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|Capítulo 12: Idontwannabeyouanymore|

Idontwannabeyouanymore - Billie Eilish

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Mitsuki estuvo planeando esto desde el baile de Izuku o quizá desde antes. Tenía entendido que el peliverde y el cenizo consiguieron un empleo por lo que ella misma había planeado muy bien sobre el viaje.

Era un viernes y ellos partirían el fin de semana —donde claro, ellos no trabajaban— así que compro los boletos esa misma mañana para que tomarán el primer vuelo hacia París.

Suponía que todos sus cachorros estaban en sus trabajos, Eijiro consiguió uno de ser salvavidas en la playa por lo que no se llevaba su auto. Shindo consiguió un empleo en una heladería cerca de la florería en donde Inko trabaja por lo que ambos se iban al mismo tiempo.

A la omega ceniza le gustaba que todos fueran activos, así eran sus veranos cada año y esperaba que siguieran así por muchos años más. Esta noche prepararía un banquete, no debía preocuparse en este momento en su empresa Masaru se encargaba de unos asuntos leves y Mina la ayuda desde casa pues la chica aún era un muy tímida respecto al tema.

Suspiró mientras se dirigía a la cocina donde estaba la chica fregando los trastes, Mitsuki siempre le insistía que no hiciera tal cosa, no era necesario. Pero la omega pelirosa siempre decía que era una forma de agradecer su estadía.

—Mocosa ¿Otra vez? —su voz hizo que la menor saltará de su lugar.

—Señora Mitsuki, lo siento, pero no quiero sentirme inservible cuando no ayudo a Kats en el gimnasio y-

—Sí, lo sé. Pero deja decir esas cosas. —Lo cierto era que Mitsuki había tomado cariño por la chica, veían como bromeaba con sus hijos o jugaban algún juego de Mesa.

—Vale. —susurró la chica llevando toda su atención de nuevo a lo que estaba haciendo unos minutos atrás.

La mayor no estaba muy convencida de esa respuesta, sentía a la chica un poco extraña de lo usual. Parecía pensar en algo que tenía las sospecha de que podría ser, por lo que le daría la confianza necesaria para hablar de ella de cualquier cosa que la estuviera atormentando.

—Oye niña. —la ceniza se acercó hasta el fregadero para quedar al lado de la chica. —¿Sucede algo con tu padre?

Mina se tensó pero pareció meditarlo un poco antes de contestar la pregunta de Mitsuki, quién esperaba una respuesta.

—No estoy segura.

La mayor alzó una ceja confundida, su omega le decía que la chica estaba asustada por alguna cosa pero parecía ocultarlo muy bien a los demás, más no a Mitsuki.

—¿Quieres hablar de eso? —inquirió la mayor al notar como la chica dejaba su labor aún lado.

Mina lo pareció pensarlo pero asintió, quizá contarlo no ayudaría mucho pero si ayudaría para desahogarse bastante.

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Eijiro estaba seguro que lo que más extraño durante su estadía en América fue el mar, estuvieron la mayor parte de tiempo en invierno por lo que las playas, lagos y ríos estaban congelados. Por lo que su empleo fue más bien como un regalo de parte de un ser divino.