35_Es sábado

62.7K 6.8K 4.2K
                                    

Capítulo 35

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 35

~❁ ❁ ✦ ❁ ❁~

—Nika —llamó mi hermano, golpeando la puerta—. Sal de una vez o entro.

—Ya voy —musité sin moverme de la cama o quitar la vista del techo—. Todavía nos da tiempo a llegar temprano al instituto.

La puerta se abrió de golpe y Aksel entró, mirando a todos lados como si ingresara a un lugar desconocido.

—Es sábado.

Quedó al pie del colchón.

—Entonces déjame solo.

Fingí que no era relevante desconocer el día en que vivíamos.

—¿Hoy tampoco dormiste?

—Sí.

—No, no lo hiciste. —Estaba enojado—. Llevas días sin comer, bañarte o dormir. Pareces un vagabundo y tu habitación una pocilga.

—He comido. De otra forma no podría seguir en pie.

—Comes lo indispensable para no desfallecer con los entrenamientos y el trabajo. —Caminó, buscando entrar en mi campo de visión—. Eres un puto desastre, apestas y es casi imposible respirar aquí.

Hizo un gesto de asco.

>>Mamá está preocupada. Te niegas a conversar con nosotros y ayer no fuiste a terapia.

—Estaba cansado.

El exterior no era lo único deplorable. Llevaba una semana con dolor permanente en el pecho. Algo me oprimía el corazón, las taquicardias ocasionales habían vuelto, los nervios asfixiantes que soportaba en silencio y el peso sobre los hombros.

Respiraba, era involuntario, mis pulmones no deseaban oxígeno. Cada actividad que me veía obligado a realizar, la experimentaba como si otra persona la hiciera por mí. Mecánico, neutral y calmado.

Mi cuerpo estaba donde debía estar. Mi yo, el verdadero, se apagaba con cada día que pasaba.

—Nika —insistió—, no puedes seguir así.

—No me pasa nada. —Me acosté de lado, dándole la espalda—. En un rato bajo a quitar el busto del centro de la mesa del comedor.

—Sí pasa y mientras más lo niegues, menos avanzarás. —No respondí—. Es por Mia y cada día es peor. ¡Estás matándote!

Morir habría sido un merecido descanso.

>>¿No dirás nada? —cuestionó con voz aguda—. ¿Piensas quedarte así hasta que aguantes?

Tampoco respondí.

—¡Nika! —Su voz retumbó por el espacio cerrado—. Si tan mal estás por lo que pasó con ella, ¿por qué no lo arreglas?

No te enamores de Mia © [LIBRO 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora