en su grupo de amigos. Asahi no sentía la calidez y aceptación que estaba experimentando ahora mismo. Su pequeño corazón se llevaba de este ambiente haciendo que poco a poco el recuerdo de ese día fuera olvidado por este momento dulce e inocente de juegos y risas.
Se sentía uno con ellos, en verdad sentía una afinidad con ellos. Tanto era así que ni se enteró que habían pasado dos horas de diversión y juegos, de jugar a perseguirse ente risas y competiciones hasta hablar de las cosas que le gustaban, haciendo reír a Asahi cuando Shingeru y Hanako comenzó una discusión de que dulce era mejor. Solo cuando los niños se alejaron debido a que su madre los llamaba y el hombre parecido a su padre se sentó de rodillas a su lado y Asahi supo que el tiempo de juegos acabo y se sintió triste... Se sintió frio y solo.
- No tienes por qué temer a nada... Nunca estarás solo... Siempre estaremos aquí al igual que ellos.
- ¿Ellos?
No entendía quien, agarro la haori naranja de cuadros negros de hombre mirándolo aturdido el cual con su mano señalo un lugar y fue entonces cuando escucho las voces de sus padres llegaron a sus oídos. Su mente se despejo y sus ojos ganaron ese brillo en ellos, sus ojos se movieron a donde escuchaba las voces y era donde señalaba el hombre. Fue claro, antes las voces de las personas eran muy lejanas, pero ahora no lo eran.
- ¿Mami? ¿Papi?
- Si, ellos... Estuvieron a tu lado aun cuando no los notabas del todo... Siempre estaremos. Ve... Ellos están buscándote. Asahi eres amado y siempre serás protegido por ellos.
Asahi dudoso soltó al hombre y corrió por donde vinieron, donde escuchaba las voces. El corazón de Asahi bombeaba rápidamente mientras su mente ya estaba limpia pensando en sus padres, en su familia... Él era un niño amado.
El hombre se giró notando una presencia cuando el pequeño Asahi se alejó. Un hermoso potro con cuernos y escamas miraba atento como el pequeño Asahi se perdía cada vez más de sus vistas.
- El estará bien... No te preocupes pequeño Kirin, él pudo salir de su estado... - Hubo una pequeña pausa cuando Tanjuro sonrió cálidamente al Kirin. - Y estuvo alrededor tuya, aunque no lo notara tu presencia, hiciste lo necesario para que no encontrara su final... seguirá su camino y crecerá.
El Kirin relincho moviendo su cabeza, quería ir con el niño, pero no podía. No sabía porque había sido atraído aquí, pero desde lejos observo al pequeño notando como su cuerpo se estaba rompiendo mientras estaba cerrado en su mente. Quería ayudarlo a que no se rompiera y a que saliera de su estado mental, pero no tenía el coraje para mostrarse y tuvo que llamar a los espíritus de su familia. Con galopes suaves fue en la dirección donde se dirigió Asahi y en una distancia que no lo notaran, pero podía ver lo que pasaba, vio la más hermosa escena...
El niño abrazado por sus dos padres los cuales de la preocupación paso al enfado y posteriormente a la alegría de ver a su hijo como lo era antes. Con su mirada el Kirin se despidió del niño... Volverían a encontrarse y cuando lo hicieran él podría estar a su lado.
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El hijo de dos mundos; Asahi, el niño de los Yokais.
FanfictionLa guerra había terminado y Kibutsuji Muzan murió. La paz se restauro y la felicidad broto en los supervivientes de esa sanguinaria batalla. Fueron unos años de paz donde las relaciones se hicieron mas cercanas para algunos de nuestros queridos pers...